XIV. Viraag

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Loki tenía el celular contra la oreja, apretándolo furiosamente con la zurda mientras cambiaba la música de su computador implacablemente con la derecha. Ningun ritmo terminaba de gustarle, o más bien, no quería escuchar nada más que las palabras de Buddha a través del móvil, y no estaba escuchando precisamente las palabras que quería oir.

- ¿A qué estás jugando? No te entiendo.

- Es muy fácil de entender, Loki...~ - La voz burlona de Gautama parecía imperturbable, mientras repetía una vez más su firme decisión - Te dije que terminamos.

- ¡¿Pero por qué?! ¡No puedes terminarme sin una explicación!

- ¿No puedo? Te estoy terminando ahora ¿Tengo una buena razón? Si, la tengo ¿Necesito una? No, para nada...simplemente terminamos, y ya.~

- ¡¿Por qué?! - Loki se mordió una uña enfadado, cayendo sentado en la cama y pateando con un pie descalzo el escritorio en el que estaba su computadora - ¡¿Acaso hice algo malo?!

- ¿De verdad lo preguntas? - La voz de Siddharta se endureció de una manera que el peliverde no había escuchado antes, y no pudo evitar sentir una pequeña punzada en el corazón, mientras su semblante se ensombrecía.

- Si es por el día en que estabas en el hospital, yo...

- No te debo explicaciones, Loki - el rubio interrumpió - Y tú tampoco me debes ninguna. Ya no somos nada.

- Pero...Buddha...Bu-chan...

- Sh - A través del auricular se escuchó claramente cómo el menor rompía entre sus dientes un caramelo duro - No me interesa, Loki. De verdad, no sigas rogando, es patético.~

- ¡¿Hah?! ¡¿Patético?! Lo hago porque te amo ¡Porque quiero seguir contigo! - el noruego golpeó con el puño cerrado el colchón, sintiendo un escozor en los ojos que si bien le era familiar, no le era tan habitual.

- Es patético, de verdad. Quizás tengas mejor suerte la próxima vez ~ - Una risa atravesó el auricular del móvil, seguida del ruido del envoltorio de un paquete de papitas siendo abierto - dile a tu nuevo novio que se suscriba a tu Only, por cierto.~

- ¿Qué...? - Loki palideció por un segundo, quiso rebatir, pero cuando abrió la boca nuevamente, la llamada había finalizado - No, no, no, espera, no, Bu-chan...

Se levantó de golpe, sintiendo un sabor amargo y ácido a la vez en su paladar, mientras su garganta se cerraba e intentaba marcar otra vez.

Número no disponible.

- Mierda, mierda, mierda...

Sus manos temblaban y su corazón se contraía en su pecho, mientras intentaba escribirle también por mensajería. El mensaje no llegaba. La foto de perfil del amante de los dulces había desaprecido, siendo reemplazada por una silueta gris default. Sin darse cuenta, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas mientras el nudo en su garganta le dificultaba respirar.

- No...mierda...

Quiso lanzar el móvil, pero una pequeña idea cruzó por su cabeza. Lagrimeando, aún temblando, marcó ágilmente otro número que conocía bien.

- Vamos, vamos, vamos...

Número no disponible.

El noruego volvió a palidecer, buscando el contacto en su aplicación de mensajería. La foto seguía ahí, había una esperanza. Tecleó con esfuerzo, cometiendo algunos errores en el proceso.

"Hey, Herc."
"Estas ahii?"

La respuesta no se hizo esperar. Sin embargo no fue en lo absoluto lo que esperaba. Una foto de una sola visualización. Un par de ojos heterocrómicos apenas cubiertos por un flequillo albino y acompañados de una sonrisa maliciosa. No pudo tomar una captura de pantalla, no supo cómo responder.

Ikigai || [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora