Capítulo 4: Un baño

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Amor de mi vida

Yo siento que tú fuiste el amor de mi vida
Pero nunca tuvimos una despedida
Bebé, qué rico que ya estés aquí
Siempre vas a ser mía

Feid

Jennie entró en la sala de ensayo con un portazo, su expresión claramente enojada

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Jennie entró en la sala de ensayo con un portazo, su expresión claramente enojada. Estaba detrás de Lisa, quien continuaba practicando su presentación en el escenario.

—¡Lisa! Necesitamos hablar de lo que pasó con Jisoo. —Gatita enojada.

Lisa, con la música aún sonando en el fondo, asintió distraídamente sin dejar de moverse. Sus ojos enrojecidos y vidriosos eran evidentes, pero estaba tan inmersa en su práctica que apenas prestó atención a Jennie.

Jennie, frustrada por la falta de respuesta de Lisa, decidió tomar medidas más drásticas. Se movió rápidamente y se colocó frente a Lisa, bloqueando su camino.

—¡Mírame, Lisa! —A la coreana se le agoto la paciencia.

Finalmente, Lisa detuvo su actuación y miró a Jennie con sorpresa y confusión. La tensión en la sala de ensayo aumentó rápidamente mientras ambas se enfrentaban.

— Lalisa Manobal, ¿por qué volviste a hacerlo? ¿No prometiste dejar la mierda que tienes con tus putos vicios?

—Oh, Jennie, ¿qué pasa? ¿Estás contando mis promesas rotas ahora? —Se ríe la tailandesa— Porque, ya sabes, tú también has tenido tu parte de promesas rotas. —Finaliza con un tono frio y seco.

—¡Eso no tiene nada que ver con esto, Lisa! Estamos hablando de tu salud y bienestar. Mírate en lo que te convertiste —Y por fin, salió una lágrima solitaria por la mejilla de la coreana.

—¿Mi salud y bienestar? Ah ya, viniendo de alguien que prometió hacer pública nuestra relación como diez veces y nunca lo hizo. —Lisa solo la veía, la marihuana hacia que su sistema

—¡No puedes comparar eso con lo que está pasando ahora, Lisa! —Jennie, con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa finalmente expresó su frustración. —¡Eres una drogadicta, Lisa! ¡Estás arruinando tu vida!

Las palabras de Jennie fueron un golpe emocional para Lisa, quien reaccionó de manera violenta y descontrolada. Con una explosión de ira, pateó la canastilla de agua que estaba en la sala, haciendo que se derramara agua por todo el suelo. El sonido del impacto resonó en la habitación, y ambos se quedaron mirando el desorden resultante, con las emociones aún ardientes.

La tensión entre ellas había alcanzado un punto crítico, y las palabras hirientes habían dejado una marca profunda en su relación.

—Bueno, parece que no puedo esperar mucho de las promesas, ¿verdad? Al menos Somi nunca me pelea por mis decisiones. —Una dolía Lisa expresaba, sabía cuál era el punto débil de Jennie.

Simplemente Amigas (Jenlisa GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora