Capitulo 18

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Lisa's POV

Jisoo, Rosé y sus respectivos hijos se fueron, pero Jennie se quedó un rato más, aunque no tuvo que tardar en irse por... Por Maia, básicamente. Me levanté con las muletas para acompañarla a la puerta, observando a la pequeña en una esquina del porche refugiándose de la nieve. Por mi cara, Jennie pudo deducir que no estaba muy bien, así que sus manos acariciaron mis mejillas, lo que me hizo sonreír un poco.

—Escucha... Sé que lo estás pasando mal pero... Después de lo que yo he vivido, de casi quedarme sin casa y sin comida, esto es un mal menor. No es nada. Es pequeña. –Con la cabeza gacha entrecerré los ojos, porque sí, llevaba razón, comparado con su situación esto era una mierda por la que quejarse, así que simplemente levanté la cabeza y sonreí.

—Llevas razón. Sí, es una tontería, una idiotez. –Jennie sonrió un poco, y le acaricié la cabeza a Maia, que al notarme se revolvió un poco y me aparté, y aunque me doliese no quería hacer el idiota quejándome por una tontería como esa.

—Nos vemos mañana. –Dijo sonriendo, cogiendo la mano de Maia y saliendo por el jardín, quedándome –no sé si 'por fin' o 'de nuevo' sola—.

¿Era verdad que estaba así por una tontería? Posiblemente. Estaba así por una niña de cuatro años, venga ya, Jennie tenía razón y había cosas mucho peores en la vida, pero, de alguna forma, yo seguía estando mal y después de sus palabras, me sentía una idiota por dejarme sentir así por una niña, por una tontería.

Jennie's POV

Era el último día de colegio de Maia, y ella, por una parte estaba alegre, porque iba a tener vacaciones todo el tiempo, pero por otra no quería dejar de ir a la escuela.

Me agaché a su lado y puse las manos en sus costados, dándole un besito en la nariz al que ella se encogió riendo.

—Pásatelo bien, ¿vale monito? –Maia asintió abrazándome, me dio un beso en la mejilla y desapareció por la puerta, encontrándose con Nick dentro.

—Jennie. –Me giré para encontrarme con Jisoo, dedicándole una gran sonrisa a la chica.

—Hey, buenos días, ¿cómo estás? –Me puse mejor el gorro, y ella cruzó los brazos mirándome.

—¿Qué le has dicho a Lisa? –Aquella pregunta me pilló por sorpresa, y abrí los ojos como platos.

—Nada... Sólo que hay problemas más importantes en la vida que ese. –Jisoo cerró los ojos suspirando, ladeando la cabeza.

—Vale, creo que te has pasado. Primero, todo el mundo tiene derecho a sentirse mal por algo, Jennie, por inútil y tonto que sea. Segundo, ella está intentando estar bien y lo está reprimiendo todo. Siempre lo hace, Lisa se traga sus sentimientos y no le dice nada a nadie de cómo está, ni de qué le ocurre, ¿sabes? Pero un día va a explotar. Y no como una palomita, más bien como una palomita, dentro de una bolsa de palomitas en Hiroshima. Tercero, ¿en serio me estás diciendo que es un "mal menor" que tu hija odie a tu novia? Y ya no es el hecho de que sea tu novia, es que Lisa se había hecho ilusiones contigo, con Maia. Ella quiere a esa niña y en su cabeza había una remota posibilidad de que quizás, sí, pudiese llegar a ser su hija. –Agaché la cabeza mordiéndome el labio inferior. –Y no sé qué pensarás tú, pero a mí no me haría ninguna gracia que mi hijo odiase a su tía Lisa. –Agaché la cabeza en ese instante, porque sí, había metido la pata hasta el fondo.

Llamé a la puerta de su casa esperando a que abriera, y era normal que tardase tanto porque tenía mal la pierna, ¿no? Esperé como un minuto, y la puerta se abrió. Lisa tenía el pelo recogido, un jersey azul y un pantalón gris. Podía oler café, y vi la mesa de la cocina perfectamente ordenada.

Un abrigo en el invierno | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora