Lisa y Jennie integrantes de la famosa banda de K-pop Blackpink. Se conocen desde que tenían 15 años cuando emprendieron en un camino hacia la fama y el éxito, después de 13 años, en la cima de la montaña, verán el lado malo de la fama.
Ahora solo p...
Porque tú eras la estrella Yo solo una fan Porque tú eras mi todo Yo solo una más
Mafalda Cardenal
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Una semana había transcurrido desde el tenso episodio en Macao. La hostilidad se había instalado en el grupo, y las relaciones entre las chicas de Blackpink se habían vuelto cada vez más tensas, a excepción de Rosé y Lisa.
En ese día, en particular, se encontraban en el estudio de Seúl, donde solo Rosé y Jisoo compartían el espacio. Jennie, con su astucia característica, había logrado distraer a Teddy y a Lisa, llevándolos consigo a la cafetería, dando a Jisoo la oportunidad de hablar a solas con Rosé.
Jisoo agradeció mentalmente a Jennie por su intervención, pero al acercarse a Rosé, esta la rechazó de inmediato.
—No me molestes, Jisoo—le dijo con frialdad. Pero Jisoo no se dio por vencida y siguió acercándose, quizás demasiado. Rosé de un empujón en el pecho de la contraria la alejo.
En medio de la oscuridad opresiva del estudio, donde solo el parpadeo de las luces de equipo eléctrico iluminaba la sala, Rosé estaba sola con sus pensamientos y su corazón hecho pedazos. La tensión y hostilidad acumuladas en el grupo durante la última semana habían llegado a su punto de ebullición, y era hora de enfrentar la cruel realidad que la estaba consumiendo desde adentro.
Con la mirada fija en el suelo, sintiendo un nudo en la garganta, Rosé comenzó a hablar en voz alta, como si las palabras fueran dagas que cortaban su alma. Sabía que no podía seguir postergando esta conversación, que ya no podía esconder su dolor.
—Jisoo...— su voz tembló, y un sollozo amenazó con escapar de su garganta.-No puedo soportar más esto. No puedo seguir siendo tu segunda opción, tu plan B cuando las cosas no salen como lo planeaste. Lo que has hecho, las mentiras y las traiciones... me han desgarrado por dentro.—
Las palabras de Rosé se colaron en el silencio del estudio, pesando como un lamento en la penumbra.
—Hemos compartido tanto, Jisoo. Hemos reído juntas, llorado juntas, soñado juntas. Pero lo que ocurrió... no podemos fingir que no ha cambiado nada.—
Los recuerdos de los momentos felices que habían compartido con Jisoo se mezclaron con el dolor de la traición. Las lágrimas comenzaron a empañar sus ojos, pero Rosé no podía detenerse ahora.
—Lo que hiciste me ha llevado a cuestionar todo, Jisoo—continuó, su voz quebrándose. —He empezado a dudar de si nuestro amor significó algo para ti en algún momento. Y no puedo soportar, sentirme así, no puedo.—
Con estas palabras, Rosé se sintió como si hubiera desnudado su alma, como si finalmente hubiera sacado a la luz toda la agonía que la consumía. Sabía que el camino por delante sería doloroso y desafiante, pero también esperaba que pudiera encontrar sanación y, tal vez, alguna forma de restaurar lo que habían perdido.
