Capítulo 18: Recuerdos

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De la Vida Como Pelicula, Tragedia, Comedia...

La vida es una viaje no una estación
Saca tu memoria de esa prisión
Se que hay bonitos recuerdos pero no es 
de cuerdos tener recuerdos por obsesión

Canserbero

Lisa, con el corazón en un puño y las emociones revolviéndose en su interior, le escribió un mensaje urgente a Bang Chan, sintiendo que se asfixiaba bajo el peso de la ira y la frustración

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Lisa, con el corazón en un puño y las emociones revolviéndose en su interior, le escribió un mensaje urgente a Bang Chan, sintiendo que se asfixiaba bajo el peso de la ira y la frustración.

—Chan, no puedo soportarlo más. Necesito que vengas a Bangkok lo más rápido que puedas. Trae la mierda contigo. Te veo en mi villa de soltera. Mueve el culo rápido.—escribió con las manos temblorosas.

Sin perder tiempo, salió del hotel. Cada paso que daba le recordaba el agotamiento y la desesperación que la envolvían. La caminata que tenía por delante se convirtió en una metáfora de su lucha interna.

En definitivamente no quería que nadie supiera su paradero.

Incluso...

Que nadie supiera su tumba.

La sensación de ser una puta carga la atormentaba. ¿Cómo pudo llegar a este punto? Jennie, a quien había amado con todo su corazón, se había alejado de ella y la había ocultado del mundo.

Recordaba todo.

Sentía otra vez ese sentimiento...

Jennie lo escondió todo.

Pero, de ¿Quién era la culpa según todo el mundo?

Obviamente, la inútil de Lalisa.

A veces también caía en la dinámica de culparse.

Pero nadie piensa en ese sentimiento.

Jennie avergonzada de su amor.

La ira bullía en su interior porque sentía que le habían robado la oportunidad de vivir su relación libremente, sin esconderse ni avergonzarse.

La confusión era otro peso en su alma. ¿Por qué Jennie había elegido ocultar su amor? ¿Por qué no se habían enfrentado juntas a los desafíos que les esperaban?

¡Ah sí! Fuiste tú, hija de perra.

Un punto para la idiota de Manobal.

Caminaba por las calles de Bangkok, sin importarle la distancia que debía recorrer. Sus piernas se movían mecánicamente, su mente repleta de pensamientos turbulentos. El aire cálido y húmedo de la ciudad le dificultaba la respiración, pero no se detenía. Su determinación la impulsaba hacia adelante, en busca de respuestas y de su amigo Bang Chan, que era su última esperanza de comprender la situación y superar su abrumadora frustración.

Simplemente Amigas (Jenlisa GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora