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—Doctor Jeon, excelente como siempre. Puede continuar por su cuenta ahora.     

—Muchas gracias, doctor.

—Es todo, muchachos. Será una recuperación sencilla. Cierren y limpien.  

Cuando el doctor principal, un anciano con muchos años de experiencia, salió de la sala de operaciones, Taehyung miró la manera en la que Jungkook se movía tan fluidamente frente a él. La incomodidad de la mañana fue breve, y aunque no habían hablado mucho, sus hombros ya no estaban todos tensos y luego, como para romperle la ilusión, el hombre, que había estado esperando a que terminara la operación, con una sonrisa bajo su cubrebocas y las manos viajando por cada uno de los instrumentos quirúrgicos, de pronto se encontró de frente con los ojos de Jungkook, quien aparentemente levantó un poco la cabeza.

A través de la lupa unida a unas gafas, las pupilas de Jungkook captaron las suyas por tanto tiempo, que Taehyung dirigió la dirección de su cuerpo hacia otro lugar, se rascó la cabeza y se puso en cuclillas en el suelo para evitar hacer cualquier tipo de contacto visual mientras se ponía a contar y en lo que colocaba las gasas empapadas de sangre una por una, en una bandeja especial, Jungkook suspiró y se concentró de nuevo en la operación. Era lo bueno de estar en un quirófano, donde era inaceptable apartar la mirada del paciente durante tanto rato.

Luego, mucho después de que se completara la cirugía y se realizaran todos los recuentos necesarios, Taehyung finalmente terminó de limpiar y salió de la sala de operaciones solo para encontrarse a Jungkook, quien lo estaba esperando sin quitarse aún el gorro de quirófano.

—¿Qué...? ¿Qué haces?

Dado que era la última cirugía de la mañana, Taehyung, que se había ocupado de su trabajo de un modo bastante despreocupado, ahora estaba mirando a Jungkook como si no pudiera creer que lo estuviera esperando todavía. Había parecido bastante reacio a enfrentar este "cara a cara" con él debido al crimen que cometió anoche pero, de todas maneras, el hombre pareció tan casual que tensó su cuerpo.

—¿Vamos a comer juntos?

—Uy, ¿Cuándo me ves te da hambre? —Taehyung, que estaba muy nervioso, dijo un chiste que de inmediato sonó con doble sentido, como algo que no debió haber dicho nunca en su vida y fue peor cuando Jungkook lo agarró por el hombro y sonrió.

—Pervertido.  

¡Madre santa! ¿Desde cuándo era tan bueno captando el doble sentido?

—... VAMOS ENTONCES.

Después de que Taehyung sufriera de gastritis durante unos días, Jungkook se comportó como una "madre pájaro" que no podía vivir sin alimentarlo decentemente. Los dos fueron al vestidor, se cambiaron de ropa y se pusieron las batas blancas de costumbre. Pero mientras caminaban hombro con hombro, Taehyung de repente se dio cuenta de que Jungkook siempre lo había estado esperando. Es decir, fue una suerte que el programa de cirugía terminara tan temprano hoy, pero, hubo momentos en los que salía demasiado tarde del quirófano y a menos de que tuviera otros asuntos, el hombre siempre esperaba obedientemente a que apareciera por los pasillos del hospital. Era irónico que se diera cuenta hasta ahora pero, de hecho podía decirse que antes no había prestado mucha atención a sus acciones, siempre pensó que era muy casual. Además ¿No había un dicho que decía que cuanto más te acostumbrabas a algo más descuidado te volvías y lo ignorabas?

Que Jungkook lo esperara a la hora de la comida, era algo tan terriblemente familiar para Taehyung que simplemente se olvidó de apreciarlo.

Taehyung se sonrojó completamente. Tal vez era algo tonto, pero de repente comenzó a sentir una nueva oleada de vergüenza que estaba haciéndole cosquillas hasta subirle por la garganta y es que el hecho de que lo hubiera estado esperando para comer juntos hizo que su corazón latiera de manera extraña.

Pasillos de Hospital Donde viven las historias. Descúbrelo ahora