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Ya habíamos terminado de comer, lo que significaba que debíamos regresar a la sala principal, aunque ninguna de nosotras quería hacerlo. Estábamos tan cómodas en nuestro escondite que nadie mostraba ni un ápice de ánimo para moverse.

—Ya tenemos que volver— dijo Kyma, aunque se escucharon algunos pequeños quejidos de protesta. —Tenemos que seguir con esto.—

—Lo sabemos, pero ya me dio sueño y además es tarde— agregó Cheche con razón, expresando el sentimiento general, aunque todos sabíamos que teníamos que continuar.

—Vamos, y aprovechen de ir al baño. ¡Eso va para ti, Tatter!— exclamó Lushen mientras se levantaba y recogía las botellas de agua.

—Ya voy a ir, acompáñenme al baño, Sowoen— dijo Tatter de inmediato, mirando a Minah, quien se quedó observándola.

—Bien, nos vemos abajo y suerte a todas— se despidieron Ling y Emma, quienes ya se habían ido, al igual que Kirsten.

—Te espero abajo, ¿está bien, muñeca?— me preguntó Lushen. Asentí, y ahora solo quedábamos Minah, Lushen y Bada conmigo. Notaba que Minah y Lushen se miraban mucho, como si estuvieran tramando algo juntas.

—Minah, ¿me acompañas?— preguntó Lushen. Minah aceptó sin dudarlo, dejándome completamente sola con Bada. Era evidente que esto lo habían planeado a propósito.

Miré a Bada y ella ya me observaba, divertida por la situación. Ellas no eran muy discretas, y parecía que estaban a punto de empujarse.

—¿Sabes lo que traman?— me preguntó Bada. Negué rápidamente y ella se acercó a mí. —Pues eso es raro, nunca las había visto así, ¡y están paradas en la puerta espiándonos!— Miré de inmediato hacia la puerta y pude ver a Ling con Minah, y a Kyma con CheChe, mirándonos furtivamente, lo cual me hizo soltar una risa.

—Dios mío, pues no lo sé, tal vez estás pensando cosas que no son— respondí mientras me levantaba junto con ella. Bada me abrazó por detrás, lo que me hizo sentir como si fuera a desmayarme. Era tan tierna pero al mismo tiempo tan coqueta.

—Bueno, pequeña, tenemos que irnos antes de que vengan a buscarnos— dijo Bada con cercanía. Me puse aún más nerviosa por la proximidad.

—Sí, vamos, aunque no quiero ir~ sería mejor quedarse a dormir un rato— dije con una sonrisa al escuchar las risas de Bada. Era tan encantadora.

—¿Eres muy dormilona, verdad?— comentó Bada mientras nos mirábamos en el espejo. Ella apoyó su mentón en mi cabeza. —Aww, eres muy baja, eso es muy tierno.—

La miré con gesto de molestia y no pude evitar darme la vuelta para abrazarla. No quería separarme de ella. Su cercanía se sentía tan bien que solo podía desear estar así todo el tiempo.

Lo miré y respondí con sinceridad, —Solo un poco, especialmente después de comer— Bada acercó su rostro al mío, lucía hermosa de cerca, y delicadamente colocó su mano en mi mejilla. No pude evitar sonrojarme, lo cual la hizo soltar una risita coqueta.

—¿Qué pasa? ¿Estás nerviosa, pequeña?— me preguntó mientras intentaba alejarme un poco, pero ella me sujetó por la cintura, acortando la distancia entre nosotras.

—¿Y-yo? No, para nada, Bada-shi...— murmuré, poniendo mis manos en su pecho, pero no podía apartar la mirada de sus labios.

—¿Segura? Entonces, ¿por qué estás tan sonrojada?— continuó Bada. Me quedé mirándola, luchando con mi subconsciente para encontrar las palabras adecuadas. Ella se acercaba cada vez más a mí...

𝙎𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙡𝙖 ? 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙓 𝘼𝙪𝙙𝙧𝙚𝙮 𝙇𝙚𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora