II. Kerfuffle

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Las vacaciones pasaron en un abrir y cerrar de ojos. La visita de la familia por las fiestas fue tan incómoda como aquella fatídica cena, y el escaso alivio que Thor experimentó durante esos dos largos meses de descanso fue la visita de sus pequeños hermanos, dos chicos inseparables que todavía se llevaban como perros y gato con su "querido" primo Loki. Sin embargo, en cuando Hodr y Baldur partieron, el mundo volvió a ser sombrío y repetitivo...hasta que Febrero llegó, y con este, dio inicio el ciclo escolar.

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- ¿Estás seguro de que puedes seguir solo, pequeño Thor?

Preguntó Loki con una sonrisa maliciosa, andando junto a su primo a pequeños saltos mientras contemplaba hasta su más mínimo gesto con atención. Y es que Loki había vivido un largo tiempo con su padre antes de mudarse con su tío Odin, y estaba por mucho acostumbrado al barullo de las escuelas públicas. De hecho, este era el colegio más fino al que había asistido en toda su vida, y probablemente lo mejor que lograría si no conseguía una beca pronto, porque estaba seguro como el diablo de que Odin pensaba botarlo a la calle en la primera oportunidad que tuviera. Y mucho más ahora que era "una terrible influencia para Thor". Una carcajada salió de sus labios al pensarlo, y el pelirrojo le dedicó una mirada de fastidio por su infantilidad.

- No es como que sea otro cabeza hueca, Loki. Mis compañeros lo eran, pero yo no, nunca, jamás.

- Ay, ya, no te pongas tan sensible ¿acaso en el colegio fino les dan calmantes para empezar el día? Tienes cara de síndrome de abstinencia.

Y Loki estalló en otra carcajada, logrando que Thor apresurara el paso escapando de su alcance y buscando su salón con la mirada. Su mente, mientras tanto, divagaba en asuntos no tan alejados de su situación actual. En realidad, Loki ya debería haber terminado el colegio, pero el peliverde era un desastre académico y había repetido el penúltimo año también. Con ayuda de tutorías, negocios, y una llamada bastante cruda de su tío Laufey (la cual le habían prohibido presenciar, y tenía una vaga idea del por qué), había conseguido pasar al último año por fin. Thor, en cambio, era brillante, tranquilo, responsable...era, porque en algún momento de su paso por ese colegio de gran calidad, había perdido el propósito de seguir esforzándose, de estudiar, de mejorar, y de vivir. Pronto pasó de tener calificaciones perfectas a dejar de asistir a clases, y era relativamente fácil encontrarlo: se la pasaba en el establo del colegio, o trepado a algún árbol cercano de los amplios jardines. En el mejor de los casos, simplemente estaba durmiendo en la biblioteca, y en el peor, había llegado a saltarse el muro para pasar la tarde en la playa, viendo las olas chocar entre si, furiosas y apasionadas, grandes, azules, simplemente hermosas...

Tan diferentes de su vida gris, silenciosa y sin valor.

Un suspiro profundo escapó de sus labios y detuvo su tren del pensamiento, percatándose de que se hallaba frente a la puerta de su salón. Guardó en su bolsillo el papel arrugado de la lista de cursos y empujó la puerta, intentando no ser notado al ingresar.

Para su sorpresa, la misión fue exitosa...quizá con sospechosa facilidad. El aula no estaba llena a reventar, pero había mucho más dinamismo del que había visto jamás en un salón. Un pequeño grupo estaba jugando tres en raya en el pizarrón, mientras otro grupo hacia el fondo escuchaba música en un estéreo portátil, no tan portátil. Whitout Me resonaba por todo el salón, pero los demás estudiantes no parecían inmutarse en lo absoluto. En la ventana un tipo castaño con el rostro lleno de pecas parecía hablar a gritos con alguien que estaba en el patio, un piso abajo de ellos, y en el medio se había formado un pequeño grupo de chicos de rasgos asiáticos que parecían rodear a dos niños de cursos menores, los cuales cargaban con dificultad...

Ikigai || [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora