Días de otoño

19. La risa más dulce

Pareja: Azz x Iruma 

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Azz caminaba por los pulcros pasillos del Royal one para dirigirse a su clase.

Se detiene en medio del pasillo para escuchar la risa de su novio que provenía del interior del salón.

Amaba oír aquel melodioso sonido.

Le encantaba saber que su pareja se encontraba feliz sin importar que fuera por algo gracioso que haya dicho él o alguna tontería de sus amigos,

Desde que Iruma le contó su vida antes de llegar al inframundo, se había prometido así mismo que haría que la risa de su amado siempre resonará en cada rincón del mundo demoníaco.

Empujó las enormes puertas de caoba para entrar al salón.

Iruma al verlo le sonrió, inmediatamente le correspondió.

—Buenos días Iruma sama.

—buenos días Azz kun.

Se sentó en su asiento esperando a que comenzaran las clases.

Observaba cada gesto de su pareja.

Para el demonio al ver a su pareja sonriendo, se le hacía lo más hermoso que había visto en este mundo y más cuando soltaba una carcajada, la cual era música para sus oídos.

Las clases habían llegado a su fin.

La pareja caminaba de regreso a sus respectivos hogares.

—¿Qué es lo que más te gusta de mí?

Aquella pregunta se le hizo extraña, ya que su amante no solía hacerle ese tipo de preguntas.

—¿por qué preguntas eso?

—las chicas estaban hablando de eso en el receso y me preguntaron qué era lo que más me gustaba de ti y tú de mí.

—y tú qué respondiste.

—me gusta que seas te preocupes por mí y que hagas todo lo posible por que yo sea feliz, pero yo no sé qué te gusta de mí, si no soy alguien tan poderoso como tú, además de que soy... ya sabes a lo que me refiero.

—me gusta todo de ti, que seas dulce, amable, generoso, pero sobre todo me gusta cuando sonríes o te ríes porque te vez aún más hermoso de lo que ya eres.

La respuesta de su pareja conmueve al pequeño Iruma.

—por eso siempre mi prioridad es que tu sonrisa jamás se esfume, por eso haré todo lo que sea para protegerte de todos los demonios que intenten hacerte daño eso incluye al senpai.

El recuerdo de aquel baile viene a su memoria, en aquel entonces su novio aun no estaba al tanto de su secreto, ni siquiera aún estaban saliendo.

En aquel tiempo Iruma se estaba dando cuenta que tenía sentimientos más allá de la amistad por el más alto.

—gracias por cuidarme todo este tiempo y quererme pese a lo que soy.

—No importa si eres un demonio o un humano, lo que importa es que te amo y que haré todo para que siempre escuche tu risa.

Azz se agacha para besar los labios de su pareja, para así sellar una nueva promesa con su amado.

El beso termina cuando un carraspeo los interrumpe. Ambos se separan para ver quien fue la persona que los interrumpió.

—¡abuelito!

—Buenas tardes señor.

—hola Azz, ¿interrumpo algo?

—abuelo no estábamos haciendo nada malo.

—Tranquilo señor, no haré nada malo con Iruma.

—fingiré que te creo.

El humano suelta una carcajada ante la sobreprotección de su abuelo.

—vamos abuelito, no seas tan sobreprotector.

Luego de aquella conversación la pareja se despide ante la mirada del adulto.

—lo siento Azz el abuelo a veces me protege demasiado.

—no te preocupes Iruma sama, al menos escuche tu dulce risa antes de irme a mi casa.

Besa la frente de su novio ignorando los insultos del familiar de su pareja.