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Era un miércoles por la mañana y Audrey debía asistir a su último ensayo antes del Show Final de Jackson Wang en Nueva York. Sin embargo, su mente estaba ocupada con los sueños recurrentes sobre una chica a la que no podía dejar de pensar. Sentía que la conocía, pero no lograba recordar de dónde. Esta joven, alta, con largos mechones castaños y ojos cafés que formaban pequeñas lunas al sonreír, le resultaba extrañamente familiar.

Cada vez que Audrey intentaba descifrar su identidad, la chica desaparecía, dejándola con más preguntas que respuestas. Necesitaba saber de dónde la conocía o si tal vez la había visto muchas veces. Las dudas sobre esa misteriosa chica iban en aumento, y los sueños solo la confundían más. Siempre que trataba de saber más sobre ella, algo la interrumpía, frustrándola. Quería conocer su nombre, necesitaba al menos una inicial para intentar recordarla.

—¡Audrey, apúrate! ¡Ya vamos tarde otra vez! —gritó Alisson, claramente molesta.

—¡Ya voy! No te enojes, solo son cinco minutos de retraso —respondió Audrey con una sonrisa, mientras se acercaba a Alisson, lista para irse. No era muy puntual, pero hacía su mejor esfuerzo.

—Bien, vámonos antes de que me arrepienta —dijo Alisson con una pequeña sonrisa, sabiendo que, a pesar de todo, la quería.

Llegaron justo a tiempo al salón de ensayos, donde todos ya estaban hablando y calentando. La presión era alta, ya que era el último concierto y todo debía salir perfecto. Era emocionante pero también triste, pues sería la última vez que bailarían con Jackson Wang.

—Hasta que llegan, Jackson quiere hablar contigo de algo importante —dijo Tony, llevándola a un cuarto donde, para su sorpresa, estaba Jackson y otra persona cuya cara no pudo ver de inmediato. Al acercarse, vio que era... ¿¡Kirsten!?

—Hola, buenos días. Perdonen la tardanza —sonrió Audrey, colocándose junto a Jackson.

—Hola Audrey, ella es Kirsten. Creo que ya la conoces; quiere contarte algo importante —dijo Jackson, mirándola con nerviosismo.

—Me alegra conocerte al fin en persona. Quería ofrecerte una oportunidad de trabajo. Me invitaron a un programa de bailarines en Corea del Sur y vi todo tu trabajo. Quedé impresionada —dijo Kirsten con una sonrisa—. Quiero saber si te gustaría ser parte de este proyecto.

Audrey, sorprendida y emocionada, respondió rápidamente:

—¡Claro que sí! Me encantaría formar parte de este proyecto. Me siento muy honrada —dijo, devolviendo la sonrisa y abrazando a Kirsten.

—Bien, después del concierto te veré para darte todos los detalles. Nos vamos en menos de dos días a Corea, así que espero que estés lista —concluyó Kirsten.

Audrey asintió, incapaz de contener su emoción. Necesitaba compartir la noticia con Alisson, aunque temía que su partida pudiera alejarlas. Una parte de ella esperaba que Alisson la acompañara en esta nueva aventura.

Se dirigió hacia Alisson, quien la miraba expectante. La sonrisa de su amiga indicaba que había estado esperando este momento, sabiendo que las horas de ensayo y sacrificio finalmente estaban dando frutos.

Después del concierto, a pesar del cansancio, la emoción de partir hacia Corea del Sur era palpable en Audrey. La competencia sería feroz, pero estaba segura de sus habilidades y del arduo trabajo que había dedicado para convertirse en una bailarina destacada.

El encuentro con Kirsten y las otras chicas del proyecto reafirmó su determinación. A pesar de ser la más joven del grupo, su talento y dedicación habían llamado la atención de personas con más experiencia. Estaba lista para enfrentar cualquier desafío en su camino hacia el éxito.

—¡Hey Audrey! ¡Felicidades por el concierto! —Kirsten la saludó con una sonrisa y un abrazo—. Te presento a Emma, Latrice y Ling. Ellas también son parte del proyecto.

Audrey observó a las tres chicas, quienes destacaban por su estilo y probablemente por su forma de bailar. Les sonrió y saludó con la mano, sintiendo que pronto se convertirían en amigas. Ellas le contaron emocionadas sobre el proyecto y sus nervios, lo que tranquilizó a Audrey al saber que no estaba sola en sentir esas emociones.

—Audrey, mañana por la noche nos vamos, así que asegúrate de tener tus maletas listas —dijo Emma.

—Claro, ¿nos encontraremos en el aeropuerto? —preguntó Audrey, viendo a las chicas asentir.

—Sí, nos vemos allí —respondió Ling, abrazándola—. Descansa bien, mañana será un día largo.

Audrey asintió con gratitud y se despidió. Alisson había llegado por ella, y necesitaba comenzar a preparar su maleta para esta nueva y emocionante etapa de su vida.

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𝙎𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙡𝙖 ? 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙓 𝘼𝙪𝙙𝙧𝙚𝙮 𝙇𝙚𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora