realization

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Después de una semana entera donde, en teoría, no sabía nada sobre Yeonjun, se seguía sintiendo tan miserable como el primer día. Lo único que lo estaba salvando era saber que no era el único que era ignorado.

Después de casi una hora insistiendo, estuvo seguro de que Soobin no sabía nada que él no supiera.

—Ni siquiera en el trabajo me habla. Tenemos a Hyunjoo como pelota de ping pong, pasando información el uno al otro— habia dicho Soobin, recargando todo su cuerpo y abarcando todo el espacio en el sofá de Taehyun.

Beomgyu podía recordar tener que hacer eso entre sus padres, ser la paloma mensajera. Nunca peleaban, a excepción de esa vez que fue de los últimos días que vio a su padre. Se había sentido mal por su madre, que la última vez que hubiera visto a su esposo haya sido con el enojo nublándole la vista, por razones que él de pequeño desconocía. Ahora y tantos años después, tenía el sentimiento de que su madre tuvo que ver en su muerte. Aun así, ya nada de eso importaba. Los dos estaban muertos, ¿qué más da?

—Creo que fue mi culpa— Beomgyu dijo en un casi susurro, mirando a su bebida, avergonzado. No por Soobin (si fuera por él, que se jodiera), si no por su propia relación con Yeonjun.
Woah, el mismo tiró todo a la basura por sus celos. Qué sorprendente.

—¡Claro que lo fue, idiota!— por otro lado, Soobin estaba a punto de lanzarle su propia cerveza.

Kai sólo reía. Parecían niños pequeños.

—Pues hablen con él— y se rio más fuerte cuando los dos voltearon a mirarlo, como si apenas se dieran cuenta que él también estaba en la habitación.

—Yeonjun está... algo triste — algo triste era un eufemismo para lo que realmente significaba devastado.

En su apartamento, no hacía mucho más que comer cereal (que a veces terminaba vomitando) y leer algún libro, en un intento casi patético por no revisar su teléfono ni laptop. Su paranoia aumentó, demasiado. Por más que Soobin lo odiara, jamás podría eliminar el hecho de que lo ayudó a poner las cámaras en su cuarto y baño.

—Por tu culpa—

—... No está comiendo muy bien—

—Por tu culpa—

—Reprobó su examen de... no sé que materia—

—Por tu culpa—

—No le contesta las llamadas a su madre, ni revisa su celular—

—Por tu...— antes de terminar, Beomgyu se levantó del piso para darle un rodillazo en la nuca. —¡Cálmate!—

—¡Deja de interrumpir!—

—¿Te molesta que te digan la verdad?—

Y siguieron discutiendo, mientras Kai sentía que se le iba el aire de tanto reír.

Si podía seguir viendo esos espectáculos entre ellos, jamás renunciaría a su trabajo.

Desde la puerta, Taehyun observaba.





















Frente a la puerta del apartamento de Yeonjun, sus manos no podían dejar de sudar. No sabía qué decir, y eso lo desesperaba. En todo el camino de ida, no podía pensar en qué palabras debía dejar salir de su boca.

¿Te extraño? No, muy sincero. Y eso no ayudaría mucho al estado mental de Yeonjun. ¿Por qué no me has hablado? Tal vez sonaba muy brusco. ¿Te amo? No era el momento. Algún día, pero no ahora.

Casi traicionando a su mente, tocó el timbre en cuanto identificó el número en la puerta. Tardó varios minutos hasta que escuchara pasos, y casi una eternidad hasta que la puerta se abrió tan lentamente que se notaba la duda en la acción del otro lado, junto con el arrepentimiento. Ése arrepentimiento que llega cuando ya lo estás haciendo.

sweet views;  beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora