00.1. Commemoratio Omnium Fidelium

144 15 9
                                    

Hace tres años...

- ¿Ustedes no celebran el día de muertos?

Preguntó Narciso mientras prendía cuidadosamente un par de velas, acomodadas en candelabros sobre un elegante sarcófago de concreto.

- Mh, en abril, el Qingming - LüBu se encogió de hombros, sosteniendo una jarra de vino bellamente ornamentada - No tenemos muertos realmente, así que Shang visita a los vecinos y Tang pone un altar a Huàngdí...

- ¿Huangdi? - Narciso se apartó de las velas, satisfecho al ver cómo ardían pulcramente sin llorar cera sobre el sarcófago.

- El emperador amarillo. Es un ancestro de los Han, y Tang está muy orgulloso de su ascendencia - Resopló el chino con molestia. Narciso rió por lo bajo y posó una mano sobre su hombro.

- Cada quien recuerda a quienes ama. Creo que no puedes culparlo por eso...

- Si...supongo. Ustedes celebran hoy ¿no?

- Mhm - el rubio asintió, tomando la jarra que Fengxian sostenía - Siempre vengo a visitar a mi madre en este día...

El chino se quedó en silencio, contemplando la foto que relucía en un costado del sarcófago sobre una pequeña inscripción en cursiva y números romanos.

Una guapa mujer de mejillas sonrosadas y melena negra rizada, Lucilla Augusta, fallecida a la temprana edad de veinticuatro años y dejando en soledad a su esposo Lucio y su pequeño hijo, Narciso, quien en ese entonces contaba con ¿cuánto? ¿cinco años? Fengxian no podía imaginarse algo así, desde la idea de tener una madre, hasta el simple atisbo de la posibilidad de perderla.

Narciso era el chico más amable que conocía, siempre tenía una sonrisa en sus labios y ni siquiera las peores adversidades lograban dañar su temple. Era simplemente impresionante, a su modo.

- Mamá solía poner el altar para mis abuelos en casa, creo que nadie espera ser el siguiente en la ofrenda del Día de Muertos...¿no? - el italiano sonrió a medias, colocando la jarra por fin junto a una hogaza de pan que reposaba sobre la tumba.

- Mhm...solo he visto la ofrenda de la casa de Cheng, no puedo imaginarme una ofrenda con mi propia foto, o la de Shang - Negó con la cabeza hasta casi sacudirla, alejando de su mente aquellos pensamientos lúgubres.

- Dejemos de hablar de cosas así, aunque sea el día de los muertos, es un día de celebrar su memoria y el tiempo que pasamos con ellos - El mayor se sentó en el cordón de concreto que rodeaba el sarcófago - ¿Por qué aceptaste venir? Creí que no te gustaban estas cosas formales.

- Mh, bueno - El asiático se rascó la mejilla apartando la mirada - iba a almorzar en casa de SunJian, pero me canceló a última hora y Shang regresa en la noche. No tengo nada que hacer hoy.

- Jo, soy el plan de respaldo - Se carcajeó Narciso, asintiendo ligeramente - No te preocupes, le dije a mi padre que vendrías con nosotros.

- Aún me pregunto cómo es que le caigo bien a tu padre.

- Pues...realmente me salvaste el pellejo - Se encogió de hombros el mayor, agarrando su brazo por instinto - no me imaginaba que Comodo y tú iban al mismo gimnasio, y mucho menos que tú le podrías partir la madre así.~

- Pff...es solo un debilucho - LüBu se sentó por fin junto al italiano - Siempre se acobarda, y según Cesc, no puedo excederme en el gimnasio...

- ¿Quién diría que eres mi menor?

- La edad no determina la fuerza.

- Lo se.

Ikigai || [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora