Capítulo 12

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ZORO

Se despertó de su siesta matutina y se estiró. A lo lejos, se podía ver Dressrosa. A pesar de lo que Law les dijo sobre Doflamingo y la fábrica, no estaba preocupado. Solo iría y haría su trabajo. Luffy estaría más cerca de ser el Rey de los Piratas y él regresaría victorioso a besar a ese rubio tan insolente. Echó un vistazo hacia el susodicho, que estaba fumando mientras miraba la isla.

La boca de Sanji sabía a cigarrillos. Debió imaginarlo, ese tonto fumaba como dos cajetillas al día. Aun así, quería seguir besándolo. Incluso lo haría delante de todos. Solo quería saborear de nuevo esa boca, esos labios y esa lengua. Bajó del segundo piso del Sunny y se paró a su lado.

-Así que,...gracias por lo de ayer.

-¿El banquete o el beso?- Sanji se inclinó sobre la barandilla, mientras lo miraba con una sonrisa coqueta.

-Los dos. Ambos estuvieron deliciosos.- Dijo sin una pizca de vergüenza. Si Sanji pensaba que solo él podía ser coqueto, se equivocaba.

-Eso es bueno. Podemos volver a hacerlo.- Eso sorprendió a Zoro. De hecho, lo que debió sorprenderlo desde el principio era que estaban teniendo una conversación normal y que Sanji no estaba a la defensiva por primera vez .- Quiero decir, no estuvo mal. Aunque, usas mucho la lengua.

-Mira quien habla, parecías un pececillo ahogándose.

-No es cierto, es que tú estabas aspirando mi alma.

-Bueno, si seguimos practicando podré mejorar.- Sanji golpeó suavemente su brazo y soltó una carcajada. La brisa en sentido contrario movía el cabello del cocinero hacía atrás, dejando descubierto su otro ojo. A Zoro le pareció hermoso. Igual sus cejas. Él siempre se burlaba de ellas, pero eran muy lindas. Todo en el rubio era perfecto. Jamás en toda su vida vio a nadie tan elegante pero a la vez tan fuerte.

Miro hacia atrás y se dio cuenta que no había nadie más que ellos en la cubierta. Regresó su mirada de vuelta a Sanji. Iba a arriesgarse, aunque lo golpearan después. Subió la mano hasta su mejilla para llamar su atención. Sanji se giró hacia él. Con delicadeza, colocó el flequillo del rubio detrás de su oreja.

También, le quitó el cigarrillo de la boca y lo tiró al mar. Sanji se acercó un poco, adivinando lo que pretendía. Zoro cerró toda distancia entre ellos y lo besó. A comparación del día de ayer, esta vez fue lento. Exploró con cuidado cada centímetro, recordando su paso por ahí. Trato de memorizar tal exquisito lugar. El sabor, dios bendito, era tan dulce.

Agarró un poco el cabello del cocinero, queriendo tenerlo más cerca, más profundo. Sanji tembló un poco bajo su toque. Como amaba cuando hacía eso. Sin embargo, recordó dónde estaban y se alejó, dándole un último pico en los labios.

-Cuando terminemos nuestros asuntos en la isla, ¿podremos vernos a solas?- Dijo Zoro. Sanji sacó otro cigarrillo de su chaqueta y lo prendió.

-Sí, aún nos queda pendiente algo que te prometí ayer.- El rubio le guiñó un ojo antes de dirigirse de vuelta a la cocina.


SANJI 

(Dressrosa)

Llegaron a la pintoresca isla y antes de que pudieran darse cuenta, el plan de Law fracasó. De hecho, ni siquiera sabía dónde estaba el resto de sus compañeros. Se separaron hace un rato y no lograba recordar su papel en toda esa misión. Seguramente porque todo pensamiento se fue en cuanto vio a aquella despampanante bailarina. Como todo un caballero la acompañó hasta su propia trampa de la que logró salir ileso.

Odio y amor (Zosan +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora