VIII

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Aún quedaba gente despierta en la habitación, a pesar de que Kyma, CheChe y Emma ya estaban profundamente dormidas. Supongo que todo el hablar y los nervios del día las habían agotado más de lo habitual. Sin embargo, algunas seguían despiertas, como Minah y Ling, cuyas risitas maliciosas se escuchaban a kilómetros de distancia. Parecían estar tramando algo. En otro rincón, Latrice y Lushen conversaban animadamente sobre las batallas del día. Aunque estaba atenta a mi entorno, de vez en cuando echaba un vistazo a Bada, quien junto a Kirsten y Tatter parecía estar pasándola muy bien. Me alegraba verlas así.

Quedaban tres camas libres para dormir, y era bastante evidente que Ling y Minah dormirían juntas, lo cual me ponía un poco nerviosa, sobre todo al ver cómo se quedaban dormidas una junto a la otra. Eso dejaba a Bada, Tatter y a mí aún despiertas.

—Bada-shi, ya es tarde. Mejor vayamos a dormir— murmuró Tatter con suavidad, obteniendo un leve asentimiento de Bada.

—¿Dónde vas a dormir?— pregunté, insegura de dónde me quedaría yo. Dormir las tres juntas no sería lo ideal, pero prefería eso a que alguna tuviera que dormir en el suelo.

—Podríamos las tres aquí. Esta cama es lo suficientemente grande, ¿no creen?— propuse con una sonrisa, aunque Tatter, para mi sorpresa, lo rechazó.

—No, no, ya acordé dormir con Latrice y Lushen— respondió Tatter con una pequeña sonrisa antes de irse a acostar con Lushen, dejándonos a Bada y a mí solas.

No podía negar que estaba nerviosa. Ya estaba acostada, solo faltaba que Bada se uniera a mí en la cama. Ella se acercó sin decir una palabra, se quitó la chaqueta y sus accesorios, aunque llevaba ropa cómoda, me preocupaba que durmiera con su ropa habitual mientras yo llevaba algo más ajustado.

—¿Quieres que te preste ropa? Así no arruinarás esa— sugerí, observándola atentamente mientras ella me respondía con una pequeña sonrisa.

—No, pequeña. Estoy bien así. Mañana me iré a casa y me cambiaré antes de las grabaciones— explicó, mientras yo asentía y me daba la vuelta en la cama.

Sentí cómo Bada se acostaba a mi lado. Aunque la cama era lo suficientemente grande como para no estar tan cerca, parecía buscar la manera de mantenerse cerca de mí, lo cual me ponía aún más nerviosa. Finalmente, decidí dar la vuelta y quedarnos frente a frente.

—Hola, Bada-shi— saludé con una sonrisa mientras ella correspondía con sus encantadores ojos entrecerrados.

—Hola, pequeña. ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?— preguntó, colocando una mano en mi mejilla, cálida y reconfortante, lo que me hizo responder poniendo mi mano encima de la suya.

—Nada, solo que... ¿te molesta algo?— pregunté, sonriendo mientras ella se reía, lo cual solo hacía que mi sonrisa creciera.

—No, pero si te soy sincera, me pones un poco nerviosa— admitió, provocándome una risa ligera. —Te causo risa?— preguntó con una sonrisa más amplia.

Negué rápidamente con la cabeza y acaricié su mano suavemente, capturando su atención de inmediato.

—¿Tú? ¿Nerviosa? ¡No me lo creo!— respondí, intentando actuar lo más conmovida posible mientras Bada me regalaba esa dulce risa que tanto me encantaba. —Bada Lee, ¿nerviosa gracias a mi mirada?—

—No te aproveches, solo un poco— trató de defenderse, lo cual encontré adorable. —¿Ya bueno, entonces es solo un poco?— agregué burlona, escuchando sus pequeños quejidos y sin poder contener mi risa. —¡Ay, Bada-shi!—

Sus mejillas se sonrojaron rápidamente mientras me lanzaba sobre ella y la abrazaba con ternura. Aunque mis emociones estaban al borde del colapso, no me alejé.

—Realmente eres imposible— reí, disfrutando de su coquetería, sin darme cuenta lo cerca que estábamos hasta ese momento. No me había dado cuenta de lo cerca que estábamos hasta este momento. ¿Debería alejarme? ¿Acercarme más? ¿Alejarla? ¿Qué debo hacer?, me preguntaba internamente mientras ella continuaba siendo tan coqueta conmigo. —Bada-shi, ¿tienes pareja? Pensé que sí, con lo bonita que eres— solté accidentalmente, sintiéndome una completa idiota y luchando contra mi propia vergüenza.

Bada simplemente rió mientras yo me avergonzaba aún más, escondiéndome en su pecho hasta que finalmente respondió, —Pues no, tenía pareja, pero eso ya quedó en el pasado— No sonaba triste al hablar de eso, lo cual me tranquilizó un poco. —Perdón, no lo pensé, solo lo dije— murmuré, sintiendo sus caricias reconfortantes en mi cabeza. —De verdad, lo siento mucho—

—Está bien, no pasa nada, pequeña— murmuró, aferrándome a ella, lo cual me hacía preguntarme por qué se sentía tan bien estar así con ella. —Puede que tengas razón, tal vez soy imposible, pero tú eres... complicada— bromeó, desencadenando otra risa.

No me había dado cuenta de lo cerca que estábamos hasta ese momento. ¿Qué está pasando? ¿Cómo llegué a esta situación? ¿Audrey y yo, solas en la cama, ella en mi pecho y yo aferrándola a mí? No lo sé, pero me agrada la idea de tenerla tan cerca, reflexionó Bada.

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𝙎𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙡𝙖 ? 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙓 𝘼𝙪𝙙𝙧𝙚𝙮 𝙇𝙚𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora