XI

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Ya habíamos concluido las grabaciones y eran aproximadamente las 9 de la noche. Todas estábamos agotadas, conscientes de lo que nos esperaba con los resultados. Los puntajes no eran uniformes, pero me sorprendió gratamente cómo nos fue hoy; no ganamos todas las batallas, pero sí las suficientes para mantenernos en el juego.

—¡Ya podemos irnos!— exclamó Ling emocionada. —¡Vamos a comer algo, tengo hambre!—

—Está bien, vamos por algo de comer, pero primero recojamos nuestras cosas— sugirió Kirsten, entusiasmada por la tarea que nos habían encomendado. El juego ya había comenzado.

—Sí, pero nosotras nos iremos primero porque alguien te está esperando— comentó Emma mientras se iba con Ling, dejándome sola con Latrice, quien no paraba de mirar a Lushen.

—¿Te gusta verdad?— le pregunté tratando de ser lo más delicada posible. Ella negó rápidamente.

—¿No? Entonces, ¿por qué la miras tanto?—

—No lo sé, no sé si me gusta o no. Tal vez solo estoy confundiendo las cosas— suspiró Latrice.

—Estás igual que Minah. Acércate a ella y pasa más tiempo juntas, así podrás ver si pueden ser algo más o no— le aconsejé, levantándome y extendiéndole la mano, la cual ella tomó.

—Vamos con las demás, así de paso podemos ver a tu amada— bromeé. Latrice soltó una risa suave pero accedió.

Estábamos casi llegando a nuestro escondite cuando nos topamos con Rena, quien me miró con complicidad y soltó una risita. Sabía que no lo hacía con malicia, pero aún así me sentí un poco avergonzada.

—Rena, quería pedirte perdón por lo que... bueno, ya sabes lo que viste...— mencioné con cierta timidez mientras ella negaba con la cabeza y tomaba mis manos.

—No te preocupes, son cosas que pasan, pero me alegra ver que ustedes dos están juntas, son muy tiernas juntas— respondió Rena con una sonrisa cálida.

—Gracias...— respondí con gratitud antes de que ella se marchara, consciente de que me esperaban y que probablemente me regañarían.

Entré en la habitación y todas las miradas convergieron en mí. Al ver quiénes estaban presentes, supe de inmediato lo que había sucedido.

—¿Cómo es que te besaste con Bada y no nos cuentas? ¡Es como mi novela personal!— exclamó Ling, visiblemente ofendida, mientras yo levantaba mis hombros con una expresión inocente.

—Upsi, pensaba decírselos. Pero no aquí. Me basta con que Rena nos haya visto besándonos— intenté justificarme, pero fui interrumpida por un pequeño chillido. Al girarme para ver quién era, noté que era Minah, Lushen y Bada, lo que hizo que me sonrojara ligeramente.

—Hablando de la susodicha, ¿qué trae aquí mi bebé?— Emma me abrazó junto con Ling, demostrando su papel de hermanas sobreprotectoras. —¿No ves que eres pequeña?—

—¡Déjenme, me están avergonzando!— reí mientras intentaba zafarme de su abrazo.

—Ling, dame mi dinero, gané - intervino alguien con seriedad. Las miré con ceño fruncido. ¿Cómo podían apostar sobre algo así?— Ustedes sí que son un caso perdido.

—Exactamente lo que nos dice Bada-shi, pero ¿qué podemos hacerle?— reí ante la sinceridad sarcástica de CheChe, algo que siempre me agradaba.

Bada se acercó por detrás y me abrazó mientras observábamos cómo CheChe, Ling y Minah peleaban para determinar quién había ganado la apuesta. ¿Deberíamos sentirnos ofendidas? A estas alturas, parecía demasiado tarde para eso.

𝙎𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙡𝙖 ? 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙓 𝘼𝙪𝙙𝙧𝙚𝙮 𝙇𝙚𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora