II

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Ya era hora de dirigirme al aeropuerto. Estaba nerviosa, pero también emocionada por todo lo que me esperaba al llegar allí, sobre todo sabiendo que conocería a nuevas personas con diferentes estilos de baile. Después de 20 minutos, finalmente llegué y lo primero que hice fue buscar a Kirsten, quien me estaba esperando ansiosamente, quizás temiendo que le fallara.

—¡Audrey! Al fin llegas, pensé que te habías arrepentido.— negué un poco y rei ante tal barbaridad.

—Nono es que no encontraba mi teléfono, pero ya estoy aquí. ¿Y las demás? ¿Ya están en el avión?— Kirsten asintió, así que me dirigí a dejar mis maletas y hacer todo lo necesario para partir de una vez.

Al entrar al avión, vi a Emma y Ling conversando animadamente, mientras Latrice estaba a su lado con los auriculares puestos y mirando su teléfono. Cuando me acerqué, Ling fue la primera en notarme.

—¡Audrey! Te estábamos esperando. ¿Estás nerviosa?— me preguntó curiosa, quizás sintiendo lo mismo que yo.

—Sí, bastante, pero a pesar de eso estoy muy emocionada por lo que se viene.— respondí con una amplia sonrisa, antes de sentarme junto a Latrice, quien me saludó con una mirada al quitarse los auriculares.

—¡Al fin llegas, pequeña! ¿Lista para irnos? En pocos minutos despegamos. Será un viaje bastante largo...

Y la verdad, ella tenía razón; un vuelo de unas 18 horas aproximadamente podía ser agotador. No sabía si nos dirigíamos a la capital o a alguna otra ciudad de Corea. Después de un par de horas en el vuelo, el sueño comenzaba a ganarme, pero no quería dormir y volver a soñar con esa misteriosa chica, sabiendo que cada vez que intentaba preguntarle algo, algo pasaba y siempre me despertaba. Aunque ya era tarde y mi cuerpo ansiaba el descanso, seguía dándole vueltas a la cabeza, preguntándome si acaso era culpa mía.

—Audrey, pequeña, ¿por qué no te duermes? Estás a punto de quedarte dormida y aún así tratas de mantenerte despierta— murmuró Emma desde dos asientos más allá, mientras Ling y Latrice ya estaban profundamente dormidas.

—Sí, solo estaba pensando en algunas cosas, pero tú duerme. Todavía quiero leer un poco.— le respondí con una pequeña sonrisa, que ella devolvió amablemente.

Permanecí despierta un poco más, aunque ni siquiera recordaba cuándo finalmente me quedé dormida. Sin embargo, la imagen de esa chica seguía apareciendo en mi mente, sin dejarme en paz ni en mis sueños.


Esa chica, alta y con una sonrisa hermosa, tomaba mi mano de vez en cuando y parecía querer hablarme, pero cada vez que intentaba averiguar algo sobre ella, el escenario cambiaba.


—Audrey, cariño, ¿vamos? Te invito un helado— me dijo con una sonrisa encantadora, haciendo que sus ojos brillaran como pequeñas lunas, que se veían hermosas.


Intenté preguntarle quién era, pero de repente estábamos en una... ¿cafetería? No tenía idea de cómo habíamos llegado allí, pero saber que ella estaba conmigo me tranquilizaba un poco, aunque la curiosidad me consumía.


Cariño, ¿estas bien? Si quieres nos podemos ir a otro lugar — me miró con ternura y me habló con tanta suavidad que solo aumentaba mi curiosidad.


Si, solo que... me quedé pensando en algo, ¡sí! Eso— respondí con una sonrisa, incapaz de preguntarle directamente. Disfrutaba de su compañía y no quería arruinar el momento. Ella simplemente me dio un beso en la mejilla, y aunque me gustaba su presencia, seguía sin saber quién era ni de dónde la conocía.


Está bien, ¿qué quieres tomar esta vez? — se preocupaba tanto por mí y ni siquiera sabía su nombre. Sin embargo, no podía apartar la mirada de ella. ¿Alguna vez la conocería de verdad, o seguiría siendo solo un sueño?


Un capuchino está bien, gracias...— respondí con una sonrisa mientras ella iba por nuestros cafés. Miré mi teléfono y lo primero que vi fue una foto de nosotras abrazadas. —¿Quién eres?— murmuré mientras buscaba algún contacto con su foto, pero no encontré nada.


Sentí pequeños empujones en mi hombro, lo que causó que poco a poco la hermosa chica de mi sueño se fuera desvaneciendo. Escuché a Kirsten llamándome, y gradualmente comencé a despertar, confundida y frustrada. ¿Cómo podía sentirse tan real si apenas sabía cómo era? Latrice y Kirsten me miraban preocupadas. ¿Había hablado dormida? Me pregunté a mí misma.

—Pequeña, ¿estás bien?— dijo Kirsten, tomando mi mano. —Estabas murmurando cosas, así que supuse que estabas teniendo una pesadilla.

—Ah, no, no, solo fue un sueño...— respondí confusa. Era demasiado real para ser solo un sueño.

—¿Segura? Es que solo llamabas a alguien, pero te escuchabas muy desesperada— intervino Latrice. Esta vez estaba más despierta, así que simplemente asentí.

—Sí, solo es un sueño repetitivo, pero eso no importa...— sonreí, y ellas parecieron más tranquilas. No podía decirles que llevaba semanas soñando con una chica a la que sabía que conocía pero no sabía de dónde. Sería un poco extraño, ¿no?

Aún quedaban unas 8 horas para llegar a nuestro destino, pero no podía dejar de pensar en esa chica. Se suponía que era solo un sueño, pero se sentía tan real que me confundía aún más. Aunque a veces me decía a mí misma que era solo un sueño, no podía convencerme por completo. Las demás chicas estaban ocupadas leyendo, durmiendo o conversando entre ellas, tratando de incluirme, lo cual era muy amable de su parte, pero aún así estaba muy distraída, y ellas lo notaban.

—Cariño, ¿estás bien?— me llamó Emma. —Desde que te quedaste dormida, estás así. ¿Tuviste una pesadilla?—

—No, solo que es algo extraño de explicar— respondí, captando la atención de todas. —Sonará extraño, pero llevo tiempo soñando con una chica, pero sé que no es solo un simple sueño, sino que es algo más. Yo la conozco... pero no sé de dónde, y la curiosidad me mata.—

—¿Y si la conoces cuando lleguemos? ¿Cómo es la chica?— preguntó Ling, muy curiosa. —Habla, niña, que esto está interesante.—

—Es alta, con ojos color café y cabello largo teñido en la parte de atrás... también, cuando sonríe, sus ojos forman pequeñas lunas. Es muy linda— respondí, y todas me miraron sorprendidas por lo específica que fui.

—Entonces... fue más que un sueño, pequeña. Espero que la conozcas algún día porque, con lo curiosa que pareces por saber quién es, debe ser muy importante— comentó Kirsten, asintiendo a la respuesta de Latrice.

—Solo quiero conocerla y saber su nombre, nada más que eso— dije, y todas rieron. Latrice habló entonces.

—Eres muy curiosa. Ya la conocerás, y verás que se llevarán muy bien... tal vez puedan ser amigas, o algo más— dijo con una sonrisa, y yo simplemente hice lo mismo.

Ya estábamos aterrizando, y solo miré por la ventana, emocionada. Por suerte, era de día, así que podríamos disfrutar del día hasta que todo comenzara.

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𝙎𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙡𝙖 ? 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙓 𝘼𝙪𝙙𝙧𝙚𝙮 𝙇𝙚𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora