-Esto no me gusta- habla Sofía después que termina de trepar el portón, y pisar el concreto del interior de esta guardería abandonada donde acabamos de entrar.
Estamos llegadas las diez de la noche, y aunque Sofi sigue insegura, ya yo me siento completamente normal a hacer esto… entrar ilegalmente a un lugar abandonado. Noelia, Rayan y yo ya estamos muy bien acostumbrados.
-No te preocupes, no hay nadie aquí desde hace años- le responde Noelia tranquilizadoramente.
-¿Están seguros?- insiste Sofía con inseguridad mirando a los lados como si buscara algo en específico.
Espero que los demás respondan, la verdad no sé si hay alguien aquí, ni sabía de esta guardería abandonada, me entere ayer cuando decidimos venir a acampar… cuando Noelia decidió que viniéramos de “excursión en nuestro batimóvil”
-Sí, estamos seguros- suelta Rayan con tono cansado y aburrido.
Por alguna razón, tal vez de inseguridad, todos nos quedamos parados en el mismo lugar mirando el alrededor.
-¿Seguimos?- pregunto luego de ver que nadie piensa moverse.
Luego de mis palabras, todos empezamos a caminar solo alumbrados con la luz de la luna, desde lo que parece un estacionamiento hasta llegar a unas paredes altas que tienen una sola entrada, y al lado de la entrada una cabina de dos plantas, pero parece más que una cabina, tal vez era el centro de vigilancia, si es que este lugar tenía vigilancia. En el vidrio de la cabina está escrito con pintura roja “peligro”. No puedo evitar morder mi labio observando cada letra.
-¿Peligro?- repite Sofía.
-Solo lo hicieron los visitantes para asustar a los demás- le explica Noelia y mueve una mano en el aire restándole importancia.
Fue muy difícil convencer a Sofía para que viniera con nosotros, Noelia, Rayan y yo siempre salimos a lugares así, pero Sofía es más cuidadosa con todo lo que hace.
-¿Qué tipo de visitantes?- interroga Sofía cuando retomamos nuestro caminar.
-Personas como tú y como yo que quieren venir a acampar como nosotros. Créeme, hemos visto muchas de estas cosas- le vuelve a explicar Noelia, volviendo a restarle importancia, y la verdad sólo son unas letricas escritas en pintura roja, claro que lo hemos visto antes en algunos lugares a los que hemos ido.
Caminamos hasta pasar las paredes y la gran cabina, llegamos a un lugar donde a nuestro lado izquierdo hay una casita que parece ser una mini escuela y a nuestra derecha otra pero está en buen estado comparada con la del lado izquierdo, que tiene la puerta arrancada y las ventanas rotas, lo que me extraña ¿Por qué destrozar una y dejar la otra intacta?
-¡¿Cual vemos primero?!- pregunta Noelia señalando las dos casitas con una sonrisa de entusiasmo.
Noelia es una persona optimista y de buen humor, aunque se enoja con mucha facilidad.
-Esa- suelto sin pensar mientras señalo la casita en buen estado.
Noelia es la primera en caminar a nuestra derecha… cuando camino a la casita y dirijo mi mirada a la puerta me doy cuenta que tiene cadena y un candado, lo cual nos dice que no vamos a poder entra. Al llegar tomo el candado y jaloneo, pero este no se abre, ni siquiera parece un candado viejo, tiene aspecto de no ser de más de cuatro años. Ni óxido tiene.
-No podemos entrar- doy por hecho mirando a Noelia que ya está a mi lado examinando el candado.
-¿Por qué la cerrarían con candado?
-No sé, quizás los dueños dejaron algo de valor- respondo con simplicidad.
-Eso no tiene sentido, los visitantes hubiera roto las ventanas, o algo así para ver que hay dentro ¿No te parece extraño?- argumenta mientras se aleja de mí y se acerca a una de las ventanas.
ESTÁS LEYENDO
Legión I- Secreto oscuro
FantasyTodo depende del cristal con el que miremos... pero. ¿Cómo adaptarse cuándo el cristal se gira y descubres que todo lo que te rodea tiene un matiz oscuro, cuando la tranquilidad que has logrado conseguir en el mundo que creías conocer se desmorona? ...