𝐗𝐗𝐗

4 1 0
                                    

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Narrador Omnisciente.

Un tono instrumental, procedente de un iPhone, sonó de repente y llevó a Kreighton a abrir los ojos.

Se tomó unos segundos para mirar a su alrededor mientras su visión se aclaraba, dándose cuenta de que había dormido en el sofá, cubierto casi por completo con su edredón blanco.

La alarma cesó y Kreighton fijó su vista en una cabellera larga y rubia que tomó su celular para silenciar aquel estruendoso sonido.

Un delicioso aroma a panqueques invadió sus fosas nasales; por lo tanto, se levantó y cruzó miradas con Dannie, quien le ofrecía una amplia sonrisa.

—Buenos días, honey.

Dannie se acercó al sofá y depositó un beso en la mejilla de Kreighton, contemplando su rostro aún somnoliento. La sonrisa de Kreighton fue creciendo y, al levantarse, atrajo hacia sí el cuerpo del rubio.

—Buenos días, mi kiwi.

La mañana de Dannie no podría haber comenzado de mejor manera tras escuchar ese dulce saludo.

Entre risas, ambos compartieron su primer beso del día. Dannie tomó de la mano a Kreighton y, juntos, avanzaron unos pasos hacia la isla de la cocina, donde él estaba preparando el desayuno.

Dannie se levantaba horas antes que Kreighton para poder asearse, limpiar la casa, cocinar y planchar la ropa que ambos usarían durante el día.

Para Kreighton, todavía no era habitual recibir ese tipo de atenciones; estaba más acostumbrado a hacer las cosas por sí mismo. Aunque en la casa de sus padres siempre hubo personal encargado de las tareas domésticas, sus padres le enseñaron la importancia de ser independiente.

Su infancia no fue solo divertida, sino también dinámica. Desde muy pequeño, Kreighton era consciente de que había crecido con muchos privilegios, a diferencia de otros niños de barrios pobres de Los Ángeles, donde su padre se había criado.

Kreighton estaba agradecido porque su padre nunca tuvo complejo en llevarlo allí, lo que le permitió conocer a los amigos de su padre que sabían de música. Su papá también quiso dedicarse a la música, pero sus abuelos se encargaron de eliminar aquel sueño de su cabeza, forzándolo a trabajar desde joven.

Se vio obligado a hacerlo; sin embargo, debido a una grave quemadura en uno de sus brazos, recibió la orden de reposo y la necesidad de acudir obligatoriamente al hospital. A pesar de su lesión, su mente solo pensaba en los gastos y lo mal que vivía su juventud.

LOS ZHETAS © [LGBT+]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora