-Deberían casarse, no entiendo porque no se lo permiten ¿Acaso el casamiento no se trata de amor puro e incondicional? -estaba con Arturo en la tienda de antigüedades hablando sobre él y Gérard.
-A veces la gente no tiene un corazón abierto y se encapsulan en la anticuada idea que tienen sobre el amor, piensas que solo viene de una forma -expresó con un tono triste en su voz.
-Me parece ridículo.
-A mi también, pero es el mundo en el que vivimos.
-Pero podemos cambiarlo -exclamé, mi gran sentido de la justicia no permitía pensar en que no podían casarse simplemente por ser hombres. ¿Acaso el matrimonio no se trataba de unirse a otra persona incondicionalmente hasta que la muerte los separe sin importar que?
-Tal vez tú puedes cambiarlo, yo ya viví demasiado.
-Creo que todo cambio en el mundo empieza con un cambio en nuestras ideas, pero podemos hacer algo, algo que sea suyo -una idea fugaz pasó por mi mente.
-¿Algo como que?
-Una boda, solo nosotros, en el bosque -expliqué y pude ver una pequeña luz en sus ojos.
-¿Una boda falsa?
-Que no sea en la iglesia no quiere decir que sea falsa, el sentimiento está allí y eso es lo más importante ¿Verdad?
-Como siempre, tienes razón.
Sonreí y comenzamos a planear cómo sería su boda en el bosque.
Siempre me consideré una gran seguidora del romanticismo, me gusta leer sobre ello, pensar en ello y verlo en otras personas. Pero jamás imaginé vivirlo, ni siquiera sentir ese tipo de amor.
Amor, ¿Cómo es que una palabra tan corta puede ser tan grande al mismo tiempo? Su significado es un misterio. Es como el océano, grande, poderoso y conocido, sin embargo nadie realmente sabe que hay allí. O tal vez sí, tal vez solo soy una chica en un pueblo, confundida con el amor.
-¿No crees que el amor es un sentimiento tan grande que es imposible encajarlo solamente con la idea de un matrimonio tradicional? Es decir, creo que hay amor en todo el mundo, donde sea que veas hay amor. En las flores que crecen cada primavera, en los pajaritos que cantan hermosas melodías, en los niños jugando inocentemente con ramas entre sí, o incluso dentro de una casa, en la que vive una familia numerosa con la costumbre de bailar antes de ir a dormir -comencé a divagar mis ideas mientras miraba por la ventana.
-Yo sé que existe el amor porque lo veo todo el tiempo, Amelia, ten por seguro que el amor no es solo un matrimonio tradicional y cualquiera que diga lo contrario tiene mucho que aprender -comentó mientras acomodaba unos billetes en la caja registradora.
Lo dijo de una manera tan incondicional que me transmitió paz ¿Cómo unas simples palabras pueden tener ese hermoso efecto en mi?
Me acerqué y lo abracé, él me abrazó. Las palabras no fueron necesarias. Ese abrazó significaba "te amo" y mucho más.
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Nuestra melodía
Ficção Adolescente¿Cómo puedes estar tan alejado de alguien por tanto tiempo pero seguir sintiendo esa melodía que surge en lo profundo de tu corazón cada vez que piensas en él? Amelia, una joven de diecisiete años con una mente curiosa y bondadosa anhela reencontrar...