GAJOG MUNJE ▪︎ MIMO

08 - El estrés desaparece en un dos por tres.

Mina sabía que ya no era la misma niña de diez años que corría para que su mamá no la cambie de su playera favorita, pero tampoco se consideraba una adulta experta en sexo y con deseos de ver un Pool Dance (Bueno, un poco).

Pero ahí estaba, acompañando a su tía porque la dueña del lugar era la muy tímida (según) Kim Dahyun.

"— Debes divertirte un poco. Vamos a llevarte al lugar de Dahyun, ahora que te veo muy experimentativa."

Y solo le había dicho que tuvo sexo (con alguien con la máscara de Spiderman, ¡pero no fue su intención! Mina creyó que el chico se la quitaría como lo hizo cuando lo conoció).

Ahora estaba viendo casi perturbada a mujeres semidesnudas bailar en plataformas con tubos. Bien. Nada anormal, pero sí algo que no estaba preparada para ver. A Mina ya le guiñaron un ojo. ¡Eso era mucho!

Ella recuerda su primera vez con un mujer, después del puto Spiderman, y realmente la chica ni le había coqueteado bien, solo le sonrió y Mina aceptó a lo que sea. Entonces ese guiño de una bailarina en bragas y sostén, ya le había atascado una cantidad considerablemente grande de saliva en la garganta.

En algún momento de la noche, ella bebió demasiado jugo de frutas, así que su cuerpo reaccionó para ir al baño. De regreso a con su tía Sana, una voz la hizo congelarse y analizó muy seriamente el huir.

— ¿Princesa Mina? — Momo, llamándola 'Princesa', cuando Mina quería pasar desapercibida con esa capucha que le tapaba media cara.

Afortunadamente esa capucha sí la dejaba ver, pues Momo estaba muy diferente a cuando la conoció en aquel programa. Un top y una chaqueta negra sin abrochar, dejaba ver perfectamente las líneas de sus senos, y no eran para nada pequeños. Mina no pudo ver lo que tenía en la parte inferior, pues Momo estaba sentada junto a otras dos mujeres que tenían una vestimenta parecida.

— Hey, hola — saludó, esta vez ella sintiéndose un poco incómoda por estar fuera de lugar.

Tenía pantalones de pijama y una sudadera con capucha, los dos negros, junto a sus zapatos Converse. Mientras que las tres chicas estaban bien vestidas para la ocasión de esa fiesta.

— Pirncesa, no creíamos que estuviera por acá — claramente le dirían eso, una de las chicas fue.

Su padre consideraría a ese comentario muy irrespetuoso, pero a Mina no le importaba.

— Vine con mi tía. Mayormente no vengo a este tipo de... eventos — no quería que pensaran que venía voluntariamente allí, y consideró irse ignorandolas solamente. Después de todo, era lo que siempre hacía.

— ¿Me acompaña una bebida? — Momo hizo una seña con su vaso, llevándolo a sus labios para beber algo que Mina consideró alcohólico.

— Mh, ¿por qué no? — se alzó de hombros, se acercó solamente para tomar la misma bebida de la que Momo bebió. Que no se pierda la costumbre (pasó una vez nada más, ahora dos). Saboreó y sabía a fresas con algo más — Pero tiene que venir usted — dió medio vuelta para irse, segura de que Momo le seguiría si estaban en la misma línea de conversación.

Momo por un momento se quedó quieta, pero rápidamente reaccionó al ver a la princesa irse.

— ... Emm. En un momento regreso — se levantó, sabiendo que sus amigas estarían bien solas por el resto de la noche.

— Momo — Jeongyeon la detuvo — No te metas en un lío — estaba preocupada, pero Momo sabía que no había nada por lo cual preocuparse (al menos, por ahora).

— Nada fuera de lugar. Todo está normal — le aseguró a ambas, ya que Yeji también se veía preocupada, y entonces la dejaron ir.

Momo sabía que se preocupaban mucho por ella. Desde que en preparatoria los docentes le pidieron guiarlas (ya que eran coreanas aprendiendo japonés en un nuevo país), se hicieron buenas amigas. Eran las que Momo podía decir que no se fijaban en su fama, pues aunque cuando se conocieron Momo ya había ganado un Óscar y era reconocida, a ninguna de las dos pareció que eso importara para una amistad.