Taehyung escuchó tantos regaños como para llegar al punto en que le dolían los oídos, hacia pucheros como un pato y se dirigió a la sala de cuidados ambulatorios acompañado de Jungkook y cuando se sentó en la camilla de la esquina, Jungkook entonces sacó la gasa empapada en desinfectante y una pinzas kelly del balde de acero inoxidable que ya tenía preparado encima de su escritorio. Luego, con mucho cuidado, limpió los coágulos de sangre en los labios desgarrados de Taehyung.
—Auch, arde.
—Quédate quieto.
Taehyung miró a Jungkook todo este tiempo mientras le sostenía de la barbilla. El hombre tenía una mirada preocupada encima y unas largas y perfectas pestañas que no dejaban de chocar con sus pómulos. Sin embargo, sus mejillas rojas eran lo que más destacaba de esto. Lo miró en silencio por un momento y luego, dejándose guiar por sus pensamientos, levantó la mano y decidió acariciarle lentamente la cara.—Mira como te dejó.
La piel de Jungkook era tan delgada y tan blanca que le preocupaba muchísimo que los moretones se le notaran y que además de eso, duraran más de un par de días en desaparecer. Los labios de Taehyung se torcieron ante la idea de verlo así de herido todos los días en el trabajo así que incluso gruñó sin darse cuenta y apretó un poco más los dedos que seguían sobre su mentón. Mientras tanto, las manos de Jungkook, que estaba sorprendido por su toque tan repentino, se endurecieron tanto que comenzó a ser hasta doloroso que siguiera trabajando alrededor de su boca.
Taehyung arrugó la frente. —Bien, es suficiente. Me duele.
—No seas cobarde.
—En serio, déjalo así. Además, me voy a ver como un chico malo, me van a dar descuentos en el bar y toda la cosa.
Jungkook negó con la cabeza y dejó escapar una pequeña risita ante eso. Luego, Taehyung movió el dorso de su mano contra su boca y frotó el lado que tenía abierto para ver si seguía saliendo sangre. Sin embargo, ante su acción de tocar la herida que ya había sido desinfectada, Jungkook le agarró de la muñeca y lo regañó.
—No hagas eso.
—Tranquilo. Más que eso... A ver, dame tu mano también. Anda.
Taehyung estiró la mano de Jungkook y la sostuvo contra la suya. Allí había una herida increíblemente inflamada que iba desde la muñeca, pasaba por el dorso y se quedaba en sus dedos. —Ya sabía. No sabes dar buenos puñetazos.
—Tomó la tijera de la mano de Jungkook y comenzó a desinfectar las heridas en su dorso. Él frunció el ceño como si realmente le doliera muchísimo lo que le estaba haciendo.—No debiste actuar así, solo te hiciste daño. —Las palabras de Taehyung parecieron puras quejas insatisfechas pero, por dentro, estaban llenas de nada más que arrepentimiento. En el momento en que ese... Infeliz lo abofeteó en la mejilla, estalló un fuego en su pecho que le hizo actuar imprudentemente. Era como si las chispas salpicadas en un hoguera se convirtieran en un incendio forestal. La ira en su interior realmente ardió en un instante y luego se extendió de tal forma que hasta había pensado seriamente en moler la cara de ese bastardo a patadas.
Taehyung agarró la mano de Jungkook y arrugó la cara.
Sus mejillas también eran importantes, pero como era un cirujano, sus manos eran algo que debería apreciar más que nada en el mundo así que no era una exageración decir que le dolía el corazón al verlo así. Además, aunque era una herida que podía curarse perfecto con solo pomada, lo vendó hábilmente y además lo envolvió con una gasa, lo que hizo que la mano de Jungkook quedara un poco inservible, de todas maneras, este movió sus largos dedos para ver si podía trabajar aún así.
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Pasillos de Hospital
FanfictionKim Taehyung, enfermero instrumentista en el quirófano del Hospital Universitario Deokwon, fue llamado "playboy" tantas veces que todos sabían que ya había desgarrado los corazones de muchos y muchas enfermeras en el hospital y destrozado a su vez...