collateral damage

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—¿Y esto?— preguntó Yeonjun con confusión.

No todos los días Soobin lo recibía con una caja de chocolates en la cafetería. Jamás lo hacía, de hecho. Y además, parecía estar evadiéndolo con la mirada, como si se diera pena o vergüenza.

¿Será que...?

—Soobin... valoro mucho tu regalo, pero... tú sabes qué para mí más que un compañero, eres como un amigo, y yo no puedo aceptar tus sentimientos.

Soobin se atrevió a mirarlo por fin, con confusión.

—¿Qué? ¡Ay, no seas idiota! No es de mi parte. Es de Beomgyu— y al terminar de pronunciar su nombre, volvió a evitar su mirada.

—¿Beomgyu?— dijo, mirando el paquete entre sus manos. Desde la semana anterior que no lo había visto ni habían hablado. Era raro, Beomgyu casi siempre iba a la cafetería; o al menos cuando él atendía. —¿Cuándo vino?

Beomgyu no había ido, se la dejó en su cuarto cuando regresó del departamento de Yeonjun. Como una recompensa, suponía.

—Me lo encontré en la calle, dijo que si te los podía dar de su parte— por que claro, no podía decirle la verdad.

Yeonjun analizó la caja antes de abrirla. Cuando lo hizo, sus ojos se iluminaron.

Eran veinte chocolates, de diferentes tipos cada uno. Algunos amargos, blancos o con nueces, y unas fresas en las esquinas también cubiertas de más chocolate. Beomgyu había dado en el blanco, a Yeonjun le encantaban los chocolates.

—¿Será adivino?— preguntó hacia sí mismo mientras agarraba dos chocolates con nueces y los comía.

—Guárdalos, hay que trabajar antes de que llegue Seehyo y nos diga algo— ordenó Soobin, arrebatándole la caja de chocolates y dejándolos en la mesa de la cocina.

—Envidioso.









Kim So-hee. Estudiaba la misma carrera que Yeonjun, y compartían algunas clases.

"¿Qué mierda hace allí?" Se preguntaba Beomgyu, observándola detenidamente desde la otra esquina de la calle, analizando su comportamiento.

Sabía, gracias a Kai, que estaba enamorada de Yeonjun. Y también que en los últimos días se había estando tratando de acercar más y más al chico, y sus acciones le habían estando saliendo correctamente.

No podía convencerse a sí mismo de que ella tenía alguna otra razón para estar allí más que por Yeonjun, por que, ¿quién dudaría tanto de entrar a una cafetería?

Sostenía su bolso café entre sus manos con nervios. A veces intercalaba entre la mano derecha y la izquierda, y miraba al objeto como si estuviera calculando sus movimientos. Se veía un sonrojo natural en sus mejillas que se sobreponía al rubor de su maquillaje. Sus grandes ojos se cerraban con fuerza cada cierto tiempo, tratando de alejar algún pensamiento malo, y después de unos largos minutos divagando, del bolso sacó un labial rosa para aplicarse más sobre sus ya rosados labios.

Sohee era convencionalmente muy atractiva, y eso no hacía más que molestar a Beomgyu.

Cualquier hombre heterosexual aceptaría estar con ella, y ella fue a fijarse en exactamente Yeonjun. Era como si la vida le jugara una broma a Beomgyu.

Finalmente, la chica entró al local. Y Beomgyu también, unos pasos detrás. Ella se sentó en las bancas de la barra, y él en una mesa de la esquina. Lo suficientemente cerca para escuchar alguna conversación que podría tener.

sweet views;  beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora