Días de otoño

14. Sorpresa de aniversario

Pareja: Azz x Iruma

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Azz se encontraba en un dilema, no sabía qué regalarle a su pareja por su segundo aniversario.

Era la primera vez que tenía una relación, además de que ya había hecho varios detalles para su adorado novio, que ahora no se le ocurría con que sorprenderlo.

Sin más opción recurrió a la única persona experta en el amor o en relaciones, su madre.

Esta idea no le agradaba, pero estaba tan desesperado por obtener una respuesta a su problema.

—¿me podrías dar ideas de que puedo hacer como sorpresa a mi pareja por nuestro aniversario?

La mujer dejó caer su bolígrafo al piso por la impresión, era la primera vez que su hijo venía a pedirle un consejo y no solo uno cualquiera, sino que uno romántico.

Ante el silencio de su progenitora, se molestó.

—me vas a ayudar o no.

La mujer salió de su shock inmediatamente, era obvio que no perdería esta oportunidad.

—Claro hijo, pero debo preguntar por qué acudes a mí.

Para su sorpresa el adolescente le contó su situación y lo que había hecho a lo largo de estos veinticuatro meses como sorpresas de aniversarios.

Con cada palabra que escuchaba una de las treces coronas, se sorprendía por lo que le relataba su hijo.

Desde que conoció a su yerno supo que aquel joven se convertiría en una parte importante en la vida de su descendiente, lo que no esperaba es que incluso haya cambiado a su hijo para hacerlo una persona que no solo pensara en ser en el más fuerte, si no que haría todo para mantener la sonrisa del más bajo.

Y lo había comprobado aquel día cuando fue en búsqueda de la pareja encontró a su profesor intentando ayudarlos sin éxito ya que el más alto no quería despegarse del de cabellos azules por miedo a que alguien lo dañara.

—¿Qué es lo que le gusta?

—comer—respondió —aunque también le encanta los videojuegos, pero no soy experto en el tema y si le digo a Lied o a Purson, estoy seguro de que le irán a contar sobre su regalo a Iruma Sama.

—puedes sorprenderlo con comida.

—pero quiero algo que tenga para siempre.

—no solo lo material cuenta, además estoy segura de que a él no le importa si es un gran regalo o algo hecho por ti, así que prepárate algún platillo que le guste—aconsejo

—Sí , eso haré, gracias madre.

El joven se retiró dejando aún más impactada a su madre.

Habían transcurrido los días, por lo cual había llegado una fecha importante para la pareja, su aniversario.

Amarilis caminaba por los pasillos de su casa para dirigirse a su despacho, había tenido una reunión agotadora con los demás miembros de las trece coronas, ya que el inframundo se encontraba en caos, debido a que muchos deseaban ser el nuevo rey demonio.

Pero se detuvo al ver el inmenso banquete que estaba en la mesa del comedor.

—David ¿Qué es todo esto? ¿acaso van a venir visitas?

—es un banquete para Iruma Sama, mi señora—responde el mayordomo

—pensé que solo estarían mi hijo y mi yerno, no espere que invitaran a sus amigos para festejar su aniversario.

—no señora, según el joven Alice es un banquete para su novio—explica

La mujer dudaba que un demonio tan pequeño pudiera comer todo lo que estaba en la mesa, así que más tarde probaría uno de los platos que preparó su hijo, según lo que le contó su mayordomo.

Mientras tanto con la pareja.

Iruma había llegado a la residencia de su amado, al parecer le había preparado una sorpresa por su aniversario.

—cree que le guste mi regalo a Azz.

—estoy seguro que sí, estoy seguro que si le das una piedra se pondrá feliz, todo lo que sea de ti, lo pondrá contento.

—gracias, espero que si así Ali.

El joven bajó de la carroza para luego despedirse de Opera.

—Bienvenido joven Iruma, el joven Alice lo está esperando.

—Hola David, gracias, por cierto, traje unas galletas para usted.

—no se hubiera molestado.

El menor le entrega una caja de galletas al adulto, para luego retirarse e ir a la habitación de su novio.

Pero se detuvo al verlo sentado en las escaleras.

—me alegro que hayas llegado, quieres jugar un rato o pasamos a comer.

Al escuchar la palabra comida, su estómago rugió.

—lo siento.

—no te preocupes, vamos.

Azz tomó la mano de su amante y lo guió hasta el comedor donde fue recibido por varios platillos con deliciosa comida sino también postre.

—Feliz aniversario, te preparare varios solo para ti.

—¿para mí?

—si, ese es mi regalo de aniversario, Iruma sama.

Al escuchar la afirmativa de su acompañante sus ojos brillaron ante la dicha de probar todo lo que cocinó su amado.

Estaba por lanzarse a degustar la comida, cuando se detuvo al recordar el regalo de su novio,

—no es mucho comparado con lo que hiciste, pero te hice una bufanda para que te cubra del frío cuando empiece, espero que te guste,

De su mochila saco una bufanda tejida de color rojo.

—Claro que me gusta y más si tú fuiste el que preparó todo.

Azz besa las manos de su pareja, causándole un leve sonrojo.

Mientras veía como su amado degustaba sus platos, con una expresión sonriente, recordó las palabras de su madre de que Iruma estaría feliz sin importarle que fuera lo que le diera de aniversario, porque a Iruma le hacía feliz los detalles que le daba por mas mínimos que fueran y a Azz le importaba que su novio fuera feliz.