Lisa y Jennie integrantes de la famosa banda de K-pop Blackpink. Se conocen desde que tenían 15 años cuando emprendieron en un camino hacia la fama y el éxito, después de 13 años, en la cima de la montaña, verán el lado malo de la fama.
Ahora solo p...
You could've asked me why I broke your heart You could've told me that you fell apart But you walked past me like I wasn't there And just pretended like you didn't care
Ariana Grande and The Weeknd
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Manobal había llegado a su penthouse en Seúl después de un día agotador. Al entrar, fue recibida por una mirada intensa de Chin-Hwa. La señora tenía una mirada que podía atravesar incluso la armadura más dura, y en ese momento, estaba claramente furiosa.
Okay...
La tensión en la habitación era palpable cuando Lisa giró la cabeza y se encontró con una expresión igualmente enfadada en el rostro de Yeji. La discusión comenzó en el acto. Lisa trató de explicar del porqué de su desaparición, pero Yeji estaba enojada y frustrada. Gritos y acusaciones llenaron el aire de la habitación mientras la discusión se intensificaba.
— Yeji, te prometo hablar en otro momento. Estoy agotada... no grites.—intentaba razonar calmadamente.
— Dios mío, eres tan egoísta. Maldita sea. —continuo en voz alta la coreana.— ¡Ya no quiero escuchar excusas! Siempre te desapareces y regresas como si nada.
—Por favor, cariño, entiende que...—trataba de calmar la situación.
—¡Basta! Cállate... No estoy dispuesta a continuar con esta basura.
Alguien llamó a la puerta. Chin-Hwa, recibiendo una mirada de aprobación de Lisa, fue para abrir la puerta.
—¿Me extrañaste, Lisa?—preguntó Jeon Somi con un toque picarón a pesar de las miradas de confusión de Lisa y Chin-Hwa que no sabía quién era. O bueno, si conocía, pero no sabía cuál era la relación que tenía con su jefa.
El tenso ambiente en el penthouse se volvió aún más denso con la llegada de Somi. Yeji, con los ojos cristalizados por la ira y el dolor, abandonó la sala y se retiró a la habitación que había compartido con Lisa durante el último mes.
Lisa, desesperada, trató de calmar a Yeji y le rogó que no se marchara. Sus súplicas caían en oídos sordos mientras Yeji continuaba empacando sus pertenencias. La tensión era insoportable, y Somi observaba la escena, sin saber si debía intervenir o dejar que la pareja resolviera sus problemas.
Mientras Yeji seguía empacando, Lisa intentó una última vez hacerla cambiar de opinión.
— Yeji, por favor, no te vayas así. Podemos hablar y arreglar esto. —Lisa suplicó con desesperación.
— No hay nada de que hablar. Esto es una mierda. No pienso seguir viviendo de esta manera. —Yeji respondió con voz quebrada sin mirar a su novia.
La presencia de Somi en la sala solo añadió más tensión al ambiente. Nadie sabía cómo manejar la situación sin empeorar las cosas. Lisa estaba desesperada por detener a Yeji, pero parecía que sus palabras no tenían ningún efecto.
