SANJI
El alma de Sanji salió de su cuerpo, pero volvió para discutir el resultado.
-No puedo ir con el marimo.- Dijo con un gesto de súplica hacia el narizón.
-Son las reglas, Sanji.-Usopp se encogió de hombros. El rubio miró hacia Zoro, seguro él tampoco estaba de acuerdo con el resultado. Si los dos se quejaban, tal vez podrían cambiar de pareja.
-Escucha, ninguno de los dos está de acuerdo, solo cambiemos con Brook y contigo.
-Mmm, no. A mi no me importa, en realidad.- Tras decir tremenda bomba como si nada, la cabeza de alga se levantó del suelo, donde estaba sentado observando toda la situación.- Puedo cargar con las compras, ya sabes, suelen ser muy pesadas.- Sanji lo observó como si le hubieran salido flores del césped que tenía como cabello.
-¿Me estás diciendo débil? Hasta lo que yo sé, podría cargar con más bolsas que tú.
-¿En serio? Pero si tus delicadas manos podrían romperse.-Zoro se acercó a él con una sonrisa burlona.
-Delicado vas a quedar cuando te dé una paliza.-Los dos comenzaron un vaivén de insultos mientras se empujaban. Ni siquiera se dieron cuenta que Usopp y los demás se escabulleron hacia sus camarotes para alistarse. Lo cierto era que toda la tripulación, excepto ellos mismos, Luffy y Chopper, sabían que entre las alas del próximo rey de los piratas existía un tipo de tensión no muy hetero.
Robin fue la primera en sugerir que los roces constantes que tenían en sus peleas, no parecían nada más que un intento desesperado por tener contacto físico. Todos estuvieron de acuerdo, sobre todo porque existían otros aspectos que confirmaban la teoría de la pelinegra. Como la forma en la que Sanji siempre quería demostrar cuánto le gustaban las mujeres. A sus ojos, era una manera de ocultar su espíritu homosexual de closet.
Del único que dudaban un poco era de Zoro. Su rostro siempre permanecía como una roca, ya sea ante una mujer o un hombre. Franky, en una ocasión, sugirió que podría ser espadasexual. Se rieron, pero si lo contemplaron por unos segundos. Sin embargo, Brook señaló que sus expresiones cambiaban cuando hablaba con Sanji. Eran sonrisas maliciosas, burlonas, sarcásticas,...pero, hey, eran sonrisas después de todo.
Para ser sinceros, todos velaban por que ambos se dieran cuenta de que tenían sentimientos por el otro y terminaran siendo una bonita y poderosa pareja. Pero hasta que pasara eso, siempre trataban de unirlos de forma discreta. Claro, como esa tarde. ¿Pensaron que era el destino? Si el destino se llama Usopp, pues sí. El moreno se encargó de hacer trampa en el sorteo, pues puso el nombre de Zoro como 10 veces. De que quedaban juntos, quedaban juntos.
ZORO
El cocinero caminaba por delante. No se habían dirigido una sola palabra desde que bajaron del barco y Zoro estaba por huir hacía cualquier sitio para echarse una siesta. Aún así, se resistió porque tenían una charla pendiente.
Estaban recorriendo el mercado del pequeño pueblo costero que estaba más alejado de uno de los cuarteles de la marina. Franky había escondido el barco en una enorme cueva que encontraron a las orillas de un acantilado. El Sunny no se veía desde ningún ángulo, pero por precaución, el mecánico terminó por quedarse a hacer guardia.
Nami les sugirió reunirse en la noche para decidir si se quedarían un día más. Les dio algo de dinero a cada uno y los grupos se separaron por distintos caminos. Desde eso habían pasado dos horas, y Sanji aún no compraba nada. Miraba todos los puestos de comida, pero parecía que nada le llamaba la atención.
Ahora, miraba un pescado fijamente. Estaba perdido en sus pensamientos, lo que molestó profundamente a Zoro. Estaba acostumbrado a que el cocinero aparentara que lo ignoraba, pero no que lo ignorara de verdad.
-Cejillas, ¿vas a comprar algo de una vez?- Se puso a su lado, esperando una respuesta.
-Compraré cuando vea un producto de calidad. No puedo darle cualquier cosa a Nami y a Robin.- Sanji pasó al siguiente puesto, donde una anciana les ofreció unas manzanas.
Cada manzana fue revisada por la experta mirada de Sanji. Esa iba a ser una tarde muy larga.
********
Alrededor de las 10 de la noche, comenzaron a regresar al barco. Él cargaba alrededor de once bolsas, todas pesaban como si llevaran piedras.
-No te quejes. Dijiste que llevarías las bolsas por mi, ¿no?- Sanji rió mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía.
-Veo que no eres mudo, cejas de diana.
-¿A qué te refieres?- Justo llegaron al Sunny, pero se detuvieron antes de subir. Sanji se veía nuevamente incómodo. En toda la tarde, apenas lo volvió a ver un par de veces. Solo durante su regreso habían vuelto a pelear un poco.
-Sabes a lo que me refiero. Estás portándote raro. ¿Te hice algo?
-A parte de existir,...nop.
-Pues parece que me hubiera cogido a tu hermana. Ni siquiera reaccionas bien a mis insultos.
-Mira, no te debo ninguna explicación, maldito espadachín. No me importas tanto como para reaccionar a tus palabras de troglodita.-Zoro dejó las bolsas en el suelo y se acercó a Sanji. Demasiado para el gusto del rubio.
-Claro que me debes una explicación, porque esa actitud de mierda hace que la comida y el sake sepan mal.- Sanji abrió la boca como un pez. Zoro pudo ver cómo la ira se apoderaba del cocinero.
-Como si alguna vez mi comida tuviera gusto para ti.- Dijo mientras le clavaba uno de sus dedos en el pecho.
-¿Qué dices?
-Vamos, odias mi comida. Lo sé porque nunca me has dado un solo cumplido.- Sanji retrocedió, mirando hacía cualquier parte excepto hacía el rostro de su compañero.- Nunca has dicho que está delicioso...
- ...Oye, yo no odio tu comida.- Zoro se sintió algo culpable. No pensó que algo tan banal afectará tanto al cocinero. Sanji solo suspiró irritado y siguió retrocediendo. Zoro tuvo el impulso de agarrar su mano como lo había hecho en el Sunny, porque quería que lo mirara. Sin embargo, Sanji se dio la vuelta, mirando hacía el camino por el que habían venido.
-Eres un mentiroso. Dile a los demás que fui a dar un paseo, volveré más tarde.- Y por segunda vez en el día, Sanji le volvía a dar la espalda.
Qué mierda le pasaba. Más importante, por qué le importaba tanto. Sin ser consciente de sus acciones, comenzó a seguirlo a unos cuantos pasos de distancia. Por mil demonios, aún no habían acabado esa conversación. El cejillas lo escucharía.
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Odio y amor (Zosan +18)
FanfictionSANJI Desde que se unió a la tripulación de los Sombrero de Paja, se había dado cuenta de tres cosas. Uno, todos amaban su comida, excepto el marimo. Todos eran agradables con él, excepto el marimo. Tres, él era agradable con todos, excepto con el m...