Atrapado en el pasado

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Los días en el trabajo fueron normales, entre estresarme por la gente, ser llevado de un lado a otro, ser coqueteado por personas desconocidas. Lo malo es que no podía darme un respiro y tuve que subir las dosis de mi medicina.

Jaekyung nunca me pregunto por mi agorafobia, lo que más temía ese día fue cuando el doctor menciono mi problema era ser despedido, que podía ser tomado como una persona que no está en la capacidad de trabajar.

Yo que tengo agorafobia producto de pequeños momentos malos en mi vida, puedo hacer las cosas muy bien, pero hay veces que si me cuesta, pero no quiere decir que yo merezca ser despojado por la sociedad en la que vivo o ser despedido cuando se enteran de que tengo este problema. Pero así es la sociedad en la que vivo, donde si sufres de depresión, ansiedad, déficit de atención o incluso el autismo eres solo un discapacitado más, sumándote a la larga lista.

Si tan solo hubiera tomado una decisión distinta ese día, si tan solo no hubiera disparado ese día, sin tan solo no lo hubiera amado, tal vez no estuviera en este estado tan doloroso.

– Sabes Dan, verte así todo golpeado me causa mucho placer, la razón número uno es que gracias a ti perdí la visión de este hermoso ojo derecho, la razón dos es que nunca debiste dejarme y luego escapar, seguro pensaste que me mataste, pero que sorpresa trabajas para Jaekyung el enemigo número uno de mi socio y la tres es que gracias a esa bala que disparaste y roso un poco mi corazón tuve que pasar mucho tiempo en el hospital. Pero al fin te encontré mi dulce y hermoso niño.

Dan estaba totalmente aterrorizado, no podía creer que Vlad Mikhaylova su primer amor, estuviera con vida, lo otro que no podía creer era como es que lo encontró.

DÍAS ATRÁS

Taeoh entraba a la oficina algo molesto porque su nueva novia había hecho un berrinche por la mañana, pero tenía un asunto que hablar con su socio, ya que sabía que su perra había escapada huyendo con mucha información y dejándolo casi muerto.

– Soohe, necesito que contactes a Mikhaylova, dile que le tengo una sorpresa interesante.

– Como ordene, señor.

Mikhaylova tan impecable con su traje negro, zapatos de cuero y su pistolera de hombros, tenía el cabello negro, ojos oscuros como la noche, pero con una cicatriz en el ojo derecho, podría decirse que era como ver un demonio con rostro de ángel

– ¿Ahora para que me estás molestando tan temprano? ¿Sabes cuan ocupado estoy estos días por tu culpa? – Taeoh tenía una maldita sonrisa encima como nunca. – Puedes decirme de una maldita vez que quieres y dejar de sonreír como un idiota o acaso te gusto.

–Bueno, lo que te contaré cambiara ese humor de mierda que te manejas.

–Habla rápido.

– Mis hombres que fueron brutalmente golpeados me contaron algo interesante, es que tu bella perra de bajo pedigrí fue visto junto a Jaekyung dicen que sigue igual de bello y si un día se los prestas para que jueguen con él – si se pudiera ver el aura, el de Vlad era una muy oscura llena de ira y sorpresa.

– ¿Dónde y cómo es que fue a parar con Jaekyung?

– Los detalles es que es su secretario, ahora es la propiedad de él, te va a costar un poquito tenerlo de vuelta.

– Si tengo que matar a media ciudad lo haré, gracias por el aviso yo me encargo de rastrearlo.

– Mikhaylova ten cuidado, sé que eres bueno en todo, pero Jaekyung es algo.

– Me importa una mierda, tiene algo mío.

– Bueno, espero que puedas tener buenos resultados.

Vlad encontró como si nada la dirección de Dan, él no sabía como era posible que durante 5 años se había escondido tan bien.

Ya era de noche y el coche que siempre dejaba a Dan en las escaleras cerca de casa se retiraba, todo estaba saliendo bien, solo con ciertos imprevistos, pero nada que no se pueda solucionar.

Dan sonrió después de mucho tiempo, pero de momento a otro un auto negro se estacionó frente a él y lo demás fue tan rápido, fue subido al auto.

Y es así como termino en manos de Vlad Mikhaylova.

Presente

Colgado de manos, semidesnudo, sin ver la luz, porque le habían tapado los ojos con unos cuantos golpes y su mayor terror frente a él.

– ¿Ahora que... quieres de mí? – dijo Dan relamiéndose los labios con un poco de dolor.

– Quiero que vuelvas y que seamos felices mi querido y hermoso ángel.

– Eso es una mentira que ni tú te crees maldito psicópata, no estuviste tranquilo hasta verme con toda esa droga encima y dependiendo de ti, crees que quiero regresar a la misma mierda donde vi como te acostabas con mujeres y hombres y de paso abusaban de mí como si fuera un maldito objeto.

– Solo eran juegos, te gustaban y ahora me dices que no.

– Eso es mentira, te supliqué muchas veces que no hicieras esa mierda conmigo y siempre me golpeabas por negarme o me encerrabas en tu armario por días hasta desmayarme, qué felices éramos.

– Hum ... Es que eras desobediente, pero ahora todo eso puede cambiar.

– ¿Cambiar? ¿Ser felices? Vaya mierda, son cosas que desconoces, pero sé que no es lo único que quieres.

– Bueno, eso también es cierto, quiero los papeles y las fotos que tienes de mí y mis tratos. Y sabes que si me los das yo seré muy bueno contigo, pero si no me los das será más difícil.

– Y si te los doy... ¿La deuda de 100 mil dólares será saldada y me dejarás en paz?

– Déjame pensarlo una vez que vuelvas.

– Eres de lo peor, pero solo diré esto, todo fue quemado en ese incendio que provocaste en el apartamento.

– Eres un perro muy malo, pero como sigues así de terco se me está poniendo muy dura – Dan solo sintió como era desatado para luego ser jalado por los cabellos, las lágrimas comenzaron a salir, no podía estar pasando de nuevo toda la pesadilla que estaba ciertamente apaciguada.

Había pasado cerca de una hora y ya sin muchas fuerzas en las piernas dejo de patalear, estaba siendo penetrado una y otra vez, sus ojos ardían por llorar, su garganta dolía.

Vlad había inyectado mucha cantidad de afrodisíaco en el cuerpo de Dan, que sentía que su cuerpo quemaba. Las embestidas no pararon, no había nadie quien lo ayudara.

– Sé que te gusta mi pene, siento que estoy en el cielo con este trasero tuyo.

Dan solo sentía mucho dolor en todo su cuerpo, como era posible que fuera atrapado de esa forma, si todo estaba bien, tal vez su suerte se le acabó, aunque no se podría llamar suerte.

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