One-Shots de Severus.

Tal vez un dia.

Universo casi normal a el canon, no habrá más cambios.

Pareja: Severus Snape/ Sirius Black

Contexto: Nadie sabe que Sirius y Severus están en una relación por lo que Snape siempre trata de mantener sus encuentros en secreto, pero Black es un exhibicionista que no le importa mostrar más que un toque de manos. Sirius es libre, es lord Black, tutor de Harry, y también es profesor de Runas Antiguas. Severus en cambio es un profesor que trata de llevar una vida lo más normal posible, pero Sirius se metió en sus planes logrando que el empezará a dudar de sus sentimientos... ¿estaba empezando a enamorarse?

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Severus Snape caminaba por los pasillos de Hogwarts con su porte intimidante e imponente, ningún alumno se atrevería a retarlo gracias a su actitud y poder. Varios alumnos que lo veía pasar hacían lo posible para huir.

Ahora mismo, el ojinegro estaba haciendo guardia y por ello tuvo que ir a pasillo que no fuera recurridos normalmente para ver que no había ningún adolescente calenturiento haciendo cosas indebidas. Snape suspiró cuando vio que por suerte esa noche no había alumnos calenturientos y no tendría que hacer más trabajo esa noche. Sonrió levemente mientras se estiraba un poco, en ese momento estaba pensando en ir a su cama y no despertarse hasta el medio día, después de todo había sido una semana difícil.

Severus tarareo mientras caminaba de vuelta a su habitación entonces fue estrellado contra la pared sacándolo un gemido de dolor. El ojinegro miro a su agresor y era su amante, el "papacito" Sirius Black, claro este no sabía que Severus aveces lo llamaba así en su cabeza. Snape no podía evitar pensar que pasana mucho tiempo con sus primas mexicanas lo corrompió en cierta forma.

— ¿Que quieres, Black? — Dijo cansado y dio un respingo cuando Sirius llevó su mano a su entrepierna amenazando a masajear. — Ahhh... no... B-Black... estamos... — Severus jadeo mientras ya tenia una notable erección, en momentos como estos odiaba ser tan sensible, aunque era de esperarse después de el mismo haberse dejado frustrado sexualmente durante casi todo su vida y sus 35 años había tenido sexo una vez sexo, eso hasta que llego Sirius. Además, nunca se tocaba mucho, una vez al año era lo normal y siempre sentía una vergüenza inmensa por ello.

Sirius sonrió pícaro y apretó con un poco de fuerza la entrepierna de Severus quien casi se derritió en sus manos. Esto le dio tiempo de cargarlo y meterse un salón abandonado.

— Mmm... mejor aún, saber que nos pueden descubrir si hacemos mucho ruido. — Susurro en el oído de Severus quien se estremeció ante la voz y respiración muy cerca de el. — Procura no hacer mucho ruido o Filch podría venir por aquí y escucharnos. — Advirtió y antes de que su pareja pudiera protestar lo beso con fuerza.

Sirius movió sus labios sobre los del más bajo quien torpemente correspondía. Black besaba a Severus como si quisiera comerlo, y la verdad, esa era su intención.

Sirius disfrutaba mucho sentir a el ojinegro temblando debajo de él, el sonido de sus labios chocando, su saliva mezclandose con la de su amante. Era algo que lo hacía sentir tan excitado que hacía que su miembro se tensara al punto de hacerlo sentirse desesperado por tocarse.

Severus se separó teniendo su respiración muy agitada, sus labios rojos e hinchados estaba llenos de baba y un hilo de saliva conectaba su boca con la de Black. Sus mejillas estaban muy rojas, y eso era porque apenas podía pensar en algo coherente en estos momentos. Snape se sentía tan perdido qué ni siquiera noto que estaban en una habitación abandonada y que cualquiera podría entrar cuando quisiera.