El amplio cuarto estaba iluminado gracias a los ventanales de cristal. Siempre le parecía maravillosa la vista desde el edificio principal de su oficina a las calles concurridas de abajo, ajenas a todo lo que él observaba, al escandaloso ruido de los autos en su prisa por llegar a determinados lugares. Lucius siempre mantenía la cabeza inclinada abajo cuando caminaba cerca de las ventanas, admirando, memorizando los toques grises o coloridos que llegaban a rodear las calles y, por su puesto, envidiando a toda esa bola de personas sonriendo con desinterés a la vida.
Era muy fácil localizar a los turistas y siempre tenía esa pequeña esperanza de que alguno se tropezara para tener un mal día. Si ese fuera el caso, bajaría por el ascensor para estrecharle la mano y decirle "¿Ves que no todos son sonrisas y felicidad?". No era por odio, definitivamente creía que esos pensamientos no se trataban del odio o la desdicha, solo eran pura envidia entrando desde su ser, es decir, esos turistas y franceses iban y venían sonriendo, felices, ligeros y sin preocupaciones mientras él tenía que tener su oreja pegada a su celular privado escuchando las patéticas excusas que su asistente le estaba diciendo.
-Déjame ver si entendí... - Dijo con un suspiro cansado, sujetando el nudo de su corbata para disminuir un poco su enojo - ¿Ellos fueron testarudos en firmar el contrato?
-"Dijeron que si no era su puño y letra no aceptarían nada" - Dijo la voz temblorosa de Scott Greene.
-¿Y por qué demonios no insististe?- Gruñó enfadado - No puedo estar moviéndome en dos reuniones diferentes. Los Greengrass, malditos sean, saben lo que es tener reuniones importantes el mismo día y no poder desplazarme del país para aceptar un estúpido documento.
-"No-No solo es un documento, son las conciliaciones de"
-¡Ya sé! - Interrumpió con los dientes apretados, tratando de no levantar la voz. Miró las paredes rojas de su oficina y se dejó caer en su silla de escritorio, rogando por recuperar la calma - ¿Qué les dijiste?
-"No aseguré nada. Pero ellos fueron claros con sus deseos de hacer el contrato personalmente con usted, para darle una última revisión."
-De acuerdo... Encarga un vuelo temprano para Londres y has reservaciones en un hotel.
-"Señor..."
-¿Qué?
-"Se trata de las oficinas en Londres. Travers no ha hecho un buen trabajo administrando las cuentas y ha habido una disminución de los ingresos."
Sus largos dedos tomaron su pluma con fuerza, Lucius cerró los ojos sabiendo lo que le esperaba escuchar.
-¿Cuánto dinero se perdió?
-"Al menos un cinco por ciento. Ya me encargué de leer todas las cuentas de ingresos en los bancos, las cifras están escondidas pero son claras."- Se escuchó un silencio incómodo por el otro lado de la línea antes de que Scott suspirara - "Tendrá que revisar todos los documentos igual señor, arreglar el caos que ocasionó en la empresa y... tomará un tiempo."
-Lo entiendo... - Murmuró. Se frotó la frente con el dorso de la mano y dejó su pluma negra en el escritorio.
Los documentos apilados, las carpetas con contratos para revisar y las cifras que verificar... Lo único que le causó un mínimo de paz a Lucius en ese momento fue la foto de su hijo de bebé. Draco sujetaba un dragón de peluche en sus manos pequeñas y sonreía a la cámara desde el jardín, su cabello rubio brillando con el sol y sus mejillas regordetas sonrojadas. Apoyó los codos en el escritorio y tomó la fotografía en sus manos después de finalizar la llamada con su asistente.
De niño no creía en la idea de tener un hijo. Los niños para él representaban caos y mucho tiempo. Sin embargo, con los años Draco se ha convertido en su principal pilar para trabajar todos los días, llegar a casa temprano por la tarde y pasar tiempo con él, mimándolo de más.
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Luz de Estrellas
Fiksi Penggemar[Segunda Parte de Bajo la Luz de la Luna] Años después de los acontecimientos vividos, Remus se va a estudiar su universidad en Alemania y permanece la mayoría del tiempo en el extranjero, extasiado por intentar hacer un camino diferente lejos de I...