VII. Meraki

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A pesar de ser amplio y relativamente nuevo, el asiento del copiloto se sentía increíblemente incómodo para LüBu en ese momento. No era el espacio, ni el movimiento del vehículo, la suavidad del asiento, ni siquiera la textura del tapiz. Era el hombre a su costado que toda la vida le había dado mala espina, desde que era un niño, y aún así nunca mandaba a volar, por una única razón: "papá necesita amigos también".

- ¿Y qué tal te ha ido en el colegio, Lu?

La voz rasposa y ligeramente zalamera del hombre que fácilmente rondaba los treintas hizo eco en los oídos de Fengxian, quien se cruzó de brazos apretando su mochila contra su pecho mientras miraba por la ventanilla evadiendo la pregunta del mayor.

- Bien.

- ¿Y en qué curso estás? - DongZhuo no se daba por vencido, incluso posando su mano grande y pesada en el hombro del menor para atraer su atención, en el momento en que pararon frente a una luz roja.

- Junior. Pre promoción...

- ¡Vaya! ¡Entonces ya casi sales de la escuela! Pronto serás todo un adulto, aunque ya lo pareces, eres un chico maduro y fuerte ¡debes tener un montón de chicos y chicas a tus pies!

- Eh...- LüBu no supo cómo contestar, solo gruñó en señal de afirmación dudosa.

- ¡Cuando conocí a tu padre, yo todavía estaba por esos cursos! También era un chiquillo bastante precoz, se me hizo fácil entablar amistad con él. Shang es muy amable...hasta diría que peca de ingenuo ¿tú qué piensas, Fengxian?

- Yo...- el chino de menor edad se tensó por completo, arrugando un poco el entrecejo y apretando sus manos sobre la mochila ya bastante maltratada - Mi padre es un buen hombre ¿qué tanto quiere con él?

DongZhuo negó con la cabeza y orilló el automóvil ante la mirada confusa del más joven. En especial porque aún faltaban un par de calles para llegar al colegio.

- Claro que lo es, pero creo que no me estás entendiendo, Fengxian - DongZhuo le sonrió entretenido, aunque había algo en su gesto que descolocaba a LüBu.

- ¿Entonces?

- Tu padre es un hombre encantador, pero no es...- DongZhuo ensanchó su sonrisa, posando una de sus manos en la rodilla de su pasajero, causando en este un pequeño sobresalto casi imperceptible - No es precisamente él en quien tengo interés.

- Huh...

- Como te dije, has crecido maravillosamente, tan maduro y guapo, realmente fuerte para tu edad...- La mano descarada del conductor subió lentamente por el muslo fornido del menor - se que no eres tonto ¿entiendes de qué hablo? ~

Y en ese momento, LüBu reaccionó. Tenía el corazón en la boca y aunque no terminaba de procesar la situación en que se hallaba, su mano se cerró sobre la de DongZhuo, tronando varios de sus huesos en el proceso y arrancándole un quejido de dolor.

- Iré a pie desde aquí. - anunció mecánicamente bajando del auto con un portazo, y como si sus piernas tuvieran cohetes, salió disparado en dirección al colegio, dejando al hombre con la palabra en la boca.

Él siempre peleaba, él siempre estaba listo para defenderse, de hecho agradecía una buena pelea, y el vecino de casi dos metros y más de cien kilos no era una excepción, pero algo en su cerebro le impidió hacer más que eso, y le recordó algo que definitivamente quería olvidar.

"SunJian."

Seguía su andar apresurado cuando chocó de frente con algo que se sintió como un muro. No cayó, de hecho si hubiese sido un muro probablemente lo habría dañado con su fuerza desmesurada, pero si rebotó hacia atrás, y solo entonces miró al frente encontrándose con los ojos dorados de su compañero recién tranferido al colegio.

Ikigai || [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora