Interés

1K 100 368
                                    

—Tiene a alguien más Lando, él me lo dijo—confesaba cabizbajo el español, que en cuanto se trasladó de ciudad a la semana siguiente, condujo al hotel de su mejor amigo para poder actualizarlo de la situación.

—¿Y crees que sea cierto?, digo, me parece muy prematuro que ya salga con alguien más, a menos que sea el tipo que le estaba comiendo la boca en el antro.

—No me recuerdos eso, ¿sí?—reclamó ofendido—la pura imagen mental me genera un terrible dolor de estómago y ahora esto—comentó exasperado.

—¿Y seguro que no insististe lo suficiente para saber quién era?

—Quise hacerlo, pero prácticamente Charles me corrió de su habitación, decidí darle espacio y tiempo, por más que ya quiero tenerlo a mi lado, debo comprender que él tal vez no esté listo, estoy decidido a hacer las cosas bien esta vez.

—Pues claro que no está listo Carlos, ya está con otro.

—Bueno, ¿tú eres mi amigo o mi hater?—cuestionó dándolo un suave golpe.

—Un poco de ambos—respondió con gracia—pero ya—dijo retomando su postura normal—¿qué piensas hacer entonces?

—Claro que no me daré por vencido, o sea, no es como que esté casado, y no voy a permitirme perderlo una vez más.

—¿Carlos en su faceta de gata rompe hogares?, no me lo creo—comentaba sarcástico el piloto de McLaren pero sintiendo un profundo orgullo por ver a su amigo crecer emocionalmente.

—Pues créetelo pues quiera Charles o no, él será mío, sé que no me ha olvidado.—mencionaba agitando su puño en son de fuerza.



—¿Y entonces lo que se te ocurrió fue decirle que tenías pareja?—preguntó el francés una vez enterado del reciente acontecimiento.

—Es que no pude pensar en otra cosa, el momento, la declaración, sus palabras, su toque, todo me estaba sobrepasando.

—Claro, y lo más prudente fue decirle que tenías pareja—respondió repitiendo lo mismo de forma irónica.

—Fue lo primero que vino a mi mente, pero sí, ahora me arrepiento de eso.

—¿Y cómo reaccionó él con eso?

—Primero como que no lo procesaba, yo estaba hecho un mar de lágrimas y él solo estaba perdido en otro mundo, ya luego comenzó a desesperarse, dijo que no podía ser cierto, que no podía perderme así de nuevo, luego me preguntó quién era y no sabía que decirle, entonces le pedí mejor que se retirara, que luego hablábamos, yo ya no podía más, mi vida estaba tan tranquila, llegó Carlos de nuevo y desató un huracán de emociones que aún lo logro comprender.

—Ay Charlie—comentaba empatizando con el dolor y la confusión de su amigo—entiendo que esto sea una situación muy complicada, si tan solo el pendejo de Carlos hubiera reaccionado antes, todo sería tan distinto—lo consolaba dando suaves roces en su espalda mientras se encontraban ambos en el motorhome del francés.

—Una parte de mí quería que él me besara pero otra me detenía por el inmenso dolor que podría sentir de nuevo, ¿sería muy estúpido si vuelvo a caer en el mismo hoyo?—preguntaba emotivo, volteando a ver a su acompañante con unos ojos que transmitían un genuino pesar.

—Jamás serías un estúpido Charles, independientemente de lo que hagas, solo serías un humano que sigue a su corazón.
No puedo decirte qué hacer porque no me corresponde, no sé qué tanto en realidad haya cambiado Carlos ni tampoco sé cómo te sientas tú respecto a él. Puede que ni tú lo hagas, pero espero que lo averigües con el tiempo, si él te quiere de verdad te va a esperar y si no lo hace es porque jamás valió la pena.

1655 [Charlos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora