Capítulo 15

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ADVERTENCIA: CONTENIDO +18. Si eres sensible a este tipo de contenido, te recomiendo saltar el capítulo.

ADVERTENCIA: LENGUAJE VULGAR.


SANJI

La boda era a las 12 a.m. Nunca estuvo tan nervioso en su vida, pues tendría que casarse para luego morir si los planes de sus amigos no salían como querían. No lo malentiendan, casarse con Pudding sería el menor de sus problemas. Ella demostró en los pocos días que la conoció, que era una muchacha maravillosa. Además, era bellísima. En otra época, Sanji habría estado extremadamente feliz por casarse con ella. Ahora, aparte de que quería vivir para seguir buscando el All Blue, tenía al estúpido del espadachín.

Hablando del marimo, aún no podía creer que tuvieron sexo telefónico. Lo que más lo mortificaba no era lo cachondo que se puso por las palabras sucias, sino por lo mucho que le gustó escuchar "Cariño" de los labios de Zoro. Y ahora, aquí estaba, en la bañera. Procuró lavar a fondo cada rincón de su cuerpo. Dudaba que el marimo se presentará, sobre todo porque encontrar lugares no eran lo suyo. Pero en caso de que lo hiciera, ya no iba a retrasar aquel encuentro.

Iba a perder su virginidad, por la puta madre. No imaginó que sería con un hombre, y menos con Zoro, pero la vida sí que traía sorpresas. De todas formas, quería esto. Estaba preparado tanto mentalmente como físicamente. Hacía varios días que terminó de volverse loco por sus verdaderos sentimientos hacia el peliverde. Le gustaba. Más que eso, se enamoró de Zoro sin siquiera darse cuenta.

Fue Violett la que consiguió abrirle los ojos y Pudding la que lo ayudó a estar bien con ello. Bien, aún no sabía su orientación sexual, pero ya no le importaba. Solo quería a Zoro, es todo. Por supuesto, aún temía la reacción del marimo. Es por eso que trataba de comportarse algo distante. No estaba preparado para que Zoro lo rechazará. Después de todo, su acuerdo mutuo era para una relación casual.

Se levantó de la tina y se envolvió una toalla en la cintura. Entró a su cuarto, quedando boquiabierto. Zoro estaba sentado al pie de su cama, inclinado ligeramente hacía atrás. La mirada del peliverde era cómo describirían la de un animal carnívoro que ve un pedazo de carne. Lo miraba hambriento. Tras comérselo con la mirada, el marimo sonrió con descaro.

- Ven.- Como si fuera una orden, Sanji caminó en silencio y se subió a horcajadas, con una pierna a cada lado. Debido a la tela delgada de la toalla, podía apreciarse claramente su excitación. Estaba abochornado por su temprana reacción, pero no lo demostró.

- Aún te odio, lo sabes.- Dijo él.- Solo te haré un favor. Ayer te escuchabas tan necesitado que te daré este pequeño regalo antes de casarme.

- Te lo dije, no te vas a casar.- Zoro rodeo su delgada cintura, atrayéndolo más cerca. Pudo notar la creciente erección contra su estómago, estaba tan dura como una roca.- Y deja de fingir que no quieres esto, porque lo haces tanto como yo.

- No es así.- Sanji se removió contra su miembro, creando una ligera fricción que lo hizo ver estrellas.

- Lo que tú digas, cariño, no me importa. Ahora dame tu lengua.

Se besaron. Si es que eso podía llamarse beso. Fueron mordidas desesperadas, totalmente hambrientas. Zoro jugó con la lengua de Sanji hasta que ya no tuvo más aliento. Luego, atacó el cuello del rubio, chupando cada centímetro de piel.

-Cómo me dejes marcas visibles te voy a matar.- El bastardo se hizo el sordo y chupó fuertemente su clavícula.- Eres un idiota.

A pesar de su negativa, Sanji empujó con fuerza la cabeza de Zoro contra su piel. Los gemidos salieron pronto de su boca cuando él encontró sus pezones. Los acarició suavemente, los lamió y apretó. Comenzó a temblar, estaba tan estimulado que sentía que podría correr solo siendo atendido en sus pezones.

Odio y amor (Zosan +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora