Capítulo 19

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-Ya me tengo que ir- intento convencer a Sora.

Son las 8 de la mañana, Sora y yo habíamos quedado de limpiar la planta alta de mi casa, pero no puedo quedarme. Anoche estuve pensando bastante, si soy sincera hasta que me dolió la cabeza, no encontraba la menara de hallar más pistas, aunque todo parezca estar más resuelto, aun así no creo del todo en esas vagas pistas “no son humanos” “ritual para conseguir la inmortalidad” quien cree eso, necesito hallar algo contundente, llegar al final de este túnel o morir en el intento. Lo único que se me ocurrió fue ir a la guardería rosbuerton, donde todo empezó cuando vimos a la persona con túnica negra saltar de la cabina… y no solo eso, si es cierto lo que escuche en el despacho del padre de Sofía, esos mismos asesinos son los que secuestraron a los niños hace nueve años, al menos que este confundiendo todo y hablaran de otros asesinos. Si son ellos entonces quizás tengan una unión con ese lugar, quizás lo usen como escondite ¿y qué voy a hacer yendo a la boca del lobo? Bueno, rogar que lo usen como escondite solo por la noche.

-Cáterin- suelta Sora en forma de regaño.

-Tengo que hacer algo pendiente, intentare llegar temprano- digo sujetando mis manos a las abrazaderas de mi mochila.

-Bien- dice y se da media vuelta para irse, parece triste, cansada.

Quisiera decir algo para que no piense que me alejo de ella, pero simplemente me quedo callada hasta que sale de mi casa por la puerta trasera.

-Lo siento- digo luego que escucho que la puerta se cierra.

Tomo las llaves de la mesa y salgo de la casa por la puerta delantera, cerrando con seguro.

La briza me recibe a la salida y vate mis risos sueltos, mientas veo de reojo a mi inseparable compañero, el auto azul, en segundos empiezo a caminar a la avenida. Llego a la avenida y antes de lo esperado tomo un taxi, le indico a donde me va a llevar y de inmediato partimos. ¿cómo voy a hacer para entrar a la guardería rosbuerton con lo que creo que son los asesinos siguiéndome a todas partes? Todavía sigo insegura, pero lo are, anoche lo planee y sinceramente espero que salga bien, y así de una vez les doy una lección a esos tontos que me siguen y creen que soy tan estúpida como para no darme cuenta.

-Gracias- le digo al señor tomando entre mis manos el cambio de lo que le pague.

Me bajo del auto y mientras el taxi se va, meto en mi bolsillo el billete. Esta mañana tuve que pedirle algo de dinero a Rayan, supuse que lo que tenía no me iba a alcanzar, puso quejas diciéndome que yo trabajo y el no, pero igual me dio el dinero. Veo al frente mientras camino, es una tienda de comestible con unos baños a un lado, y si quiero hacerlo más creíble es mejor que entre y compre algo.

Al entrar a la tienda lo primero que llama mi atención son caramelos asidos, no es que me gusten pero a Sofía siempre le han gustado, así que compro varios junto con una barra de chocolate, si sigo viva después de esto y no me dan ganas de comérmela, se la regalare a Rayan. La chica me da una pequeña bolsa plástica de mano con lo que compre dentro. Me aseguro de salir con la bolsa en la mano para que vean que compre algo y camino al baño. Veo la puerta que dice damas en letras negras y entro de inmediato. Adentro no encuentro a nadie, entro a uno de las divisiones con inodoros cierro la pequeña puerta y empieza a sacar el contenido de mi mochila. Otra mochila, un gorro para el cabello, una chaqueta, ganchos de cabello, botellas de agua, un pequeño cuchillo afilado, unos lentes de sol, un jeans negro, y unos zapatos deportivos. Lo primero que hago es quitarme el jeans azul y colocarme el negro, luego sustituyo los botines por los zapatos deportivos, y me pongo la chaqueta enzima de la blusa ajustada que llevo puesta. Empiezo a guardar todo en la mochila que saque, contando lo que compre en la tienda y el bolso que traía puesto. Con una liga me recojo el cabello sin que quede un rizo fuera y me coloco el gorro enzima tapando la mitad de mis orejas con los bordes. Coloco el dinero para el taxi, el celular y los canchos de cabello en bolsillo de mi chaqueta, me cuelgo el bolso en la espalda, me coloco los lentes de sol y salgo del baño a paso tranquilo, camino a la zona donde se toman taxis mientras fijo la vista en el auto azul que me sigue para todos lados, está estacionado cerca de la tienda.

Para un taxi, le digo a que calle me tiene que llevar y dejamos a tras a la tienda. En todo el camino voy viendo disimuladamente por el vidrio y al parecer mi plan funciono, desde que nos alejamos de la tienda el auto azul se quedó parado en el mismo lugar y ni lo veo siguiéndonos. No puedo evitar sonreír al saber que mi plan función, soy muy buena, seguro piensan que sigo en el baño, darán vuelta como locos cuando se den cuenta de que no estoy allí.

-¿Esta segura que es aquí?- dice el señor parando el auto donde le he indicado.

-Sí, muchas gracias- le digo mientras bajo de auto.

Espero a que el taxi se valla para empezar a caminar, esta calle es muy sola, los vecinos más cercanos están a dos cuadras. Por aquí solo hay galpones, bodegas, una o dos casas abandonas  y la guardería rosbuerton que es lo más grande que hay por aquí.

Al llegar al portón de la guardería miro a ambos lado y empiezo a trepar sosteniendo mis pies y manos en las aberturas. De inmediato empiezo a descender por el otro lado, podría tirarme desde arriba pero sé que eso me causara problemas, no puedo seguir el ejemplo de la persona que salto de la cabina, “no son humanos” eso explicaría muy bien por qué no se vio afectado.

Me encuentro con el estacionamiento desierto pero con más luz que la última vez. Me quedo parada mordiendo mi labio inferior, ahora ya no sé si seguir, ¿y si están en el interior?

Cáterin acabas de despistar a las personas o la persona que te lleva siguiendo durante días, y ahora te acobardas- me digo mentalmente- tu puedes.

Suelto aire y empiezo a caminar a paso rápido, mientras más rápido termine con esto mejor. Paso por el lado de la cabina, como recordaba tiene escrito “peligro” en rojo, desde el principio supuse que era pintura, ahora no estoy muy segura… como sea, no vine a ver si está escrito con pintura o con sangre. Sigo caminando y llego a mi destino: la casita en buen estado y a la cual no pudimos entra aquella noche. Llego a la puerta y examino el candado… doy varios jalones fuertes pero no sede y solo empieza el sonido de la cadena chocando con la puerta. Saco de mi bolsillo los ganchos de cabello, he visto que con estos abren candados, nunca he tenido esa habilidad, pero no cuesta nada intentar. Abro el gancho y lo meto por la ranura del candado por donde va la llave e intento darle vuelta… no sede, por más que intento el candado no se abre. Lo dejo y me asomo por la ventana, puedo ver con más claridad que son sábanas blancas tapando objetos.

Puedo romper las ventanas… no es buena idea, quizás hayan dejado una llave en otra parte- pienso aunque no se en que parte.

El nerviosismo me empieza a consumir mientras extiendo mis vita a mi alrededor ¿dónde puedo encontrar una llave? me fijo en la casita destruida justo al frente, el los árboles que se extienden más al interior, y por primeras vez mis ojos llegan a la puerta de la cabina, la puerta esta de este lada así que no se puede ver desde el estacionamiento.

Subo los lentes por encima del gorro y camino a paso apresurado hasta la puerta, me llevo una gran decepción al ver que está cerrada y para abrirla se necesita una llave, no tiene cadena ni candado, pero puedo imaginar que una puerta de hierro no va a ceder por mi fuerza.

Me paso las manos por la cara mientras intento secar el sudor que se ha colado por mi cara. Paso la lengua por mis labios secos y cuando siento que estoy a punto de golpear algo por la histeria acumulada, me fijo en la maceta a un lado de la puerta. Es una pequeña maceta con una rama seca, por lo que veo esa rama seca algún día fue una planta verde… y quizás sigue allí por alguna razón- pienso mientras busco en mi mochila el cuchillo y me arrodillo cerca de la maceta. Entierro la punta del cuchillo en la tierra de la maceta, pero se me hace difícil por lo seca que esta. Quito el cuchillo y lo vuelvo a enterrar con fuerza mientras lo retuerzo, una, dos, tres, veces y la punta del cuchillo choca con algo metálico… me apresuro a quitar tierra en ese lugar hasta que logro sacar una llave. Es una llave de tamaño normal, de inmediato sé que no es la del candado, la del candado tendría que ser más pequeña, pero supongo que es de esta puerta. Quito con mis dedos los restos de tierra seca que tiene la llave, caen fácil, los terrones se desmoronan como harina. Me incorporo con la llave en una mano y el cuchillo en la otra. Suelto aire e inserto la llave en la cerradura, doy una vuelta…milagrosamente sede quitando un seguro, y a la segunda vuelta la puerta se abre con un empujoncito que le doy. Paso adentro mientras humedezco mis labios y medio ajusto la puerta tras de mí. Me encuentro en un pasillo largo, justo al frente de mi hay una ranura, pero sin puerta, por donde se cuela la luz del sol, iluminando la mitad del pasillo, y justo al final del pasillo hay una puerta en penumbras, me hace acordar de la puerta en la casa de Charles.

Paso por la ranura sin puerta y me encuentro con que es la cabina, está totalmente vacía a excepción de una silla cerca del vidrio y desde aquí dentro se puede ver el exterior del estacionamiento, puedo ver las letras de “peligro” al revés que está escrito por fuera. Se me pone la piel de gallina al imaginar que la primera vez que vine con los chicos, pudo haber estado alguien parado aquí donde estoy ahora, viéndonos fijamente y nosotros desde afuera sin poder verle.

Al lado opuesto del vidrio están unos escalones por los cuales se desliza agua. Me acerco a los pies de la escalera y empiezo a subir. El siguiente piso este todo lleno de agua y la mitad del techo de cemento esta caído. Observo el gran agujero en el techo, fácil mente podrían entrar grandes objetos por allí. Me pregunto ¿por aquí entraran los asesinos? No es vaga la idea ya que vimos a uno en el techo, pero se necesitaría una escalera para poder entrar y otra para poder salir ya que el techo es alto… y no veo ninguna por aquí, y tampoco vi una afuera.

Recorro el camino de regreso, mientras guardo el cuchillo en el bolsillo de un lado de mi bolso, si ocurre algo, podre sacarlo rápido. Llego de nuevo al pasillo y empiezo a recorrerlo en dirección a la puerta al final de pasillo. Al llegar a la puerta me fijo que es igual a la principal, con cerradura, inserto la llave pero esta no da vuelta.

-Vamos cate, piensa- me digo en voz alta, mientras busco en el piso algo donde pueda estar escondida la llave.

Guardo justo con el cuchillo la llave en mis manos… mis ojos se fija en una pequeña pestaña por encima de la puerta y en mis labios aparece una sonrisa al darme cuenta de lo que puede estar allí. Me pongo de puntillas y con la mano recorro la pestaña… mis manos chocan con algo, lo tomo y lo traigo a mí, es una llave del mismo tamaño que la anterior, esta está más limpia y tiene mascar distintas. La inserto en la cerradura y doy vuelta sin perder tiempo. Abro la puerta por completo… me sorprendo al ver lo pequeño de esta habitación, es solo un espacio con un agujero en el suelo que desciende con lo que parecen escalones de rocas grandes. Un túnel- pienso mientras el corazón se me acelera y saco del bolsillo de mi chaqueta mi celular. Enciendo la linterna y empiezo a bajar los escalones de rocas, el espacio no es tan pequeño, por aquí podrían bajar tres personas a la vez. Me calmo un poco al terminar de bajar y darme cuenta de que no hay ninguna persona. El ambiente es un poco húmedo, supongo que es porque es una habitación subterránea y tiene un fuerte olor a cloro, las paredes tienen rocas incrustadas, y es piso esta hecho de cerámica oscura ¿por qué poner cerámica en una habitación subterránea? La habitación tiene unas cuatro columnas que sostiene el techo que parece de rocas también, hay varias sillas unas con espalda y brazos y otras con espalda y sin brazos. Una mesa larga justo en el centro, que esta tapada con una tela de lona, de esa que utilizan para levantar carpas. Pero lo que me llama la atención son varias cuerdas y cadenas colgadas en las paredes, son de distintos gruesos, y más arriba de donde están colgadas, escrito en la pared con pintura negra, hay varias letras bien definidas, por la firmeza de ellas da aire de ser algo serio… me toma un minuto deducir que son números romanos: XVI y XX.

-Dieciséis y veinte- repito recordando algo.

¿A eso se refería el padre de Sofía? Legión dieciséis y veinte. Entonces este si es su escondite, ello vienen aquí… los asesinos.

-Calma cate, no están aquí ahora- me digo alto y me obligo a seguir.

Camino hasta la mesa, está un poco abultada bajo la lona, eso quiere decir que hay algo en la mesa. Con una mano sostengo la llave y el celular, y con la otra quito la lona… el corazón se me acelera y las piernas me fallan al ver todo lo que hay abajo de la lona… cuchillos de distintos tamaños y formas, un hacha, un látigo, tijeras, y otras herramientas que parece de uso doméstico, el metal de alguno tiene un tono rojizo que nunca había visto. Esto no es solo un escondite… es una habitación de tortura, no quiero ni imaginar lo que le hacen a las personas que traen aquí, nunca vi tantas cosas peligros juntas, no debí venir ¿Cómo fue que termine metida en todo esto? Con los labios temblándome y sudor frío recorriendo mi cuerpo, empiezo a desbloquear el celular para tomar fotos. Intento desbloquear el celular mientras siento que en cualquier momento se me va a resbalar por el sudor en mis manos. Una, dos fotos y siento como la llave resbala de mi mano… escucho un sonido de algo al caer, me alarmo y tardo unos segundos en darme cuenta de que ha sido la llave al caer. Observo a mi alrededor con nerviosismo antes de que mis rodillas se doblen lentamente, alumbro con la linterna en busca de la llave, la veo pero antes de poder tomarla mis ojos se topan con algo más… una pulsera, una echa de cordón y letras. Tomo la pulsera entre mis manos, siento que el corazón se me saldrá por la boca al leer la palabra que forman las letras: Yexury. Abro la boca en busca de aire ya que parece se me ha olvidado como respirar bien. Esta es la pulsera de Yexury.

-Ella estuvo aquí ¿Qué le hicieron?- chillo observando que el cordón de la pulsera tiene una mancha roja.

Seguro él la secuestro, por hablarme de más. No me puedo quedar más- pienso mientras siento que estoy a punto de desfallecer de los nervios.

Antes de que pueda darme cuenta estoy corriendo por el pasillo en dirección a la salida. Abro la puerta de un empujón y sigue corriendo, la puerta quedo abierta pero eso es lo menos importante, lo que quieren es salir de aquí con vida. Corro pasando por el lado de la cabina, mientras el corazón golpea mi pecho con fuerza y me obliga a tomar aire por la boca para poder respirar. Llego al porto y cuando quiero empezar a trepar me doy cuenta que llevo el celular y la pulsera de Yexury en mis manos, las meto en el bolsillo de mi chaqueta, y empiezo a trepar. Pies, manos, pies, mano y ya estoy en lo más alto, me doy la vuelta para empezar a descender, pero solo me tengo oportunidad de poner un pie antes de que mi cuerpo empieza a caer desde lo más alto. Lo primero que llega al suelo es un pie, que se doble y hace que mi cuerpo caiga de lado. El dolor se extiende por todo mi cuerpo haciéndome casi imposible moverme, pero el dolor más fuerte es en el tobillo del pie con que caí. Intento mover los dedos de ese pie, pero solo aumenta la tensión, es como una hincada desde dentro, como si toda el área se calentara desde adentro. Veo que varias cosas se han salido de los bolsillos de mi chaqueta, los agarro y los vuelvo a guardar lo más rápido posible, mientras sostengo mi cuerpo con uno de mis codos. Al terminar de guardar todo, empiezo a levantarme con dificultad, empleando fuerza, primero en mis codos, manos, y luego de que casi estoy parada, me sostengo solo en el pie bueno. Apagó la linterna de mi celular que seguía encendida y empiezo a saltar en un pie, mientras me repito mentalmente: tienes que llegar a la avenida…

Siete minutos después, parece que he sudado una clase de deporte. Ya casi llegó a la avenida, no puedo afincar mucho el pie, eso me ha dificultado llegar, si mi pie estuviera bien, seguro ya hubiera tomado un taxi y fuera camino a mi casa. Llego a la avenida, y me recuesto en el poste de luz que está en la acera mientras intento calmarme y espero un taxi.

Veo como una jeep gris se estaciona justo frente a mi… mis sentido se alarman y mi corazón empieza a latir tan rápido como antes, mientras me abrazo al poste, si no estuviera tan cansada y adolorida, ya estuviera corriendo.

-Charles- digo de forma añorante al ver quien se baja, casi estoy a punto de llorar y tirarme a sus brazo.

Detengo mi expresión feliz al darme cuenta de que por su expresión hostil está molesto. ¿Qué hice ahora?

Su expresión hostil se suaviza un poco al ver que me apoyo en un solo pie. Me parece ver preocupación por un momento, pero creo que solo fue mi imaginación.

-Camina- pide mientras me presta su brazo como apoyo.

Camino hasta la jeep y subo al asiento del copiloto, mientras pienso que estoy enloqueciendo, miles de veces vi el auto de charles, no lo pude reconocer y pensé que era de un de eso asesinos, el miedo me está ganando ¿Cuánto tardare en volverme completamente loca?

-Estas muy lejos de casa ¿Qué eses por aquí?- dice subiéndose al asiento del piloto y viéndome a los ojos.

-Yo…- dudo de que puedo decir- estaba visitando a una amiga.

Me reprendo al repetir en mi mente lo que dije, si hubiera dicho haciendo una visita simplemente y luego no responder más, habría sido más creíble.

En los labios de Charles se forma una sonrisa, pero una de cansancio, mientras se inclina y toma mi tobillo adolorido entre sus mano. Me quita el zapato deportivo y luego la media, mi tobillo se ve un poco hinchado y enrojecido. Su tacto es suave y frio, esparciendo pequeños escalofríos por el área.

-¿Cómo te hiciste esto?

-Me caí- respondo y me siento bien por decir una verdad- ¿no es grave?

-Creo que te dislocaste el tobillo- dice el viéndome a los ojos, y sus manos siguen sosteniendo mi pie.

Creo que le he escuchado a Rayan es… mis pensamientos son interrumpido por el dolor que se acumula en mi tobillo cuando charles lo aprieta, haciendo que traquee.

-¡Qué haces!- me quejo mientras intento alejar el pie de sus manos.

-Solo enderece el hueso- dice soltando mi pie, y enderezándose en el asiento- ahora responde con la verdad ¿Qué haces por aquí?

Lo veo a los ojos pero no respondo nada, siento vergüenza por que ha notado que es una mentira, pero no quiero decirle lo que eh descubierto, y si considera que estoy loca.

Charles desvía mi mirada, enciende el auto y maneja sin decir una palabra. Siento una incida en el pecho por su indiferencia, y al saber que yo me lo he ganado… me repongo un poco al recordar que el cancelo una de nuestras cita para llevar a su apartamento a una chica, supongo que me sirve saber que no soy la única mala del cuento. No sé a dónde vamos pero no pregunto, hasta que minutos después paramos en un hospital.

-¿Qué hacemos aquí?

-Quiero que un doctor te vea el tobillo- responde, sale del auto y empieza a rodearlo.

Abro la puerta de mi lado, encontrándome con él, y su expresión indiferente.

-Ya me siento bien- le digo y es verdad, luego de que puso el hueso en su lugar me ha dejado de doler, sigue un poco rojo e hinchado pero ya no me duele casi.

-Igual- responde simplemente.

-No quiero- digo firme y no me muevo.

-Ya te dije quiero que te revisen, baja.

-Que no quiero.

-Baja- repite con seriedad y advertencia.

Suelto aire y bajo solamente con la poca dignidad que me queda. No lo veo a la cara mientras caminamos por los pasillos y llegamos a resección. Él se aleja de mí, y va a la chica en recepción. Me sostengo en la pared blanca mientras veo como el habla con la chica algo que no puedo escuchar, ella le sonríe pícaramente, habla algo por teléfono y vuelve a ver a charles mientras asiente, charles le devuelve el asentimiento con su expresión seria y se dirige a mí de nuevo.

Me toma por un brazo y me sigue guiando sin decirme nada, mientras camino le dedico una mirada observadora a la recepcionista.

Llegamos a una puerta blanca, donde está escrito “Doctor Fuentes”. Charles toca la puerta, de inmediato recibe un “entre” abre la puerta y me deja pasar de primero, ya puedo afincar el pie más así que no me es difícil caminar sin su ayuda, solo renqueo un poco.

-Charles ¿Cómo estás?- dice el señor que está adentro luego de que charles cierra la puerta.

-No muy bien, pero luego te cuento.

Charles conoce a un doctor ¿son amigos? Se ve la diferencia de edad, el señor no es tan alto como charles pero si es un poco robusto y con mandíbula cuadrada, le calculo unos 40 años.

-Y ¿Quién es esta hermosa señorita?- pregunta el señor mirándome, su mirada y sonrisa son amables, y nada más, me hace entrar en confianza.

-Me llamo cáterin- me apresuro a decir con una sonrisa.

-Oh, yo me llamo Héctor, un gusto conocerte, ahora podrías sentarte aquí cariño- dice y palmea la silla recortable.

-Claro- digo y tomo asiento donde me indico.

-¿Qué te ha pasado en el tobillo?

-Solo me lo torcí un poco, pero ya me siento mejor- le restó importancia.

-Se disloco el tobillo, ya lo puse en su lugar pero quiero asegurarme de que este bien ¿puedes revisarla?- pide Charles volviendo a ignorarme.

-Claro ¿podrías mostrarme el tobillo?- vuelve el señor amablemente.

-Claro- digo y me quito el zapato y la media.

Héctor coloca los dedos en mi tobillo, va ejerciendo un poco de fuerza, mientras los va rodando poco a poco, le da medias vueltas a mi pie, luego lo dobla hacia un lado, a lo que suelto pequeños quejidos, y luego suelta mi pie lentamente.

-Todo está bien, hiciste muy bien amigo, le recetare una pomada para la hinchazón- concluye el doctor y camina al escritorio.

Me coloco el zapato y la media mientras veo como escribe algo en un papel.

-Te recomiendo Cáterin, que no realices trabajos forzosos por al menos unos tres días, no saltes, no corras, te colocas la pomada en las noche y todo estará bien- dice y camina a mí.

Héctor me extiende el papelito donde antes escribió algo.

-Es la receta médica, ahí está el nombre de la pomada- explica mientras tomo el papelito.

-Gracias- digo incorporándome para luego caminar a la puerta.

-Gracias Héctor- dice Charles al señor.

-No hay de qué, pero no te pierdas tanto amigo.

-He tenido que ocuparme del asunto importante, me ha causado algunos problemas, pero intentare resolverlo- comunica Charles y de alguna manera creo que se refiere a mí.

-Oh, entiendo, entiendo, ven un días para hablarlo con más calma- pide el señor.

-Bien, adiós- acepta Charles abriendo la puerta.

-Adiós Cáterin.

-Adiós- le devuelvo antes de salir.

-¿Por qué obedeces a todo lo que te dice un desconocido y no a lo que yo te digo?- pregunta cuando estamos caminado de regreso al estacionamiento.

-Quizás porque tú no lo dices con amabilidad- respondo simplemente.

El no responde pero me mira con molestia.

En media hora y luego alguna vueltas a una farmacia ya estamos frente a mi casa. Veo para todos lados en busca del auto azul que me sigue pero nada, y luego cuando intento abrir la puerta, soy interrumpida por la voz de Charles.

-¿Por qué miras a los lados como si buscaras algo? Lo llevas haciendo todo el camino.

Me volteo hacia el pero no lo miro a los ojos.

-Me aseguro de que no nos sigan- digo sin pesar.

-¿Quién nos podría seguir?

-Ahh…

-Te puedo ayudar, solo necesito estar seguro.

Estoy a punto de preguntarle de que tiene que estar seguro cuando veo la camioneta de Rayan estacionándose justo al frente de nosotros.

-Tengo que irme- digo viendo como Rayan baja de la camioneta.

-Bien, has lo que quieras ya me canse.

-¿De qué?- suelto ofendida.

-Baja- dice suavemente pero sé que hay advertencia en su tono.

-Eres irritante- digo y abro la puerta.

-Y tu una mocosa tonta.

-Bien- digo y me bajo del auto.

-Bien- regresa mirando la calle.

-Más que bien- digo molesta, cierro la puerta antes de que tenga oportunidad de responder y me encamino así Rayan que ya está en la puerta de su casa.

Rayan me ve caminar hacia él y espera en la puerta.

-¿Por qué esa cara?- pregunta serio y me invita a pasar primero.

-Nada- respondo y entro a la casa- ¿Dónde estabas?

-En la casa de Noelia ¿y tú? ¿Por qué renqueas?

-Estaba haciendo una visita, pero no me fue bien, me caí y me disloque el tobillo.

-Déjame ver- dice guiándome a uno de los sofás.

Dejo mi bolso a un lado con cuidado de que nada se caiga, me siento en el sofá y que quito el zapato.

-No es nada, ya fuimos a un doctor, dijo que estoy bien- digo mostrándole el pie sin media.

-Pero se ve hinchado- dice tocando el tobillo.

A Rayan siempre le gusta hacer la del hermano doctor.

-Ya han llegado- escucho la voz de Sora y cuando veo ya está a nuestro lado- no sabía que andaban juntos.

-Lo encontré en la puerta- explica Rayan viendo a Sora sentarse a mi lado.

Veo como la mochila en el sofá se medió inclina hacia un lado por el peso de Sora al sentarse. Ruego que la mochila no caiga, si lo hace o se medió abre el bolsillo del lado, van a ver lo que hay dentro, un cuchillo. Y en ese preciso instante recuerdo que me traje la llave de la puerta de la cabina y la pulsera de Yexury que está en el bolsillo de mi suéter ¿Qué paso con la otra llave? Ha si la llave de la habitación de tortura, la deje tirada cuando recogí la pulsera de Yexury, y las puerta las deje abiertas… notaran que alguien estuvo allí ¿y si encuentran alguna pista que diga que soy yo? ¡Mis lentes de sol! ¿Dónde están mis lentes? Se me debieron haber caído cuando corrí, ahora sí estoy muerta.

-Cariño ¿estás bien? estas pálida, y ¿Qué te paso en el tobillo?

-Me caí, ya me tengo que ir- digo incorporándome y tomando mis zapatos y mochila en la mano.

-Pero ¿Cómo te vas a ir así? Estas muy pálida.

-Me quiero recostar ¿me puedes llevar un té?- nunca tomo té, pero sé que es la única manera que me deje ir.

-Bien, te lo llevare en un momento.

Asiento y empiezo a caminar, paso por el lado de Rayan que por su expresión parece estar desconcertado. Pero no me detengo sigo caminado a paso rápido mientras renqueo, salgo por la puerta trasera, atravieso los patios, abro la puerta de mi casa y sigo caminando hasta mi habitación. Dejo caer el zapato que tengo en mis manos, me quieto el que tengo puesto y luego empiezo a sacar todo lo que tengo en el bolso, enzima de mi cama. Lo primero que hago es guardar la pulsera de Yexury y la llave de la cabina, en la gaveta, debajo de mi ropa interior, y luego guardo el resto de cosas en su lugar, la ropa que estaba en el bolso, los zapatos… dos minutos después estoy caminado rápido escalera abajo con solo en cuchillo y la bolsa de las cosas que compre en la tienda. Llego al sofá y dejo el cuchillo por debajo de él, justo cuando siento que entran por la puerta trasera. Me quedo sentada el sofá viendo en esa dirección… mis ojos se encuentran con Sora que viene con una taza de té en las manos y Rayan caminando atrás de ella.

-Toma- dice extendiéndome la tasa de líquido cliente y humeante.

-Gracias- digo dejando la bolsa en la mesa.

Tomo la taza entre mis manos y empiezo a soplar.

Legión I- Secreto oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora