-¿Ordenaran algo?- pregunto llegando con los ojos pegados en la libretita de órdenes a la mesa seis.
-Para mí una ensalada- escucho la voz de una chica.
-Ensalada- repito anotando en la libreta- ¿algo más?
-Un café- escucho una voz conocida que me hace levantar la vista.
Mis ojos se encuentran con los azules zafiro de Charles y luego pasan al lado opuesto de la mesa donde está sentada una chica rubia, de ojos oscuros. El domingo lo vi con una y apenas es miércoles y ya está con otra ¿Por qué me importa? Él no es nada importante para mí, que me allá ayudado anoche no quiere decir que tenga que importarme lo que hace… pero tenía que traerla justamente a este restaurant, ¿no habían más?
-Enseguida- digo, sonrió y me doy media vuelta.
-Y un agua mineral niña- escucho de parte de la chica.
¿Acaso me dijo niña?
-Claro- acepto sin voltear y sigo caminando.
Entrego la orden a unos de los cocineros y me voy a limpiar una mesa que recién se acaba de desocupar.
-Te vez un poco cansada- comenta yan llegando a mi lado con una bandeja que tiene que entregar.
-Estoy bien, entrega la orden.
-Cate, mesa seis- escucho decir a uno de los cocineros.
Me acerco a la barra y tomo la bandeja con la ensalada, café y agua mineral. Me acerco a la mesa seis donde esta Charles y pongo ordenadamente la ensalada y el agua mineral en frente de la chica rubia y el café cerca de Charles, luego me volteo y camino a otra mesa para limpiar sin dedicar ninguna mirada a Charles.
Suena la campanita que indica que la puerta se ha abierto, volteo mi vista para ver entrar a un chico de cabello rubio, piel blanca… me parece conocido y por alguna razón no puedo despegar la vista de él. Veo como se acerca a yan y pregunta algo muy bajo que no pude escuchar por la distancia… yan señala con su dedo hacia mi dirección, inmediatamente la vista del chico se para en mí, en sus labios se forma una sonrisa que le hacen ver dos hoyuelos, uno a cada lado de sus mejillas. El chico empieza a caminar hacia mí con su sonrisa todavía… no puedo quitar mi vista de él, y mientras más se acerca puedo ver que sus ojos son color miel, muy parecidos a los de Noelia.
-Cáterin- dice el chico con familiaridad, como si me conociera de siempre.
Siento que lo conozco ¿pero de dónde?
-Eh, si, ¿y tú eres?- pregunto con algo de pena.
-No me reconoces, la verdad es que yo tampoco te hubiera reconocido si no me habría dicho tu compañero.
Ese tono juguetón, los ojos color miel, el cabello rubio y esos hoyuelo… solo puede ser una persona…
-¿Cristopher?- pregunto un poco insegura.
-Si.
Esa simple palabra hace que en mis labios se forme una sonrisa.
-¡Cris!
Él sonríe aún más y asiente con la cabeza, eso hace que pegue un gritico y enrede mis brazos alrededor de su cuello, pero inmediatamente me arrepiento… ha pasado mucho tiempo, ya no somos unos niños quizás le moleste, y ¿que pensara mis compañeros? Intento alejarme pero él me toma por la cintura profundizando más el abraza, y no puedo resistir corresponder, tanto tiempo sin verlo… mi compañero de travesuras, el que se echaba la culpa de muchas cosa por mí. Luego de unos segundos, bueno, creo que fueron minutos, me alejo de él ya que noto que todos en el restaurant tienen los ojos puestos en nosotros.
ESTÁS LEYENDO
Legión I- Secreto oscuro
FantasyTodo depende del cristal con el que miremos... pero. ¿Cómo adaptarse cuándo el cristal se gira y descubres que todo lo que te rodea tiene un matiz oscuro, cuando la tranquilidad que has logrado conseguir en el mundo que creías conocer se desmorona? ...