Capítulo 21: Hogar Dulce Hogar

115 6 0
                                    

La mañana siguiente en Singapur se despertó con una luz dorada que se filtraba a través de las cortinas de la suite de Mick y Amelia. Los rayos del sol acariciaban sus rostros, y ambos despertaron lentamente, sin prisas ni presiones. Se miraron a los ojos y compartieron una sonrisa cómplice antes de abrazarse con cariño.

Mick acarició suavemente el cabello de Amelia y dijo: "Buenos días, mi amor."

Amelia respondió con un suspiro de felicidad. "Buenos días, campeón."

Se besaron con ternura, sellando su amor con cada dulce caricia. Sabían que tenían todo el tiempo del mundo para disfrutar de este momento mágico. Finalmente, se separaron y se levantaron de la cama con calma.

Mientras se preparaban para enfrentar el día, Amelia miró a Mick y dijo: "Tengo una sensación en el corazón, Mick. Siento que este es el comienzo de algo nuevo y emocionante para nosotros."

Mick asintió con una sonrisa. "Estoy seguro de que tienes razón, Amelia. Hemos superado tantas adversidades juntos, y ahora que hemos alcanzado el éxito en la pista, podemos enfrentar cualquier cosa."

Después de una ducha refrescante, Mick y Amelia se dirigieron al lujoso comedor del hotel para disfrutar de un desayuno tranquilo. Mientras saboreaban sus alimentos, comenzaron a hablar sobre sus planes para el futuro.

Amelia dijo con determinación: "Sé que tu carrera está en su apogeo, y estoy emocionada de ser parte de este viaje contigo. Pero también quiero que sepas que estoy lista para seguir mis propios sueños. Quiero continuar con mi educación y explorar nuevas oportunidades profesionales".

Mick la miró con admiración y apoyo. "Amelia, siempre te apoyaré en tus metas y sueños, y eso no va a cambiar. Estoy emocionado de ver todo lo que lograrás, y siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase".

Amelia sonrió y tomó la mano de Mick. "Gracias, amor. Sabía que entenderías. Juntos podemos construir un futuro brillante y emocionante".

Después del desayuno, Mick y Amelia se dirigieron al balcón de la suite, donde disfrutaron de las impresionantes vistas de Singapur. El horizonte de la ciudad se extendía ante ellos, lleno de promesas y posibilidades.

Mick abrazó a Amelia por la cintura y dijo: "Vamos a hacer de cada día una aventura, Amelia. Juntos, no hay límites para lo que podemos lograr".

Amelia se acercó a él y lo besó apasionadamente, sellando su compromiso mutuo de enfrentar el futuro con valentía y amor.

Mientras el sol seguía ascendiendo en el cielo de Singapur, Mick y Amelia contemplaron el horizonte juntos, listos para comenzar este nuevo capítulo de sus vidas lleno de emociones, desafíos y amor inquebrantable.

Mick y Amelia regresaron a Mónaco después de su inolvidable viaje a Singapur. El regreso a casa estaba lleno de anticipación y emoción por lo que les deparaba el futuro. Estaban decididos a aprovechar al máximo cada día juntos y a cumplir sus sueños, tanto personales como compartidos.

Una de las primeras decisiones que tomaron juntos ese diá fue la de mudarse juntos. Querían un lugar donde pudieran crear un hogar que reflejara su amor y sus ambiciones. Pasaron meses buscando la casa perfecta y finalmente la encontraron en una hermosa colina con vistas al mar en Mónaco.

La mudanza fue una experiencia emocionante y significativa. Juntos, planearon cada detalle de su nuevo hogar, desde la decoración hasta el jardín. Estaban ansiosos por comenzar este capítulo de sus vidas en su casa soñada.

Amelia continuó con su educación y comenzó a trabajar en una organización benéfica que se dedicaba a ayudar a jóvenes con dificultades. Su pasión por ayudar a los demás solo creció con el tiempo, y Mick la apoyaba en cada paso de su camino. Mientras tanto, Mick seguía triunfando en las carreras de Fórmula 1. Cada temporada traía nuevos desafíos, pero con Amelia a su lado, se sentía invencible.

Después de que Mick y Amelia se instalaron en su nueva casa en Mónaco, Amelia decidió visitar a su padre y compartir la emocionante noticia con él. Sabía que su padre también tenía la intención de establecerse en Mónaco, y estaba ansiosa por contarle sus planes.

Un soleado día de finales de primavera, Amelia se encontró con su padre en un encantador café en el centro de Mónaco. Ambos estaban felices de verse y compartieron una cálida conversación mientras disfrutaban de sus bebidas.

Después de un rato, Amelia tomó un sorbo de su café y miró a su padre con una sonrisa. "Papá, tengo una noticia emocionante que compartir contigo. Mick y yo hemos decidido mudarnos juntos a una hermosa casa en Mónaco. Estamos emocionados por este nuevo capítulo en nuestras vidas".

El rostro de su padre se iluminó con una sonrisa. "Eso suena maravilloso, Amelia. Estoy feliz de que hayas encontrado la felicidad con Mick y que estén construyendo un futuro juntos".

Amelia asintió con gratitud. "Gracias, papá. Significa mucho para mí que estés feliz por nosotros. Pero también tengo curiosidad, ¿qué planes tienes para ti aquí en Mónaco?"

Su padre tomó un sorbo de su café y miró pensativo hacia el horizonte. Finalmente, reveló su propia noticia. "Bueno, hija, también he estado pensando en establecerme aquí en Mónaco. He estado buscando una casa en la zona, y creo que he encontrado una que me gusta. Quiero estar cerca de ti y ser parte de tu vida mientras construyes tu futuro con Mick".

Amelia se emocionó por la noticia de su padre. Se levantó de su silla y lo abrazó con cariño. "Papá, eso suena increíble. Estoy deseando que estemos más cerca y podamos compartir más tiempo juntos. Mónaco será aún más especial con tu presencia".

Los dos se abrazaron con alegría, sabiendo que estaban a punto de crear nuevos recuerdos juntos en esta hermosa ciudad costera. El futuro estaba lleno de promesas para Amelia, Mick y su padre, y estaban emocionados por enfrentarlo juntos, compartiendo amor, sueños y aventuras en Mónaco.

Amor a la Alemana | Mick SchumacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora