00.4. Galette des Rois

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El Enero pasado...

Lucifer aceleraba despreocupadamente en su motocicleta, con una sonrisa en los labios y de tanto en tanto bajando la zurda enguantada para cubrir del feroz viento las manos que rodeaban su cintura. A sus espaldas, Jesus, con un grueso suéter navideño a manera de abrigo, intentaba esconder el rostro tras esa amplia espalda mientras se aferraba al saco de cuero del mayor como si su vida dependiera de ello.

-...entonces decidí ajustar el embrague, pero lo dejé muy sensible y ahora si lo toco un poco, acelera demasiado ¡mira! - explicaba el rubio, acelerando y bajando la velocidad como si se tratase de un juego, provocando que el castaño a sus espaldas jadeara asustado y apretara el agarre.

- Ok, ok, ya entendí ¡Ya entendí! - Escondió el rostro todavía más en aquella espalda fornida, ahogando un pequeño grito cuando Lucifer hizo una curva cerrada hacia la derecha que por poco lo hace saludar con un beso al asfalto, para luego seguir el camino por un par de minutos antes de frenar limpiamente frente a una pequeña cafetería.

Lucifer por fin bajó de su Honda Fireblade, quitándose el casco para luego darse la vuelta y bajar a Jesus, quien aún se agarraba al asiento como un gato asustado.

- Llegamos, ya puedes abrir los ojos.

- Me niego, es una trampa - sacudió la cabeza, resistiéndose al agarre de su amigo hasta que sus pies tocaron el suelo, que fue cuando al fin abrió los ojos, permitiendo al mayor retirar de su cabeza el casco de seguridad - Ay...tierra firme.

- Te juro que no nos vamos a accidentar, si hay alguien bueno con la moto, ese soy yo - Lucifer le sonrió, despeinandolo ligeramente y abrazándolo por los hombros para prácticamente arrastrarlo dentro de la cafetería.

- Ya...olvidemos eso. Pero...¿a qué se supone que vinimos? - Protestó el castaño, aunque poco o nada hizo por liberarse del agarre. En cambio, traspasando el portal, permitió a la esencia del café llenar sus sentidos y a sus pies guiarle a una de las mesas junto a la ventana, donde se podía apreciar el bonito parque frente al establecimiento, y un poco más allá la costa cubierta de piedras, siendo besada por las olas del mar y bañada en suave espuma que a su parecer, lucía como suave algodón.

- Te voy a hacer una pregunta seria - replicó el rubio a manera de respuesta, soltándolo para tomar asiento - ¿Hiciste algo por tu cumpleaños?

- Eh...- Jesus apartó la mirada, sentándose frente a él, para luego asentir con una sonrisa nerviosa - Comimos pastel...

- ¿Y qué más?

- Abrimos regalos...

- ¿Y qué más?

- Pues...pasear.

- Sabes que se te da fatal mentir - Se rió el mayor, extendiendo una mano hacia su mejilla para pellizcar esta con suavidad - Así que deberías serme sincero ¿si? No te voy a regañar pero...

- Ya, ya se lo que me vas a decir - Replicó el menor, tomando la mano ajena para apoyar en esta su mejilla, haciendo su mejor mirada de cachorrito - Que mi cumpleaños es importante, y que aunque sea en plena Navidad debería hacer algo, más ahora que cumplí quince y...bueno, se que tienes razón, pero en Navidad hay más cosas importantes, y tampoco es como que haya lugares a dónde ir que no estén llenos de gente festejando, y prefiero ayudar en casa...ya sabes, ya sabes cómo soy.

- Lo se, y tú sabes cómo soy. Deberías llamarme a mi si es que nadie más tiene tiempo, o si quieres hacer algo por tu cumpleaños - Lucifer resopló, apartando algunos mechones rebeldes de cabello de su rostro - Siempre tendré tiempo para ti.

Ikigai || [SNV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora