Señor Malfoy. No Lucius. Señor Malfoy.
Fue repulsivo y agonizante.
Su apellido, el nombre con el que su familia se registraba y, mediante el cual, dejaron un legado para las futuras generaciones. La simple palabra, proveniente del francés, acarrea a su paso años de trabajo duro, estudio, proyecciones y un prestigio que se ha encargado de llegar a lo más alto —si fue mediante buenos tratos o malos, eso es otra discusión—. Pero ese apellido es el que por mucho tiempo identificó a Lucius antes de que él se diera cuenta que podía ser más que la sombra de su familia.
Evan y Theo fueron los primeros en ayudarlo a verlo; ellos, que por mucho tiempo estuvieron encadenados bajo las apariencias de sus propias familias, le mostraron que Lucius no solo era definido como un Malfoy; inteligente, disciplinado, astuto y hábil. No. Ambos le mostraron que Lucius podía ser torpe en ocasiones, disfrutar de tardes enteras viendo películas de terror, gozar de leer libros sobre ciencia ficción, jugar lacrosse o cualquier tipo de deporte y, sobre todo, autodenominarse como más le placiera.
Quizás sus años de adolescencia no fueron los más rápidos para que él lo entendiera, pero ese era el motivo principal por el que no tenía muchos amigos. Sus amigos solo eran aquellos que lo llegaron a conocer a profundidad. Por eso, con la mayor simplicidad y satisfacción, Theo y Evan eran los únicos a los que podía designar como tal.
Pero luego, en un declive de su corazón, Remus Lupin llegó a su vida con sus diversos colores; Remus lo odió por principio a sus amigos, lo miró con enojo y resentimiento, con cautela y desconfianza, pero también hubo cariño, timidez, amistad y amor. Fue un torbellino de emociones que se almacenó en su pecho, le mostró a Lucius las maravillas y desconciertos de enamorarse. Remus lo descubrió igual que sus amigos, pero tuvo un propósito diferente que ellos y, desde ese momento, cada latido de su corazón le perteneció enteramente.
Lucius todavía podía sentir el recuerdo de sus labios contra los suyos; la forma en que solía delinear sus cicatrices con cariño, solo para mostrarle que a sus ojos era el ser más perfecto que existía; la calidez de su cuerpo contra el suyo cuando le permitió abrazarlo y su risa, almacenada en los ecos de su memoria.
Remus había descubierto a Lucius sin la necesidad de seguir reconociéndolo por el nombre de su familia. Y ahora, después de diez años, lo tenía enfrente, mirándolo con indiferencia y dirigiéndose a él con su apellido. Incluso si era por cortesía, el borde afilado y vacío con el que lo pronunció, lo arañó por dentro de una manera en la que no esperaba.
Señor Malfoy. Lucius quería negar con la cabeza, alcanzar, por fin, a Remus y abrazarlo.
Sabía que Remus podría odiarlo en la actualidad, esperaba su enojo y resentimiento, estaba preparado para enfrentarlos y asumir la responsabilidad de ellos, pero lo que le dió no fue eso. No. No esperaba que el amor de su vida lo mirara como si nunca hubieran sido nada. Y, aunque las emociones de Remus se vaciaron en su presencia, Lucius todavía se aferró a la idea de que la situación les impedía enfrentarse como era debido.
No le importaba si era una vaga posibilidad, se aferraría a ella, a cualquier posibilidad de sus sentimientos, no del olvido, no quería que Remus lo mirase así. No. Él no podía mirarlo como si solo fuera el señor Malfoy.
—Señor... —la voz suave de Andrómeda fue mediadora en sus pensamientos. Lucius la miró, su cuerpo se movió en automático, pero su plena atención seguía en Remus y la forma en que dio un paso hacia atrás para colocarse junto a Severus. —La junta dará inicio en dos minutos.
—B-Bien —respondió Lucius, aclarándose la garganta. Sus ojos, casi atraídos como una fuerza magnética, se centraron unos segundos más en Remus, Abraxas Malfoy estaría muy orgulloso de su actitud desinteresada y profesional. —. Severus, deberías adelantarte a la junta, debo entregarle unos papeles a mi asistente.
ESTÁS LEYENDO
Luz de Estrellas
Fanfic[Segunda Parte de Bajo la Luz de la Luna] Años después de los acontecimientos vividos, Remus se va a estudiar su universidad en Alemania y permanece la mayoría del tiempo en el extranjero, extasiado por intentar hacer un camino diferente lejos de I...