teddy bear

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Yeonjun sentía su corazón latir a una rápida velocidad. Mas rápida que lo que lo hubiera hecho si la hubiera visto en el restaurante, en vez de ahora.

Sohee tenía la mirada perdida y su rostro como si le hubieran drenado toda la energía de la que disponía siempre, pero sus pasos eran obvios hacia donde se dirigían: hacia él.

Sabía que no tenía por qué, que fue ella la que no se dignó a aparecer en su cita, y sin embargo Yeonjun, durante esa caminata de la incertidumbre de la chica, planeaba sus palabras como si fuera un discurso. Y todas esas palabras se esfumaron de su boca cuando ella se paró enfrente suyo.

—Hola— saludó Sohee a unos metros de distancia, sin emoción.

—¿Por qué no llegaste ayer?— preguntó, por impulso más que nada. No estaba enojado, ella debía de tener sus razones y él las respetaba. Sólo no podía quedarse con al duda.

—No quise ir— respondió casi en automático. —No creo que algo entre nosotros llegue a funcionar, Yeonjun. No somos compatibles y nunca lo seremos.

—¿Qué? Sohee, ¿estás bromeando?— estaba perdido, demasiado. Sus cejas se fruncieron, esperando a que la chica se soltara en carcajadas y le dijera que era una broma.

—No quiero volver a saber de ti. Adiós— y así como llegó, se fue a seguir con sus clases.

Yeonjun solo miraba con tristeza y mucha confusión a la chica alejándose, sin darle tiempo de preguntar bien el por qué, en cuestión un parpadeo, decidió que ya no valía la pena intentarlo.

Según recordaba que ella le había dicho, durante más de un mes ella había hecho movimientos para poder acercarse a él y hasta entablar una amistad. ¿Quién hace todo eso por alguien con quien al final decide que no vale la pena intentarlo?

Algo le estaba pasando a Sohee.

No era un conspiranoico, o al menos no quería llamarlo así, pero, ¿por qué ese brillo especial que siempre estaba en sus ojos, ahora no se encontraba ahí? Sohee no se veía como ella misma en ese momento.
Usaba la misma ropa, tenía el mismo peinado y el mismo maquillaje, pero su forma de mirarlo o hablarle era completamente diferente. Sin vida. Su voz sonaba como si estuviera leyendo un guión y su mirada divagaba entre ver directamente al piso y vagamente a él, no a los ojos, pero tratando de disimular que no quería verlo a la cara.

Igual que Soobin hace unos días.

Solo que, cuando la miraba marcharse, observó una mancha en su espalda, o la parte de su espalda que no alcanzaba a cubrir su vestido azul.
Era un moretón.

Raro.








—Sohee me terminó — dijo Yeonjun, rompiendo el silencio que mantuvo entre él y Soobin desde que entró a su turno hasta ahora, que se encontraban cerrando el local.

—Nunca estuvieron juntos— dijo Soobin, tratando de bromear sobre el asunto.

Ya se esperaba algo así, pero no tan pronto. No por que no creyera en que algo entre Sohee y Yeonjun podía funcionar, si no por que sabía muy bien que Beomgyu encontraría la forma de sabotear alguna futura relación entre ellos. O entre Yeonjun con cualquier persona.

Si no se enteró con la conversación entre Yeonjun y él, lo haría de alguna otra forma. Lo sabía, sólo que no quería ser él el causante de que Beomgyu arruinara una posible relación de su amigo.

—Sí, pero... Dijo que no quería nada que ver conmigo.

—Woah, ¿Así lo dijo?

—¡Prácticamente! ¡Y no sé que pude haberle hecho! Un día me dejó plantado, y al otro resulta que cambió de opinión y ya no quiere intentar algo conmigo.

sweet views;  beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora