Entre brillo y oscuridad

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Finalizado el parón de verano, todos los pilotos, incluyendo a la dupla de Ferrari, debían volver a su cotidianeidad, esperando tener una mejor segunda mitad de temporada, confiando en los esfuerzos realizados a lo largo de todos los días de descanso.

Charles, aún habiendo perdido la oportunidad de ganar el campeonato, volvía con una actitud enteramente positiva, listo para reclamar todas las piezas de su vida que permitió, las personas que lo abandonaron, se llevaran junto con ellas.

Le demostraría al mundo, pero sobre todo a sí mismo, que con un poco más de serotonina y sin un español que lo limite emocionalmente de por medio, podría ser imparable.

—Te juro que jamás pensé en él, ni de forma negativa ni positiva, creo que esta vez es verdad cuando digo que lo estoy superando, que estoy avanzando.—confesó el monegasco en una alegre plática con su amigo, el piloto de Alpine, con quien acordó salir por un café en cuanto estuvieran ambos en la misma ciudad.

—No sabes cómo me alegra eso Charlie, y realmente se te nota ese brillo que había desaparecido en ti, estoy muy feliz por eso—mencionó el francés.

—Gracias chérie, y sí, es de mi agrado informarte que la estabilidad emocional acaba de regresar a mi vida y el brillo que desapareció en mí, ha vuelto a resplandecer como nunca antes visto.—comentó el ojiverde tomando su taza y expresando la sonrisa más sincera y pronunciada que podría existir.

—Entonces, ¿ha habido cero contacto entre ustedes dos?

—Totalmente, esta vez jamás hablamos, ni siquiera un mensaje, y puedo decir que no lo extrañé, o sea, no es que quisiera no verlo, simplemente me es indiferente, y de verdad no sabes cuánto puede mejorar tu vida cuando logras superar a esa persona que no hizo más que tirarte al vacío poco a poco.

—Me lo imagino, en realidad jamás mereciste pasar por algo así Charlie, pero creo que al menos has aprendido una verdadera lección, tremendo desarrollo de personaje te dio Carlos.

—Claro, aprendí que soy la única persona con quien puedo contar, y que aunque lo desee o no, seré mi propio acompañante para toda la vida, literal, no puedo dejar de ser yo—comentó riendo—y entonces, no puedo permitir que otro venga a arruinar de nuevo el amor que le tengo a mi persona, no otra vez.

—Ay Charles, basta, me vas a hacer llorar—mencionó dramático su amigo fingiendo limpiar una lagrima de su rostro—tengo que admitir que extrañaré esta faceta tuya—confesó.

—¿Cuál faceta?—preguntó curioso el castaño.

—Este Charles, el que lucha por salir adelante.

—¿O sea que te gusta verme sufrir?—preguntó divertido.

—No, pero me gustaban las bromas que hacías para aligerar y sobrellevar tus peores momentos, creo que mi favorita fue la última—admitió recordando la más reciente historia del monegasco.

Yo después de superar a la persona que más me gustó en la vida y que me trató del culo:

Yo después de superar a la persona que más me gustó en la vida y que me trató del culo:

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1655 [Charlos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora