LOS ZHETAS © [LGBT+]

𝐗𝐗𝐈

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—¿Qué?

Quedé en blanco al escuchar a Hayoon. Dannie reaccionó igual, bajando su taza de café.

Hayoon nos sonreía mientras fingía que nuestros celulares eran los papeles que colocaban sobre la mesa los periodistas de la televisión.

Después de semanas sin saber nada de estos dos chicos, volvimos a desayunar juntos en nuestra bonita y abandonada casa. Pero lo hacíamos por ellos, no por mí.
Por ejemplo, Dannie parecía querer ser el amo de casa en el apartamento del gigantón de Kreighton.

A veces lo veía guardar ropa en sus bolsos nada baratos cuando se dignaba a hacerlo. Su clóset empezaba a vaciarse lentamente. Era más que evidente que le encanta estar con Kreighton, haciéndole la comida y limpiando su casa en estos últimos días como si fuera su sirviente...

Y Hayoon y yo teníamos que rogarle casi que lavara unos miserables platos. Un caradura total. Hoy no era la excepción con él, que se miraba tan bien como de costumbre y llevaba el típico bolso negro con ropa dentro.

Después de observarlo, hice lo mismo con Hayoon, mientras daba un sorbo a mi café. Él lucía como el típico chico que estaba listo para ir a trabajar, con un elegante traje negro y una corbata roja...

Era increíble como podía verse bien con cualquier cosa, qué envidia.

Y, volviendo al tema inicial, él tampoco pasaba tanto tiempo en casa como yo, porque estaba con el hermano mayor de la zanahoria. Ay, ese fue el emoji que usé para agregar a Tobiah en mi lista de contactos. Ahora que lo pensaba bien, también debería ponerle una zanahoria a Trevor. Mientras pensaba en ello, Dannie miraba fijamente a Hayoon después de lo que él nos había contado.

—Oh dios mío, Trevor se aprovechó de ti, Yoon. Debemos contarle a Tobi e Ivor pero ya.

—No fue un chantaje de verdad, ridícula —Hayoon seguía sin creer que Dannie se lo hubiera creído—, solo actuamos como si lo fuera.

—¿No me estás mintiendo para cubrirlo, verdad? Mírame a los ojos y júramelo.

Dannie entrecerró los ojos, cruzándose de brazos. Notó seguridad en Hayoon, que le negaba con la cabeza y no sonreía como de costumbre.

Al sentirse seguro, él desvió su mirada de Hayoon hacia mí, que seguía sumergido en mis pensamientos. A su mente llegó la imagen de Tobiah, que ahora le preguntaba mucho sobre mí.

—¿Y tú qué? ¿Qué tal con Tobi? —Dannie sacudió su mano delante de mi cara, haciéndome volver a la realidad.

Hayoon dio un mordisco a su sándwich de queso y jamón, masticando con lentitud mientras esperaba mi respuesta junto a Dan...