26. Origami

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Pareja: AzzxIruma 


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Iruma caminaba por el área comercial que estaba cerca de su hogar. En búsqueda de algún local que vendiera hojas.

El humano no estaba seguro de que hubiera hojas especiales para lo que quería hacer. Aun así, no se rindió en su búsqueda.

Azz caminaba con fastidio, estaba aburrido y harto de seguir a sus primas que lo habían traído a rastras hasta el distrito comercial para comprar.

El demonio esperaba a las niñas que compraron dulces cuando nota entre la multitud a su novio.

Curioso se acerca al pequeño humano.

—Iruma sama ¿Qué hace aquí?

—Azz que sorpresa, estoy buscando hojas de color voy a hacer origami.

¿Qué era eso llamado origami?, se cuestionó el demonio. Aunque inmediatamente llegó a la conclusión de que era algo del mundo humano. Estaba por preguntarle qué era exactamente lo que quería hacer, cuando sus primas que habían terminado de comprar los dulces se le adelantaron.

—¿Qué es un origami? —pregunto Lily

—si que es eso, Iruma kun— dijo Viole

Ambas niñas lo miraban con curiosidad, al igual que su pareja que querían saber qué era eso que quería hacer.

Al mayor era más fácil de explicarle que un viejo hobbie que tenía en el mundo humano, pero para las más pequeñas que no sabían que era en realidad, sería un poco más difícil de explicarlo.

—el origami, son figuritas de papel, en mi antiguo hogar algunos niños y adultos hacían origami. Yo a veces cuando tenía tiempo y tenía dinero hacía unas cuantas, de algunos animales como...

Quiso decirle que unos patos, grullas, ranas o dinosaurios, pero aquellos animales eran seres mitológicos en el inframundo.

Azz al ver que Iruma detuvo su explicación supo que eran figuras de animales que en su mundo no existían, así que decidió ayudarlo al mencionarle varias criaturas del mundo demoníaco.

—suena genial—mencionaron ambas niñas

—si, e incluso hay una leyenda que si haces cien grullas de papel puedes pedir un deseo.

—¿Qué es una grulla?

—es un ser mitológico de donde provengo—mintió

—oh ya, ¿podemos hacer origami contigo?

—Claro, conseguiré los materiales y le diré a Azz que las lleve a mi casa.

Las niñas sonrieron entusiasmadas, no obstante, su pareja no estaba muy seguro.

—¿estás de acuerdo con que mis primas vayan?, después de todo son animales del mundo humano.

—no te preocupes por eso Azz sama, yo me encargo de eso.

Una vez comprado todo lo necesario para su actividad de mañana se despidieron para volver a sus respectivos hogares.

Al llegar a su habitación el de cabellos azules dejó las cosas en su escritorio.

—Ali, necesito tu ayuda.

El ser que habitaba en su anillo salió.

—¿Qué sucede?

Le explico la situación en la que se había metido, por no saber negarse ante una petición.

—no tengo idea de que sea eso.

—Lo siento, te lo recompensare de algún modo, pero por favor háblame de algunos animales que tengan similitud con los de mi mundo.

—está bien te ayudaré—respondió

El ser le menciono algunas criaturas parecidas, para luego dirigirse a la biblioteca que se encontraba en su hogar para hacer unos para que mañana les explique a las primas de su novio y a su pareja.

El resto de la noche se la paso haciendo varias figuras.

Para su suerte era fin de semana, por lo cual durmió un par de horas antes de que llegaran sus invitados.

Se despertó cuando Opera llamó a la puerta para indicarle que ya se encontraban.

Los tres se dirigieron a la biblioteca en donde se encontraba una larga mesa que ocuparían para poner todo el material que quedaba para la actividad, ya que Iruma compró varias hojas tanto para practicar como para la actividad.

—Iruma sama, ¿dormiste?

—sí, dormí un par de horas—responde

El humano les explicó a los demonios a hacer cada figurita, para luego ellos comenzar a hacerlos.

Un par de minutos después, en la mesa se encontraba varias figuras entre ellas un devil-gato, que era un gato con dos colas y un par de cuernos; devil-conejo; y un dragón parecido al familiar de su amante.

—quedaron lindo—dijo Iruma

—si están muy lindos, ahora poder hacer más—afirmó Viole

—Iruma kun ¿podemos hacer las cien grullas? Quiero pedir un deseo—comenta Lily

—¿para qué quieres pedir un deseo? —le cuestiono su primo

—quiero helado infinito—contestó la menor

—tardaremos en hacer las cien grullas, pero puedo enseñarte a hacerlas, ¿Qué te parece?

—¡si!

La infante estaba feliz por su grulla ahora podría pedir el helado que quisiera.

Mientras las dos niñas jugaban con el origami, la pareja conversaba.

—Iruma sama ¿Qué pedirías tú?

—ya lo pedí— responde

—¿Cuándo qué no me di cuenta? ¿Qué pidió? ¿se le cumplió?

—Fue hace tiempo, antes de que llegara aquí, y si se me cumplió, pedí ya no estar solo, dese tener una familia y alguien que se preocupara por mi y que me cuide, y ahora está a mi lado.

Iruma entrelaza su mano con el más alto, aquel gesto sonroja al de cabellos rosas.

—Iruma sama, me honra con sus palabras.

—¿Y tú qué pedirías?

—yo pediría estar con usted por siempre.

Emboza una sonrisa ante la respuesta de su novio.

Los dos se acercan para darse un beso, pero son interrumpidos por Sullivan que lloraba amargamente por perderse la clase de origami que impartiría su adorado nieto. 

Días de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora