𝐕𝐈

54 16 4
                                    

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Ah...qué difícil es la vida.

Especialmente la mía, ya que debía esperar a que alguien quisiera abrir su bocota algún día.

Aquel policía fue duro, ni golpeando sus rodillas con un mazo quiso hablar, uno de los más difíciles que nos ha tocado. Si así era con un simple policía, no quería imaginarme con alguien de mayor rango.

Deseaba matarlo en estos tres días que lo hemos tenido encerrado. Ethan acabó dejando la cueva más de una vez e intentó no dejarse llevar por sus impulsos, hasta que tuvo una idea y la ejecutó.

Una que le salió perfecta para ser la más básica.

El oficial Harris, ahora mismo, veía a varias personas con máscaras rojas alrededor de su esposa.

A pesar de tener prohibido usar celulares en CNS, obtuve el permiso de utilizar uno en este momento, para que mi muñeco y yo podamos ver todo en directo. Él se dedicó a llorar, observando a su esposa tirada en el suelo de un lugar que no supo reconocer.

Su mirada reflejaba el verdadero terror, digno de admirar.

—Entonces...¿A quién más le diste esa información? —pregunté estresado.

Los dos guardias que se encontraban dentro de la cueva junto a mí, no dudaron en acercarse a él con unos machetes en sus manos...

El silencio reinó una vez más, maldita sea.

Bueno, no nos quedó de otra.

Mencionó Ning Jing de fondo, observando las máscaras de Ethan, Hayoon y Noah. Dannie no pudo participar el día de hoy.

Su esposa comenzó a moverse con desesperación en el piso, llorando al tener la punta de un cuchillo tocando su hueso del tobillo.

—¡E-ESTÁ BIEN, D-DIRÉ TODO! —él gritó de manera escandalosa aquellas palabras y que, por favor, se detuvieran. Sin embargo, conociendo a Ethan y Noah, no lo harían.

Ning Jing hundió más la toalla en la boca de esa mujer, luego la cubrió con ambas manos. Al segundo, realizó una llave con sus piernas para controlar el cuerpo de ella.

Ethan alzó su mano con el cuchillo, Noah sostuvo con fuerza su pierna...

No me equivoqué, mirando el rostro demacrado del policía Harris. Con mi mano libre, acaricié su mejilla húmeda.

Él veía horrorizado como la punta de aquel cuchillo fue clavada en el tobillo de su esposa con toda la brusquedad del mundo.

Ella parecía un gusano ahora mismo.

LOS ZHETAS © [LGBT+]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora