Capítulo 28

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Se supone los fin de semanas son para descansar, pues mis fin de semanas son como un lunes bien ajetreado. Son las dos de la tarde y estoy entrando por la puerta de mi casa. Acabo de llegar, esta mañana estuve todo el día en casa de Vanessa preparando grupos para guías.

Y no puedo descansar ni un minuto ya que Aron pasa a buscarme a las tres en punto para el entrenamiento.

Cierro la puerta tras de mí y lo primero que ven mis ojos es a coso, que se acerca ronroneando.

-Tienes hambre- digo amorosamente, tomándolo en brazos para luego dejar mis cosas en el sofá e ir a la cocina.

Llego a la cocina dejo a coso en el suelo y me apresuro a buscar la comida para gato.

-Aquí tienes- digo vaciando suficiente en su tazoncito.

Vuelvo a guardar la bolsa y admiro por un momento como devora las croquetas.

Tomo un poco de agua del refrigerador y luego regreso a la sala donde tomo mis cosas y subo a mi habitación. Me baño y me cambio a ropa deportiva, termino justo cuando faltan cinco minutos para las tres.

Suelto aire y empiezo a bajar con mi bolso casi vacío a cuestas. ¿A dónde me llevara? ¿De verdad puedo confiar en Aron? Claro que sí, es de los buenos, y, además, siempre ha demostrado ser de ayuda. Con que solo salvara a cris de la muerte ya es bastante para confiar en él.

Bajo a la sala y no tengo que esperar mucho ya que escucho el sonido del timbre, por alguna razón sé que es el, y me apresuro a la puerta con la mochila y las llaves de la casa.

-Hola- saludo al abrir la puerta.

-¿Estas lista?- pregunta Aron con una sonrisa más animada que la mía.

-Sí, ¿nos vamos?

-Si- responde y empieza a caminar hacia su camioneta blanca.

Cierro la puerta y me apresuro, para verlo sostenerme la puerta del copiloto.

-Gracia- formulo mientras entro.

Aron cierra la puerta y de inmediato puedo notar de reojo que hay otra persona en los asientos traseros. Volteo de inmediato… mis ojos se abren al máximo al ver a una chica con el mismo aspecto que Aron. Cabello rubio muy claro, tés clara, la misma nariz y ojos azules como el cielo. Lo único diferente en su cara es que tiene rasgos más femeninos, cabello más largo y sus labios son más carnosos.
Creo que dice algo pero estoy tan sorprendida que no he podido escuchar.

-¿Qué?

-Dije hola- repite ella con voz suave y una expresión amable.

-Hola- respondo cuando Aron entra al asiento del piloto.

-Oh, veo que ya conociste a mi hermana- dice encendiendo el auto.

Por la expresión de Aron creo que se divierte por haberme causado impresión.

-No le prestes atención a mi hermano. Yo me llamo Jazmín- dice extendiéndome una mano.

-Yo Cáterin- me presento estrechando su mano.

Ella le da una pequeña sacudida a mi mano y luego la suelta.

-Son gemelos- digo pero creo que es algo estúpido decirlo, es evidente que lo son.

-Mellizos, yo soy la mayor.

-Por unos minutos- se queja Aron.

Jazmín rueda los ojos y luego me ve fijamente.

-¿Es cierto que eres la protegida de los ángeles oscuros?

-¿Protegida? Bueno, no sé si sea, así como suena- formulo dejando espacio entre palabras.

-No. Ellos buscan al que intento ahogarte, para que los ángeles peligrosos no se enteren que eres como nosotros y vengan a liquidarte, ¿y crees que no te protegen?

No tengo que preguntar quién se lo ha dicho, porque ya lo sé.

-Ellos la metieron en el problema, es lo menos que pueden hacer- entra Aron sin dejar de ver el camino.

-Mi hermanito siempre con su rencor, el cree que todos los ángeles oscuros son una peste.

-Ellos son asesinos, eso ya es muy malo- le doy a Aron un poco de razón.

-¿Crees que todos los ángeles oscuros son asesinos?- pregunta Jazmín frunciendo el entrecejo.

-¿No es así?

-No. Es cierto que algunos de ellos les gusta el poder y la sangre, pero hay otros que nunca asesinan, y viven sus vidas como humanos.

-¿Hablas de cuando no están transformados?

-No, muchos se transforma y simplemente no les interesa dañar a humanos, ni la guerra. Pero hay otros que enloquecen por dominar todo, hay entramos nosotros, a cazar a todos aquellos que perjudiquen a los humanos.

-¿Cómo Jeison?

-Si, a asesinado a muchos, pero no podemos atacarlo si no lo encontramos en “el crimen”. Va en contra de nuestro reglamento atacar a ángeles si no están cometiendo algún daño hacia humanos, tanto físico como mental.

-¿Pero, por qué se transforman si igual van a vivir como humanos?

-Ah, eso no lo sé, tenemos prohibido interactuar amistosamente con ángeles oscuros. Pero tú has estado cerca de ellos, ¿no lo sabes?

-No… quizás sea por las habilidades sobrehumanas, para sobresalir, para no limitar sus capacidades- razono y a mi mente llega la frase de Jeison “limitándose como míseros humanos”

-Oh, esa es una buena respuesta, la voy a anotar- responde Jazmín y veo como saca una libreta y un lápiz, de un bolso rosa pálido y luego escribe en la libreta.

-Mi hermana quiere entender la mente de los ángeles oscuros, cree que hay una razón para que hagan lo que hacen- explica Aron con fastidio.

-Claro que hay una razón, si nos empezamos a entender entre ambos bandos, la vida de todos incluyendo a los humanos sería mejor.

-Sabes que no. Los que buscan dormir al mundo nunca entenderán, y mataran a todo aquel que les estorben. Lo oscuro está en su sangre, asesinar es parte de sus instintos. Tratar con ellos es como intentar tratar con una bestia salvaje, en el proceso puede que te asesine por confiar- suelta Aron.

-¿Charles… el asesina mucho?- curiosea con un poco de inseguridad por lo que pueden responder.

-No sé mucho de él, no comete asesinatos como Jeison- responde Jazmín.

-O es muy precavido a la hora de matar- interrumpe Aron.

-No lo creo, es obvio que comente asesinatos, pero no como Jeison. Nunca hemos encontrado a Charles dañando humanos a diferencia de Jeison que siempre se nos escapa. Lo que se dé Charles es que infunde temor a sus subordinados, aunque por lo que se eso lo hacen todos los líderes. ¿Sabes por qué sea que lo hacen?- continua.

-¿Subordinado? Hablas del resto de persona que conforman la legión y no son el líder.

-Exacto, el líder es uno, y siempre infunde temor a los demás, mi opinión es que es para proteger su puesto de líder y que nadie más se lo arrebate- argumenta ella y siento que es una humana investigando el razonamiento de otra especie- Pero creo que no sirve de mucho, porque Charles pertenecía a la legión veinte y luego asesino a su líder, quedándose con el puesto.

-Ves, el tipo asesino a su líder, aun con el temor que infundía. En mi opinión es más peligroso que Jeison- interpone Aron.

Siento ganas de defender a Charles, de decir que lo hizo por una razón, que él asesino al antigua líder por vengar a su madre, pero no creo que le guste que divulgue lo que me confió.

-Quizás sea más peligroso que Jeison, pero también es una verdad que esta ciudad se volvió más tranquila dese que él es el líder- continua Jazmín.

-O quizás sea porque sabe ocultar bien sus actos- insiste Aron.

Siento que están en una mano a mano por probar la inocencia o culpabilidad de Charles. Yo lo creo inocente de haber asesinado a su líder, fue por una razón, y aun así lo culpe por ser como Jeison sin tener pruebas.

-¿Cuántas personas conforman una legión?- interrumpo ya que no quiero seguir escuchando como Aron acusa a Charles de algo que yo creo que es inocente.

-No sé, por lo general son más de setenta. No tenemos datos precisos pero en la de Jeison hay como 50 activos, y algo como la misma cantidad inactivos- responde Jazmín.

-¿Inactivos?- pregunto.

-Los que están transformado, pertenecen a la legión, pero no se involucran más de lo necesario y viven como humanos, sin asesinar ni nada.

A mi mente lleguen los padre de Sofía, ¿ellos serán ángeles oscuros?, ¿acaso eso que intentan ocultarle a Sofía es que ella es un ángel oscuro?

-Ya llegamos- avisa Aron.

Fijo mi vista al frente a través del vidrio puedo ver que estamos en un lugar rodeado de árboles.

-¿Salimos de la ciudad?- pregunto ya que me he dado cuenta de los pequeños tambaleos del auto pero no de que salimos de la ciudad.

-Sí, aquí entrenaremos, ya que no podemos llevarte a nuestra morada- explica Aron para luego salir de auto con las llaves en mano.

Me bajo de auto, cierro la puerta y veo como Jazmín baja con una canasta. ¿Aremos un día de campo? Nadie me aviso.

-¿Qué morada?- pregunto ya que no me ha quedado claro.

-Así le llámanos al lugar donde vivimos nosotros los cazadores blancos.

-Ah- digo comprendiendo esa parte, pero ¿Por qué no me pueden llevar?

-No te podemos llevar a nuestra morada, porque allí se encuentra los otros tres- responde Aron leyendo mis pensamientos.

-¿Los otros tres?

-Sí, ellos dicen que para poder aceptarte y que puedas entrar a la morada, tienes que jurar lealtad, convertirte en una de nosotros y nunca más volver a interactúa con ángeles oscuros a menos que sea para luchar- explica Jazmín.

Abro la boca por su respuesta, ellos quieren que me vuelva como ellos, deje mi vida, que luche contra Jeison, Charles… no era exactamente lo que pretendía.

-Tranquila, sabemos que no es fácil, te daremos tiempo para que decidas- dice y pasa por mi lado tomándome de un brazo y me encamina en su dirección.

Inhalo el fresco aroma, huele a plantas, naturaleza. El suelo es de tierra seca, pero no suelta, está un poco compactada. Los arboles no son tan grandes pero al parecer se extiende en gran cantidad, Jazmín me guía entre unos y puedo ver que más adelante va Aron. A mi alrededor todo está en silencio, aunque creo que con la cantidad de árboles sería un delito que no hubieran animales, es un lugar bonito. Paramos luego de caminar solo un poco creo que no nos hemos alejado mucho del auto, de todas manera veo minuciosamente el camino por el cual entramos.

-Hoy te entrenare yo- explica Jazmín, dejando mi mano, arrodillándose en la tierra.

Saca un mantel azul oscuro de la canasta y lo extiende en el suelo para luego sentarse sobre el con la canasta cerca. Palmea un lugar indicándome que me siente donde indico, lo hago apreciando lo grande del mente, es como para cuatro personas.

-Hoy entrenaremos… ¡la mente!- exclama lo último sacando de la canasta una caja alargada y delgada, la caja a cada lado tiene varias franjas cuadradas, blancas y negras. Igual al de un tablero de ajedrez.

Jazmín abre la caja y me doy cuenta que dentro trae piezas de ajedrez y que la caja en realidad es el tablero.

-Oh, jugaremos ajedrez- comprendo una parte.

-No es solo jugar, es aprender estrategia. Seguros creíste que te íbamos poner a correr y hacer abdominal o algo así ¿verdad?- dice y saca de la canasta un instrumento extraño que parece un adorno de mesa.

-Sí, lo creí- pienso y me siento animada. Si puedo aumentar mi fuerza para protegerme, jugando ajedrez, entonces está bien.

-Mi hermana gano el derecho de entrenarte hoy, yo lo are mañana y no será jugando ajedrez- habla Aron, dejándome saber que los ejercicios físicos están pendientes.

-No es solo jugar ajedrez, es aprender estrategia- repite Jazmín y parece ofendida. Ella coloca el instrumento de un lado del tablero, con un poco de distancia.

Quiero pregunta que es.

-Sí, tú con tu estrategia- suelta Aron.

-Lo primero que se entrena es la mente, ya que la estrategia es la clave para una victoria- interpone Jazmín con superioridad.

-La clave de una victoria es la fuerza- contraataca Aron.

-Que no.

-Que sí.

-¿Que tú crees?- preguntan los dos a la vez mirándome fijamente.

Siento que me pongo roja y de inmediato busco la manera de responder.

-Bueno, yo nunca he estado en una batalla, pero creo que las dos son necesaria, aunque tengas una buena estrategia, si te toca luchar y no eres fuerte entonces perderás y si eres fuerte pero no tienes una buena estrategia también perderás.

-Sí, lo has dicho bien. Lo voy a anotar- acepta Jazmín y saca la misma libretica de hace un momento de la canasta y empieza a anotar.

¿Ella anota todo?

-Como sea, voy a caminar mientras ustedes juegan- avisa Aron y lo veo desaparecer entre árboles.

Cuando regreso la vista a Jazmín veo que ya está organizando las fichas en el tablero. De su lado está organizando las blancas. Me toca ser el negro. Tomo las fichas negras y las empiezo a acomodar como me ha dicho muchas veces Sofía, a ella le encanta el ajedrez, muy pocas veces le he ganado.

-Listo- aviso al terminar de poner el último peón, ya que ella termino primero de organizar los suyos.

-Bien. ¿Quieres que te explique las jugadas y movimientos de cada pieza?

-Ya me las sé, mi amiga y yo jugamos seguido, pero no soy buena.

-Veremos- suelta mientras mueve el peón al frente del caballo.

El tiempo pasa al igual que las jugadas, Jazmín piensa cada jugada y acierta hasta llegar a la victoria, yo con cada movimiento me pongo más nerviosa.

-Jaque mate- dice Jazmín con simplicidad al hacer caer a mi reí con su reina.

Ya me ha ganado cinco veces y hemos estado aquí como tres horas, en la cual con cada segundo mi seguridad se agrieta más.

Me muerdo el labio inferior mientras observo el tablero y las piezas, aunque el juego ya allá terminado. Mi reí ha caído y tengo de pie a un alfil, un caballo y tres peones, el resto de mis piezas se encuentran cerca de las piernas dobladas de Jazmín. Yo pude obtener 11 piezas de ella, incluyendo todos sus peones, aun así no pude ganar, aun teniendo mayor cantidad de piezas activas.

-Tienes que pensar más tu jugadas, tu problema es que no piensas a futuro, si solo piensas en quitar la mayor cantidad de mis piezas para que yo no tome las tuyas, y si no avaricias el premio más grande- explica con tono seguro mientras toma su reí entre sus manos- no obtendrás la victoria.

-¿Dices que mi problemas es que quito todas las piezas contraria sin buscar la manera de ir hacia el reí?

-Exacto, y no solo eso, tampoco te gusta sacrificar a tus piezas, a veces es necesario sacrificar una pieza para una buena estrategia.

-Desde mi punto de vista, quitar las piezas contarías es necesario, es como quitar las obstáculos para llegar al premio mayor. Y no puedo sacrificar una de mis piezas, es como sacrificar a mis aliados.

-Sí pero solo es un juego, son piezas, en la vida real no sacrificamos a un aliado, sino un objeto u otra cosa que les interese a los adversario, y no actúas rápido, te entretienes quitando obstáculos, solo para conservar tus piezas y no vez el camino libre frente a ti. Anotare eso- dice y vuele a tomar la libreta entre sus manos.

No veo el camino libre frente a mí. Sí, suelo pensar que veo las cosas como no son, la mayoría de las veces.

-¿Por qué anotas tanto?- pregunto viendo como deja la pequeña libreta a un lado.

-Me gusta poder leer frases que me emocionaron.

-¿Qué es esto?- pregunto tocando el instrumento que parece observar el tablero y las jugadas.

-Es una cámara- responde con simplicidad.

-¿Una cámara?- suelto con inseguridad.

No me gustaría estar siendo gravada, de verdad que no.

-Mi maestra quiere conocerte es la única manera que puede, y no te preocupes solo graba el tablero y la voz. ¿Quieres otra partida?

Su maestra es como ella, debe de ser uno de los tres cazadores que no he conocido, y no creo que conozca.

-Sí- respondo y empiezo a organizar mis piezas que vuelven a ser las negras.

-Bien- acepta Jazmín y empieza a organizar las piezas blancas de su lado.

-Hablando de esos ángeles… que quieren dominar todo, ¿de ellos son de los que tengo que cuidarme? ¿Ellos querrán asesinarme porque tengo un… poder igual al de ustedes?- pregunto porque siento que lo que explica Jazmín, es más sincero, más preciso y lo comprendo mejor, quizás haya alguna información extra que me ayude a entender mejor toda esta confusa situación.

-Sí, ellos son los que buscaran hacerte daño porque eres como nosotros, pero creo que ya no debes preocuparte, ya que, el que intentó ahogarte esta fuera de la ciudad, si alguno ángel oscuro te quiere hacer daño seria de esta ciudad. Una de las pocas cosas que se de los ángeles, es que cada legión se ocupa de los problemas es su ciudad, si ocurre algo… inesperado, como es tu situación, las legiones de las demás ciudades no interfieren. Quiere decir que nadie de otra ciudad vendrá a matarte solo porque tienes un poder similar al de nosotros, si fueras nuestra líder, ósea el ángel blanco, pues si vendrían.

-¿Y si ellos también se confunden pensando que soy el ángel blanco?- pregunto con un poco de temor.

-Pues, vendría pero seguro se irán al comprobar que no lo eres, de todas maneras no debes preocuparte, no hay pruebas que digan que eres el ángel blanco, ni siquiera sé cómo lo creyeron desde un principio, que tengas un poder como el de nosotros no quieres decir que seas ella, además ella esta encerrar, no puede renacer hasta que su cuerpo muera de vejez en ese árbol.

-¿Y si se enteran que encontré el medallón?

-¿Qué medallón?- pregunta Jazmín y también escucho la voz de Aron.

Volteo hacía un lado y encuentro que Aron está parado a un lado de un árbol.

-¿Cuánto llevas allí?- suelto, no me había dado cuanta que estaba cerca.

-Unos minutos, ¿de qué medallón hablan?

-El del ángel blanco. Por eso comenzó todo, porque lo encontré.

-Es imposible, nadie que no sea la reina puede hacer que aparezca. ¿Debieron haberse confundido?- dice Aron suavemente.

-Bueno, debe haber sido así- respondo.

-¿Como era ese medallón?- pregunta Jazmín al parecer queriendo saber más del asunto.

-Pues era un dije circular y tenía una pequeña perla gris en el centro, la perla parecía que tenía nubes grises adentro, así me pareció.

-El dije circular ¿tenía marcas?- indaga Aron acercándose y toma asiento a nuestro lado.

-Sí, unas abultadas que parecían espirales- recuerdo empezando a colocar los peones en formación.

-¿Dónde específicamente lo encontraste?

-En las raíces de un árbol, en… en la guardería rosbuerton.

-¿Cómo se supone que entrantes?

-Bueno, era de noche y mis amigos y yo íbamos a hacer un campamento allí.

-Por lo que dices sí parece, pero tendríamos que verlo para saber si es. ¿Dónde lo tienes?- indaga Jazmín animada.

Legión I- Secreto oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora