Capitulo 55

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Lisa's POV

Entré en el vestuario donde las madres se acercaban a sus hijos, y ellos gritaban. Al fondo Maia estaba sentada en un banco, con la toalla echada por encima. Me acerqué y al verme, alzó los bracitos abriendo las manos.

—¡Mami! —Reí al verla, y me puse de cuclillas delante de ella.

—¿Cómo fue hoy la clase? —Pregunté quitándole la toalla, dejándola sólo con el bañador.

—Bien, jugamos con una pelota. —Le quité el bañador abriendo los ojos, cogiéndola de la manita para llevarla hasta las duchas.

—¿Juegas como yo en el agua? —Ella se metió bajo la ducha, alzando los brazos con una sonrisa al notar el agua caer sobre ella.

—Nooo, mami con las manos. —Eché un poco de champú en sus manitas y dejé que se lavara el pelo ella solita, haciendo espuma.

Apretaba los ojos mientras se frotaba el pelo tal y como le dije, para que no le entrase el jabón en los ojos. Luego le dije que parase, y que metiese la cabeza bajo la ducha, entonces el agua comenzó a enjuagarla.

—¿Entonces te lo has pasado bien? —Dije envolviéndola en la toalla, secándole el pelo en cuclillas delante de ella.

—Sí. ¿Dónde vamos ahora? —Le puse la ropa interior frunciendo el ceño, comencé a ponerle el vestido que Jennie había elegido para ella. Hacía demasiado calor aquél día como para pantalones.

—Vamos a casa con mamá. —Asintió con una gran sonrisa, mientras yo le colocaba aquellas sandalias azules, que me recordaba a las que me ponía mi madre para ir los domingos a casa de mis abuelos a comer.

—Me gustan mucho los viernes... —Dijo saltando del banco en el que estaba sentada, dando pequeños saltitos mirándome.

La peiné y le sequé el pelo, ella no dejaba de jugar con una pequeña muñeca de plástico entre sus manos. Después de vestirla, cogí su pequeña mochila y a ella en brazos, saliendo de los vestuarios donde me estaba asando de calor.

—¿Y qué vamos a cenar? —La senté en el coche, poniéndole el cinturón con cuidado mientras ella jugaba con aquella muñeca entre sus manos.

—Cuando lleguemos le preguntamos a mamá. —Le coloqué bien el vestido, y me senté en el asiento delantero. —¿Qué disco quieres?

—El cuatro... —Levantó la manita, y luego movió las piernas esperando a que yo pusiera el disco. En cuanto le di al play, comenzó a sonar Taylor Swift.

Movía la cabecita con la boca abierta, mirando al frente. Se sabía todas las canciones de Taylor, incluso para su cumpleaños le regalamos un DVD en concierto. Al salir del colegio siempre le ponía los discos, ella elegía cuál. No se sabía los nombres, así que simplemente me decía el número del disco.

—We are never ever ever getting back together! Weeeeee e! —Cantaba con aquella voz pueril y dulce, moviendo a su muñeca en el regazo.

—¿Esta es tu canción favorita? —Pregunté mirando por el retrovisor al arrancar tras parar en un semáforo.

—No. —Negó tarareando la canción, y giré el volante para entrar en la calle donde estaba nuestra casa.

—¿Y cuál es tu canción favorita? —Aparqué parando el coche y sonreí mirándola de nuevo por el retrovisor.

—Todas. —Respondió mientras yo salía del coche, para abrir su puerta y cogerla en brazos.

—¿¡Todas!? —Cerré la puerta y ella se sujetó a mi cuello con un brazo, asintiendo mientras jugaba con el cuello de mi camiseta.

Un abrigo en el invierno | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora