—Ya Charles, no seas tan joto—dijo luego de bajar la mitad de playera que se había levantado y sacudiendo su brazo para que el mencionado retirara la mano con la que había estado frotando su piel.
El monegasco obedeció, avergonzado y herido, encogiéndose poco a poco en su lugar.
Ambos pilotos siguieron trabajando en su proyecto un poco más de tiempo, en un cuarto en el que reinaba un silencio que podría describirse solamente como incómodo, hasta que el mayor se retiró luego de conformarse con el diseño que obtuvo.
El ojiverde cerró la puerta por la que recién había salido su compañero de equipo, y sin dejar de sujetar la cerradura, se dio la vuelta para chocar su espalda con la madera de la entrada, liberando un fuerte suspiro.
—¿Cómo pude caer de nuevo para que volviera a ocurrir lo mismo?—pensó frustrado.
Ya no podía llorar como antes, ya incluso comenzaba a adaptarse dolorosamente a la relación con su compañero.
Pequeñas lágrimas eran las que corrían por su rostro sin la misma continuidad y facilidad que antes.Pero sí con el mismo dolor e incluso con mayor impotencia al haber atravesado por esa situación una y otra vez sin poder poner un alto.
Y el que este suceso se estuviera repitiendo sin parar, y que lo tuviera de nuevo llorando antes de una importante carrera, ya le estaba generando la suficiente determinación para poner ese necesario y anunciado limite.
La carrera del domingo resultó ser lo esperado, un DNF para Charles y otra victoria más para la colección del madrileño de esta temporada.
Sintiéndose completamente ajeno a esa alegría y celebración, el monegasco decidió volver a su país en cuanto abandonó el circuito y tomó sus pertenencias del hotel. Todo sin jamás haber dirigido alguna palabra a su compañero.
Tenía solo un plan en mente para cuando llegara a casa, y en cuanto estuvo ahí, lo llevó a cabo.
—En este punto ya no estoy tocando ningún lugar positivo con Carlos, las emociones negativas han hecho completamente de lado lo positivo que había en nuestra relación—relataba el castaño a su psicóloga—cada día me consume más la frustración de saber que no puedo dejar de sentir algo por él.
—¿Recuerdas la última vez que estuvimos aquí?—preguntó Diane haciendo que su paciente levantara la vista que hasta ahora había mantenido fija en su platillo, para recorrer visualmente todo el restaurante en el que se encontraban—me hablaste de algo muy similar a esto, cómo la desesperación te estaba venciendo.
—Sí, y eso fue en octubre del año pasado, y aquí estoy, casi a la mitad del que sería mi mejor año y siento que lo único que he logrado es estar más gordo, esquizofrénico y maltratado.
—Ay Charles—comentó riendo su terapeuta—pero quiero saber qué ha cambiado desde la ocasión pasada, porque ha pasado tiempo, ¿él te sigue gustando?
—¡Justo es eso!—comentó con desesperación—que a pesar de todo, aún siento algo por él, quedé como estúpido la última vez que dije que ya no sentía nada.
—¿Qué te hizo darte cuenta que jamás dejó de gustarte?
—Después de las vacaciones de invierno volvimos a estar juntos, y fue ahí que pude ver con claridad porqué en algún punto me enamoré de él. Fue su trato hacia mí, la manera de halagarme, de priorizarme, de hacerme sentir especial.
—Carlos jamás terminará de confundirme—comentó rendida—¿y entonces volviste a caer en ese trato amoroso hacia ti?
—Sí, pero creo que lo que más influyó fue que volviera a comportarse como un tonto. ¡Ah!, es que le tengo que contar algo—dijo recordando haber pasado por alto el evento de Heartstopper—¿recuerda esa serie especial para mí?, que incluso le recomendé.
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1655 [Charlos]
FanfictionEl amor es el sentimiento más profundo y fuerte que puede experimentar un ser humano, es capaz de convertirlo desde la persona más feliz hasta la más desdichada. Suele presentarse de maneras insospechadas, puede unir a quienes siempre han estado des...