4. Un viaje fugaz

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Pareja: Mitake

AU en donde son pandilleros pero no esta relacionado a los acontecimientos del manga/anime


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Takemichi le encantaba sentir la sensación del viento en su rostro y sentir la calidez de su amado cada vez que subía a la motocicleta de su novio.

Pese a que el viaje era corto, le encantaba sentir aquellas dos sensaciones.

Mikey le encantaba sentir el tacto de su Takemichy cada vez que las manos de su amante rodeaban su cintura. Le encantaba sentir el aliento del contrario chocar con su nunca o cuando su acompañante recargaba su barbilla en uno de sus hombros.

Desde el primer momento en que Takemichi se montó por primera vez al caballo de metal, se convirtió para ambos en su lugar favorito.

Ambos detestaban cuando aquel momento tan íntimo finalizaba, al llegar a la casa del más alto. Ya que en el momento en que el joven bajara de la motocicleta, significaba que se tenían que separarse.

Es por ello, que el más bajo a veces cuando era más temprano o las reuniones con su pandilla terminaban antes de lo estipulado, tomaba el camino más largo para que el trayecto no fuera tan efímero, y de esa forma poder estar un rato más juntos.

Lo mismo sucedía cuando dejaban el hogar de ambos y se dirigían al templo donde realizaban las reuniones con el resto de la Tokyo Manji.

Odiaban llegar a su destino ya que pronto dejarían de estar juntos para separarse un par de minutos.

Takemichi cerraba sus ojos para sentir el viento impactar en su rostro, y simplemente concentrarse en el sonido que hacía la motocicleta de su pareja.

Frunció el ceño al escuchar el sonido del motor detenerse.

—hemos llegado a tu cas Takemichy —informó su novio

—¿podemos estar un rato de esta forma? Aún no me quiero bajar, quiero estar un rato más contigo.

Mikey estaba por hacer un mal chiste, pero se detuvo al sentir que el agarre en su cintura se hacía más fuerte.

—Puedo dar una vuelta a la manzana, si quieres.

—¡si! —respondió de manera inmediata

Manjiro quitó el pedal en el que se apoyaba la moto para encenderla y comenzar a conducir.

Sintió como su pareja se recostaba en su espalda, estaba seguro de que, si algún policía los viera así, los regañaría, pero para su suerte se encontraban en el vecindario por lo cual no había tantos policías merodeando la zona.

Así que podían darse el lujo de estar en esa posición mientras conducía.

Nuevamente habían llegado a la residencia Hanagaki.

—se me hizo tan corto el viaje, siempre son así —se quejó su novio

—A mí tampoco me gusta, debería mudarme al otro lado de la ciudad para que el viaje de mi casa a tu casa no se sienta tan corto.

—como si pudieras costarte un departamento en el extremo de la ciudad. Además, somos un par de adolescentes de donde sacaremos dinero.

—acaso quieres irte a vivir conmigo.

Takemichi se sonrojo ya que sus palabras habían tenido otra interpretación.

—me refería a que podría ayudarte con un poco de dinero.

—sí, claro.

El rubio se bajó de la motocicleta para luego besar la mejilla de su pareja.

—nos vemos Mikey kun.

—Nos vemos, recuerda que mañana vendré por ti para llevarte a la escuela.

—claro —respondió

Su pareja se dirigió a la puerta de su casa para ser recibido por su madre, la cual había visto el espectáculo que hizo la parejita.

Mikey saludo a su suegra agitando su mano, la mujer correspondió el saludo.

El líder de la ToMan arrancó su motocicleta para dirigirse a su casa, teniendo en mente que al igual que su amado, amaba aquellos viajes fugaces.

Días de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora