dangerous

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No tenía sentido.

Yeonjun siempre creyó ser una buena persona. Tal vez era por que cuando era pequeño se peleó con muchos niños. Tal vez era por la vez que por accidente se durmió encima de su hámster a los doce años y lo mató. Trató de hacer una lista de todas las cosas malas que alguna vez había hecho, pero no podía imaginar que ni siquiera juntando todo, realmente sea una persona tan horrible como para que eso le esté pasando.

Bueno, una cosa era ver a Hyeoh reportada como desaparecida. Sorprendente, sí. Espontáneo y complicado, también, pero no tenía sentimientos bonitos que expresar por aquella mujer. Por algún momento tenía el miedo de que lo que le haya pasado fuera culpa de aquella persona que tanto lo acosaba. Taehyun, estaba casi seguro que se llamaba.

Si era culpa de él, también sería culpa suya. Entretuvo esa teoría autoinculpadora en su mente por un buen rato antes, pero ahora ya no era así.

Ahora, viendo la imagen de Sohee en el mismo canal de televisión y a casi la misma hora que donde apenas semanas antes vio a Hyeoh, sabía que era su culpa.

No fue a la universidad ese día. Tan pronto como terminó de procesar realmente lo que estaba viendo, la bilis lo obligó ir al baño y vomitar todo lo que acababa de desayunar, y seguramente lo que había cenado también. Vomitó hasta que ya no quedaba más por expulsar de su estómago, aparte de el ácido que le quemaba la garganta. Odiaba esa sensación y tener que tomar y tomar agua hasta que el ardor se calmara, y era lo que más odiaba de vomitar, pero, en ese momento, ni siquiera podía sentirlo. Sabía que la amargura estaba ahí, pero su cerebro no podía procesarla. Como si estuviera entumecido.

Después del shock inicial, no pudo llorar. Era normal, al menos para él. Cuando te enteras de una noticia así, te sientes triste. Cuando notas las consecuencias de su ausencia, finalmente te derrumbas.

Pero, en ese momento, no era Sohee en sí lo que importaba. No era su desaparición, la que estaba seguro que, o era un eufemismo para decir que ya estaba muerta, o estaba n camino a estarlo. No, no era eso. Era el hecho de que era su culpa.

Debería haber leído lo que estaba escrito entre líneas todo ese tiempo. Debió de haberse dado cuenta de lo que le pasaba a las personas a su alrededor, y todo por culpa de él. ¿Tendría un patrón para atacar a las personas cercanas a él? ¿Habría visto a Hyeoh como una amenaza, así como a Sohee? ¿Siquiera estaban conectados sus casos? Se estaba volviendo loco.

Aun poniendo a Hyeoh de lado y asumiendo que ella no tenía nada que ver, sabía perfectamente por qué Sohee estaba desaparecida. Por hablar.

Y, si una persona con quien apenas tuvo una cita tuvo ese horrible destino, ¿qué sería Taehyun capaz de hacerle a alguien más cercano o que podría considerar más una amenaza, como Beomgyu? O incluso a sólo un amigo, como Soobin o Hyunjoo. O a su mamá.

No.

No.

No podía dejar que le hiciera nada malo a ellos. No por su culpa. Era peligroso. Lo mejor era alejarse. De todos. Con Soobin y Hyunjoo sólo necesitaba una relación de trabajo. Su madre acababa de regresar a su propia casa, ella no era un mayor problema hasta que se le ocurriera regresar y tuviera que buscar mil excusas para que no se quede.

Beomgyu.





.




—No es divertido— murmuró Beomgyu entre dientes, tratando de mantener su sonrisa. Preguntó por Yeonjun a su segundo amigo más cercano, y lo único que se le ocurre decir fue un estúpido «No sé», con una estúpida sonrisa fingida en su estúpido rostro. Soobin siempre encontraba nuevas maneras de irritarlom

—Porque no es una broma. ¿Por qué regresas aquí a preguntarme sobre Yeonjun, y no lo invitas a tu casa? Hace días me decía sobre lo mucho que le gustaba tu mansión—.

—No responde mis mensajes—.

—Tampoco los míos—.

Beomgyu estaba desesperado. Yeonjun llevaba dos días sin contestar sus mensajes, y ni siquiera lo dejaba en visto. Estaba tan acostumbrado a sólo revisar las cámaras de Yeonjun sólo en sus ratos libres (porque, ¿por qué seguiría haciéndolo a tiempo completo cuando casi siempre lo tenía a disposición? Bueno, hasta hace dos días), que volverlo a hacer como el único método para poder observarlo se sentía hasta humillante. Todo su trabajo puesto en su relación, tirado a la basura y volviendo a empezar desde cero. No, no estaba regresando al cero. Ahora estaba en el menos diez.

Un vistazo a la cámara del baño bastó para encontrar algunas piezas del rompecabezas, y si no podía armarlo, a menos ahora sabía cual era la imagen.

Yeonjun se sentía culpable. Culpable de Sohee, y, con el tiempo que lo conocía, de seguro también empezó a sentirse mal por Hyeoh. Claro, por que a su chico también le gusta resolver rompecabezas. Le gusta casi tanto como echarse la culpa de todo.

Entonces, como último recurso, tenía a Soobin... Con el que Yeonjun también decidió aislarse.

Ni siquiera muerta Sohee dejaba de arruinarle la vida.

—Si no fuera por tus impulsos, Yeonjun nos seguiría hablando a los dos—.

—¿Me vas a echar la culpa?— Beomgyu agarró sus café americano, listo para irse.

—Estás tan metido en tu propio narcisismo que no te das cuenta que sí, todo esto es tu culpa. El simple hecho de hablar contigo me da asco, ya vete— y lo más gracioso era que Soobin no sabía la verdadera tortura por la que hizo pasar a Sohee.

—El sentimiento es mutuo— caminó hacia la puerta, y aprovechó que acababan de abrir para pausar antes de irse. —Le llamaré a tu jefe para hablarle sobre el pésimo servicio al cliente— lo último que vio antes de salir por completo fue la mirada furiosa de Soobin, y el temor en los ojos de Hyunjoo por la amenaza.

Pero no importaba. No.

Solo importaba ganarse a Yeonjun de vuelta. Y lo haría; sabía que lo haría.

Por las buenas o por las malas.





















n/a: la escuela me consume

sweet views;  beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora