Lisa's POV
—¿Qué quieres? –Jisoo abrió la puerta de su casa y yo rodé los ojos con un suspiro.
—Buenas tardes guapa. Venía a hacerte una visita. –Ella frunció el ceño abriendo algo más la puerta para que entrase.
—¿Cómo que guapa? ¿Y cómo que visita si no pasas por mi casa nada más que para Navidad, desgraciada? –Me llevé un golpe en la cabeza con los nudillos por parte de Jisoo y me froté la frente con los ojos apretados.
—Pero si te veo casi todos los días. –Ella gruñó suspirando, poniéndose las manos en la cintura.
—¡Tía Lisa! –Un niño de la misma edad que Maia salió corriendo por las escaleras y lo cogí en brazos, dándole un beso en la frente.
—Hola, Nick. –Lo dejé en el suelo, porque era mucho más alto que Maia y pesaba más a pesar de tener los mismos años.
—¿Te quedarás a comer? –Negué frunciendo el ceño, revolviéndole el pelo.
—Vamos, tengo que hablar con tu madre. –Le puse una mano en la espalda y el pequeño salió de la cocina donde estábamos saliendo al jardín delantero de la casa.
—¿Qué quieres? –Preguntó Jisoo echándose un vaso de té con hielo, sorbiendo por la pajita.
—Te necesito. –Jisoo soltó una risa irónica.
—¿Y cuándo no? –Rodé los ojos sacudiendo la cabeza.
—Eres mi representante, así que te necesito siempre. –Sonreí para hacerle un poco la pelota, apoyando las dos manos en la mesa de la cocina. –Necesito un favor enorme.
—A ver, qué quieres... —Suspiró cerrando los ojos. Tenía el pelo negro, algo despeinado como siempre, los ojos negro intenso y piel blanca.
—Necesito matricular a una niña en el colegio al que va Nick. –Jisoo levantó los ojos y negó, guardando la jarra de té en la nevera.
—No, ah, ah. ¿A quién vas a matricular si no tienes hijos? –Resoplé frustrada, frotándome la cara con las manos.
—Joder, Jisoo, necesito eso. Es... La hija de una amiga. –Jisoo entreabrió los labios, asintiendo lentamente.
—Una amiga. –Repitió ella sin apartar la mirada de mí.
—Una amiga. –Respondí yo, intentando que captase aquella indirecta.
—¿Qué me das a cambio de tirarte a una milf? –Rodé los ojos negando, pasándome las manos por la cara.
—Oye, no, no, no es sobre eso. Bueno sí, su madre me pone y me gusta mucho, estoy completamente enganchada a esa chica. Pero no lo hago por ella, quiero a su hija.
–Jisoo levantó la cabeza del vaso, asintiendo lentamente.
—¿Esa fue la chica por la que le dijiste que no a Nueva York? –Asentí con la cabeza gacha, cruzándome de brazos. Iba a echarme la bronca del siglo. —¿Vas a sentar la cabeza?
—Sí, bueno, quiero decir... Quiero estar con ella siempre, en todo lo que pueda.
–Respondí encogiéndome un poco de hombros. La mirada de Jisoo se fijó en la mía, asintiendo un poco.
—Está bien, le buscaré plaza en el colegio. –Di una palmada levantando los brazos.
—¡Sí! –Me senté en la silla de la cocina cogiendo algunas uvas del frutero que había encima, llevándome una a la boca.
—¿Y cómo es en la cama? ¿Cuántos años tiene? –Metí otra en mi boca comiendo, poniendo los pies encima de la mesa.
—No lo sé, aún no me he acostado con ella. Y tiene veintitrés. –Me encogí de hombros viendo a Jisoo dar la vuelta por la isla de la cocina hasta llegar a mí.
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Un abrigo en el invierno | Jenlisa
Hayran Kurgu¿Qué es capaz de hacer una madre por su hija? La respuesta a esa pregunta la tiene Jennie, y es absolutamente todo. Bajo el frío y la nieve de Portland, Jennie tiene que trabajar de sol a sol para conseguir comida, ropa y mantener el techo bajo el...