Hoy es sábado y las 2:35 de la tarde. Desde las 8 de la mañana estuve en la casa de Vanessa la nueva profesora de literatura, preparamos las asignaciones de la próxima semana basadas en los planes evaluativos de su padre. Ella vive con su madre, una señora muy amable y decidida… me obligo a quedarme a comer aunque le dije que tenía que irme. Ahora camino en dirección a la casa de Sofía, quedamos en que llegaríamos a las tres, pero unos minutos antes no aran daño ¿verdad? y así empezamos antes con las tareas pendientes. La casa de Sofía queda en el mismo vecindario donde la de Vanessa así que decidí caminar, a pesar de tener miedo porque todavía me están siguiendo, si, cuando salí de mi casa esta mañana tome un taxi en la avenida para que me trajera a la casa de Vanessa, minutos después se estaciono el auto azul a una esquina, y ahora que estoy caminando el auto me sigue a una distancia que nadie creería que me sigue de verdad, cuando volteo en una esquina dejo de verlo por minutos, he reprimido el impulso de correr cuando cruce una esquina pero creo que eso sería un poco sospechoso y les daría una razón para atacarme. Como sea, estoy acabada, si no tomo un taxi, tengo que aguantar el temor y corro peligro de que decidan atacarme… y si tomo un taxi, mi dinero peligra, y lo que me queda es como para dos carreras, nada más.
Paro en seco y al ver la casa de Sofía del otro lado de la calle, empiezo a cruzar al otro lado y me topo de reojo con el auto apenas doblado la esquina. ¿Cómo pueden creer que soy tan estúpida como para no darme cuenta? Me paro al frente de la casa de Sofía, arreglo mis rizos hacia atrás y toco el timbre. Uno, dos, tres, cuatro segundos y me abre la puerta la madre de Sofía.
-Oh, Cáterin- suelta con su acento de siempre, saludándome de un beso a cada lado, le correspondo el saludo y sonrió- creí que llegarían a las tres, pero pasa, pasa estoy preparando galletas.
Doy varios pasos adentro y cierro la puerta, veo sigilosamente por el vidrio de la ventana, y encuentro al auto que me sigue cerca de la esquina donde doblaba, supongo que se quedara allí hasta que me valla, bueno que sufran porque me iré mañana… o podría irme cuando nadie me vea y ellos estén dormido, así se vuelven locos buscándome… ¿y luego que Cáterin? ¿Te esconderás bajo un puente para que no te asesinen? Gran idea- me digo a mi misma.
-Cáterin- me llama la señora mientras camina a la cocina.
-Lo siento ya voy- me disculpo saliendo de mi ensimismamiento y caminando tras ella- ¿Cómo ha estado?- le pregunto mientras la sigo.
-Muy bien gracias ¿y tú? Uriel me conto lo que ocurrió con tu profesor de literatura.
Abro la boca para hablar y luego la vuelvo a cerrar mientras fijo mi vista en el jarrón con margaritas.
-Debió ser muy duro ver eso, lo siento mucho, pero ten en cuenta que mi esposo solo quiere lo mejor para la población.
Hoy Vanessa me dijo lo que decía el reporte forense y de criminalística, un robo que salió mal y por eso asesinaron al profesor, cuando le pregunte que hematomas tenía el cuerpo, solo me digo que acuchilladas, no nombro nada del corazón y no quise seguir presionándola ya que parecía a punto de tirarse a chillar. ¿Toda esa crueldad solo por un robo? No puedo dejar de pensarlo.
-Si fue difícil, pero poco a poco intento olvidarlo, aunque todavía no sé por qué lo mataron el entierro fue repentino y no pude ir- digo intentando sacar información.
-Bueno, cuando llegue Uriel él te lo podrá explicar mejor, ahora puedes ir arriba Sofía está en su habitación, cuando estén listas las galletas se la llevo.
-Está bien, gracias- digo y camino escalera arriba.
No conseguí nada. Quizás noto lo que intentaba.
Subo las escaleras y camino por el pasillo hasta encontrar la puerta de color verde navidad, abro y paso sin tocar la puerta.
-Cáterin, llegaste antes- dice Sofía con una sonrisa desviando la mirada del libro en su regazo a mí.
-Recuerdas que te dije que iría a la casa de Vanessa a ayudarla a preparar las evaluaciones, bueno ella vive en ente vecindario, nos desocupamos hace rato y vine caminando- explico acercándome a la ventana por donde se puede ver el frente del casa.
El vidrio es polarizado, así que puedo observar el exterior sin que me vean. Más específicamente observo el auto azul.
-Todavía creo que es injusto, tú sabes cuales son todas las evaluaciones antes de que nos la den a nosotros.
-Oh vamos, te are una nota con todas las evaluaciones, tengo todas las del resto del año escolar, pero solo tengo definidas la de la próxima semana, será un ensayo técnico.
-¿De verdad? ¿Cuándo tengas definida el resto me lo pasara?- dice con una sonrisa.
-No te pases- hablo seria.
-Sera una pequeña ayuda.
-No necesitas ayuda en tus tareas, tú siempre las haces bien, esperaba que fuera Noelia la que me las pidiera- digo sinceramente.
-Ah ¿y se la ibas a dar a ella y a mí no?- acusa.
-Le are una nota con las asignaciones a cada una ¿contenta?
-Sinceramente sí.
-Bien, oye has notado algún auto extraño últimamente- digo con normalidad.
-¿Auto extraño? No, por esta calle es muy difícil ver autos nuevos, solo hay tres, el auto policial de mi padre y dos de los vecinos que tienen auto. Cuando pasa un auto diferente es todo un suceso, las vecinas chismosas y mi padre desconfiado y policía.
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Legión I- Secreto oscuro
FantasyTodo depende del cristal con el que miremos... pero. ¿Cómo adaptarse cuándo el cristal se gira y descubres que todo lo que te rodea tiene un matiz oscuro, cuando la tranquilidad que has logrado conseguir en el mundo que creías conocer se desmorona? ...