Legión I- Secreto oscuro

Capítulo 24

Hoy he pasado todo el día leyendo libros y haciendo algunas tareas de la casa. Anoche pude dormir bien, y en mi cama, después de todo el problema si era el medallón, quien lo hubiera pensado. Hoy en la mañana mi madre regreso a su trabajo, apenas se despido con un "Hasta luego" y un "la próxima vez que venga será con Pablo", solo me dedique a asentir y desearle un buen viaje. Por otra parte Dalia se ofreció a venir a buscar el permiso medico ya que la jefa pregunto por qué no fui ayer, Dalia logro llegar a mi casa solo con indicaciones por celular, me acompaño unas horas porque se lo pedí, pero luego no pude retenerla más.

Doy varios trazados al dibujo que acabo de comenzar solo hace media hora, cuando escucho el sonido del timbre. Se me acelera el corazón al pensar que puede ser lim. Intento calmarme pensando que lim es como Jeison, y si alguien como ellos viniera a matarme lo último que harían seria tocar el timbre. Me levanto y camino, mientras el timbre suena cada vez con más rapidez y sin parar. Me hace recordar a los niños oprimiendo botones locamente.

-¡Ya voy!- grito mientras termino de bajar las escaleras a paso rápido.

El timbre suena tres veces más y luego para. Llego a la puerta y por un momento dudo si abrirla o no.

-¿Quién es?- pregunto tomando la cerradura.

-¿Quién más?- escucho la voz impaciente de Noelia.

Abro y me encuentro con que no es solo Noelia, también esta Sofía y cris.

-Hola, pasen- pido haciendo espacio- ¿Quién ha jugado con el timbre?- pregunto luego de cerrar la puerta.

-Fue cris- acusa Noelia caminando a la sala.

Escucho una risita de parte de Sofía y veo una sonrisa de parte de cris, mientras niega, de inmediato sé que ha sido Noelia la loca del timbre.

-Sí, ya me lo creo- respondo hacia Noelia, quien se encoje de hombros con una sonrisita angelical.

-Pensamos que sería bueno visitarte y traerte las anotaciones. Mañana tenemos un examen escrito- explica Sofía cuando todos llegamos a la sala.

-Bueno tendré tiempo para estudiar. ¿Quieren algo de beber? ¿Café? ¿Leche?- pregunto mientras veo como se sientan en el sofá, Noelia y Sofía en el doble y cris en el individual, o lo que me gusta llamar sillón.

-¿Ofreces leche a tus invitados?- suelta Noelia.

-No he tenido tiempo de hacer compras.

-Lo supuse, por eso trajimos esto- dice sacando latas de soda.

-Bien- digo y tomo asiento a su lado.

***

Suelto pequeñas risas por un chiste que dijo cris hace un momento, mientras camino a la puerta principal junto con él, Sofía y Noelia.

Era lo que me hacía falta, un rato con mis amigos, un rato de bromas y risas... pero aunque intente olvidar toda la situación de ángeles oscuros, el miedo sigue presente. La confusión y la angustia se acumulan en mi pecho provocándome espasmos cada vez que pienso en ello. Pero ¿cómo hacer que no sucedió? ¿Cómo seguir viviendo mi vida sabiendo que personas inocentes murieron por mi causa, para que Jeison pudiera demostrar que yo no soy el ángel blanco? ¿Acaso debo olvidar sus muertes? ¿Qué are cuando los padres de Yexury vuelvan a interrogarme sobre lo que paso esa noche en la biblioteca? ¿Cómo debo fingir que no sé dónde está su hija? ¿Cómo debo fingir que no sé qué Jeison secuestro a su hija, para asesinarla y quizás torturarla, y luego enterrarla fuera de la ciudad?

-Y recuerda, mañana iremos a escoger los vestidos- suelta Noelia señalándome con un dedo.

Veo como cris y Sofía salen por la puerta principal, y Noelia se queda del lado de adentro en espera de mi respuesta.

-Claro, no lo olvidare- digo recostándome a la puerta- Sofía gracias por las notas y cris gracias por la pizza.

-De nada- sonríe Sofía amablemente y cris asiente.

-Hasta luego- se despide Noelia dándome un pequeño abrazo y luego sale de la casa.

-Hasta mañana- termino y sacudo mi mano como despedida.

Ya casi son las ocho de la noche, en todo este tiempo hablamos de la clase, los profesores, la boda de Anabel, e incluso cris salió a comprar pizza para cenar todos juntos. Como quisiera que mi vida se resumiera a eso, a lo que era antes, trabajo, clases, amigos, campamentos en lugares abandonados, bromas y risas. Mi expresión se vuelve una anhelante y triste mientras veo como entran en el auto de cris y luego se van. Cierro la puerta y camino rumbo a mi habitación, un buen baño no me vendría mal y menos uno con agua caliente.