Lisa y Jennie integrantes de la famosa banda de K-pop Blackpink. Se conocen desde que tenían 15 años cuando emprendieron en un camino hacia la fama y el éxito, después de 13 años, en la cima de la montaña, verán el lado malo de la fama.
Ahora solo p...
Cóseme la piel De la herida sálvame, Que con la daga intacta en el interior El tiempo no sabrá curar el dolor.
Juliana
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¿2012, 23 de septiembre?
La noche en Naejangsan National Park estaba impregnada de una calma especial, con el suave murmullo de la naturaleza como fondo. Jennie y Lisa compartían ese momento que no se puede definir, pero definitivamente era especial mientras contemplaban el cielo estrellado desde su lugar del glamping. La iniciativa de la escapada había sido de Lisa, quien quería hacer de esa noche algo inolvidable.
Lisa le entregó a Jennie una cadenita de oro con un dije en forma de hada. Era un regalo pensado, delicado y lleno de significado. Lo sorprendente fue que, sin coordinarlo, Jennie también había elegido para Lisa una cadenita de oro, pero con un dije de gato.
La tensión entre ambas era palpable, y en cada práctica, en cada conversación, sentían la electricidad que flotaba en el aire. Unas semanas antes, habían dado un paso importante al intercambiar besos, sin embargo, eso pasaba a un segundo plano de como se trataban, todas las trainees e incluso profesores suponían que tenían algo más que una amistad, por la forma de Manobal de tratar a Kim, y la forma en que Kim celaba a Manobal.
La pregunta de Lalisa rompió el silencio de la noche estrellada y creó un instante suspendido en el tiempo. Jennie, con el corazón latiendo fuertemente, escuchó las palabras de Lisa preguntándole si podía ser su novia. La luz de la luna iluminaba sus rostros, revelando la expectación en las miradas cruzadas.
En ese momento, Jennie sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Las estrellas parecían alinear sus destinos, y la conexión entre ellas se intensificaba con cada latido del corazón.
En un momento de silencio, de timidez, sus miradas se encontraron. Ambas eran conscientes de la electricidad que circulaba entre ellas, pero ninguna se atrevía a dar el primer paso. En un intento de romper la tensión, Lisa se acercó tímidamente a Jennie.
El primer roce de sus labios fue suave y vacilante, como si ambas estuvieran explorando terreno desconocido. El beso inicial estuvo marcado por la incertidumbre y la tensión acumulada, pero a medida que se dejaron llevar, la intensidad aumentó.
- Tengo miedo...- Susurro en medio de beso Lisa.- No de ti, es que... no lo sé, no sé, es mi primera vez. -Explico rápidamente la tailandesa al ver el ceño fruncido de Jennie.
- La mía también. Tranquila. -dijo y finalizo con un pico. - Vamos despacio. ¿Okay? No tienes nada de que avergonzarte. -Soltó una risa gomosa.
A Lalisa se le volvieron los cachetes aún más rojos al recordar la incómoda situación en como Jennie se enteró de su amigo. Estaban dándose besos, pero Jennie en un movimiento rápido se sentó a horcajadas sobre ella y a Kim intentar sacarle el supuesto teléfono para restregarse más, apretó al pene de Lisa que solo pudo detenerla con un gemido bajo.
